Después del «annus horribilis» que ha supuesto para la Bolsa el ejercicio 2008, en el que lleva perdido casi más del 40%, y con la crisis financiera planeando sobre las compañías que cotizan en los parqués, miles de pequeños y medianos inversores se enfrentan a un serio dilema de cara a su hipotética operativa en la renta variable para 2009. Una posible entrada en el mercado puede acarrearles pérdidas similares a las de este ejercicio, pero, ¿y si pueden beneficiarse de una posible recuperación que de nuevo anote plusvalías en su cuenta de resultados? Ante esta disyuntiva, la opinión de los analistas bursátiles se divide en cuanto a la estrategia, aunque coinciden en recomendar prudencia y no tomar posiciones en Bolsa hasta que se aclaren las muchas incógnitas que debe resolver la economía mundial. Y, en caso de comprar, los expertos recomiendan hacerlo en valores sólidos sin rebasar el 15% del capital disponible.
Cambio de ciclo
Los analistas recomiendan prudencia y no tomar posiciones en Bolsa hasta que se aclaren muchas incógnitas de la economía mundial
Cabe la posibilidad de estar ante un cambio de ciclo, lo que supondrá que durante los próximos ejercicios las caídas -aunque no necesariamente con la virulencia de este año- seguirán instaladas en el mercado bursátil. Un cambio de este tipo supone de entre 3 a 10 años con una misma tendencia (alcista o bajista), en función de la gravedad de la crisis y de los datos macroeconómicos.
Pero, aunque se produzca este cambio de tendencia y en 2009 se vuelva a un escenario bajista, ello no supone que los descensos se registren todos los meses, ni en todos los valores. Tal y como afirman los expertos bursátiles siempre hay oportunidades de compra, «lo difícil es detectarlas». Los inversores encontrarán alternativas para conseguir una cierta rentabilidad para sus ahorros, no obstante, conviene que tengan en cuenta algunas consideraciones:
- Se debe huir de los sectores y empresas más relacionados con las crisis financiera: aseguradoras, bancos, grupos financieros y, en definitiva, cualquier empresa endeudada o que no presente una cuenta de resultados sólida y acorde con las expectativas del mercado. Serán los valores más sensibles ante una situación financiera desfavorable.
- En función de la evolución de la renta variable, y si ésta es positiva, se puede apostar por valores sólidos que hayan perdido en este año más del 40% en su cotización, y que podrían, si no recuperar totalmente sus precios, sí alcanzar posiciones superiores a las actuales. Esta apuesta podría ir encaminada por valores de gran peso específico en el Ibex-35 como son los «blue-chips», entre los que destacan el Banco Santander o Telefónica.
- Posicionarse en empresas que abonen un alto dividendo al accionista, siempre y cuando el inversor tenga su punto de mira en el medio o largo plazo. Las compañías eléctricas o las autopistas podrían ser la opción más interesante de esta alternativa más conservadora.
- Algunas empresas que durante este año han obtenido unas minusvalías cercanas al 50%-70% podrían recuperarse, en parte, durante el próximo ejercicio y constituirse en otra alternativa válida por parte de los inversionistas. Quienes opten por esta arriesgada estrategia deben seleccionar sólo las compañías que tengan una situación contable favorable.
- Apostar por los valores cíclicos que pueden estar a contracorriente de la tendencia general de los mercados y que se caracterizan por una mayor demanda coyuntural de sus productos o por un alza de los precios de las materias primas. En este caso serán las petroleras o compañías relacionadas con las materias primas las que deban incluirse en la cartera de inversión.
Invertir con precaución
Si pequeños y medianos inversores deciden tomar posiciones en los mercados de la renta variable de cara al nuevo ejercicio, deben guiarse por algunas pautas:
- No invertir bajo ninguna premisa más del 10%-20% del capital disponible en renta variable.
- No apostar toda la inversión a un solo valor, sino diversificarla a través de una cartera basada en valores sólidamente implantados en el panorama financiero.
- No contratar operaciones a préstamo.
- No dejarse llevar por intuiciones, sin ningún rigor técnico.
- Bajo ningún aspecto se deben tomar posiciones en valores de dudosa evolución que tengan una cuenta de resultados negativos o que estén basados en expectativas.
- No hay que dejarse influir por opiniones de amigos, personas interesadas, rumores o foros de Internet poco rigurosos.
El Ibex-35 experimenta durante este ejercicio una pérdidas en torno al 40% tras haber roto la barrera psicológica de los 10.000 puntos, y 2008 es ya uno de los peores años bursátiles de las últimas décadas. Todas las empresas cotizan en negativo, excepto Unión Fenosa que obtiene un exiguo 1% de revalorización.
Lo peor es que las minusvalías de algunos valores superan el porcentaje medio del índice bursátil español y llegan a los tres dígitos. Valores como Acciona (-68%), Telecinco (-67%), OHL (-62%), BME (-61%), Sacyr Vallehermoso (-61%), Iberia (-58%), Iberdrola Renovables (-58%), Técnicas Reunidas (-52%), Ferrovial (-50%) o FCC (-43%) son los que lideran las pérdidas durante este ejercicio, en muchos casos casi doblando los números rojos del Ibex-35. Estas cifras y porcentajes se traducen en que los inversionistas que hayan estado posicionados este año en alguna de estas empresas han visto reducir su capital bursátil hasta casi la mitad de lo inicialmente invertido. Y en el Mercado Continuo, las pérdidas son mayores con títulos que se han desplomado cerca del cien por cien, es decir, que han hecho perder la totalidad de lo invertido.