La compra y venta de acciones, se realice por Internet, por teléfono o a través de la oficina bancaria, acarrea una serie de comisiones: de compra-venta de acciones, de custodia y corretaje… Un considerable gasto, aunque si se opera en la Bolsa española no resulta demasiado costoso, ya que sus cánones están entre los más baratos del mundo. Estos gastos varían en función del importe efectivo que se negocie, de los gastos de los intermediarios, y del mercado en que se opere.
Comisiones de compra-venta
El canon de bolsa es el gasto más conocido en las operaciones bursátiles, un concepto fijo que no varía de una entidad a otra. Se trata de una cantidad que percibe la Bolsa correspondiente por las operaciones que se realizan, y se establece en función del importe efectivo que se negocia. Según las tarifas de la Bolsa de Madrid, para cantidades inferiores a 30 euros no se aplica ningún gasto. De 30,1 a 300 euros, la tarifa es de 1,10 euros; de 300,1 a 1.500 euros el inversor paga 4,85 euros y así sucesivamente hasta un importe superior a 13,40 euros cuando la cantidad efectiva invertida es de más de 300.000 euros.
Las comisiones de compra-venta se aplican tanto en las operaciones de compra como en las de venta de acciones, y cuanto mayor sea la cantidad invertida, mayor será también la comisión. Esta comisión supone un serio lastre para las operaciones intradía (aquellas que se realizan en una sola jornada), ya que penaliza la rentabilidad obtenida. Para que los clientes más especulativos puedan realizar entradas y salidas en el día con las comisiones más competitivas, muchos intermediarios financieros aplican una rebaja en este gasto.
Las comisiones, además, varían dependiendo del mercado bursátil en el que se opere. No cuesta lo mismo realizar estas operaciones en el Mercado Continuo español que en alguno de los principales mercados internacionales. Mientras las tarifas del canon no suelen pasar de los 7 o 9 euros en España, en los mercados internacionales puede llegar a alcanzar los 30 euros.
Intermediarios financieros
Los intermediarios financieros aplican dos sistemas diferentes para cobrar estas comisiones. Por un lado, a través de una tarifa fija que oscila entre 7 y 30 euros para las operaciones nacionales; y por otra, con un sistema mixto que combina una cantidad fija más un tanto por ciento del efectivo invertido, que oscila entre el 0,15% y 0,4% en las operaciones nacionales, y entre 0,15% y 0,65% en las internacionales.
Las tarifas de las Bolsas extranjeras son tres veces mayores que las del mercado español
Algunos intermediarios ofrecen tarifas más caras, cercanas a los 30 euros, pero que incluyen los gastos del intermediario internacional. Un gasto que varía también en función del mercado en que se opere; en algunos, incluso se cobran impuestos especiales. Los gastos de los intermediarios dependen de los acuerdos a los que hayan llegado los españoles con las distintas Bolsas internacionales. Por norma general, los intermediarios buscan las mejores condiciones, aunque es frecuente que deban dar órdenes a través de un ‘broker’ con costes más elevados para asegurar que la operación se ejecute en tiempo real.
Para que el pequeño y mediano inversor pueda ahorrar en la compra de acciones, puede acogerse a una “tarifa plana” que permite realizar cuantas operaciones de bolsa se deseen, aunque no todas la entidades financieras disponen de este servicio. Sus precios oscilan entre 7 y 20 euros, en función del carácter de la operación: nacional o internacional. Es conveniente acogerse a este tipo de planes cuando el inversor suela realizar varias operaciones durante el mes; en caso contrario no le compensa optar por esta fórmula, ya que encarecerá la inversión.
Comisión de custodia
Las comisiones de compra y venta no son las únicas que aplican los intermediarios financieros, sino que existen otras que lastran la posible rentabilidad obtenida. Se tratan de las comisiones de custodia y corretaje, aunque en ambos cánones la cantidad que cobran bancos y cajas de ahorro es mínima, e incluso hay entidades que no la cobran.
La comisión de custodia es aquella que cobran las entidades financieras por mantener acciones en cartera, y se devenga por la posición de valores y por la entrada de títulos nuevos. Puede cobrarse mensual, trimestral, semestral o anualmente. No es fácil comparar las comisiones de custodia de las distintas entidades financieras, ya que algunas cobran los gastos de custodia sobre el valor nominal de las acciones, otras sobre el valor efectivo de los títulos, y otras cobran un mínimo por valor o por mercado.
Si el inversor da la orden a través de un banco o caja de ahorros, a la comisión de intermediación deberá añadirse la de corretaje. Ello se debe a que sólo las sociedades y agencias de valores pueden ser miembros de bolsa, y los bancos y las cajas tienen que traspasar la orden del cliente a éstos para que pueda ejecutarse, de modo que el banco o caja aplica realmente una doble comisión: una por trasladar la orden al miembro del mercado, y otra por la ejecución de la propuesta, comisión que suele situarse en torno al 0,15%-0,30% del valor efectivo de la operación.