En nuestro país hay más de 85 millones de tarjetas en circulación y muchas de estas tarjetas acaban usándose en el extranjero durante las vacaciones. Pero ¿sabemos realmente cuánto cuesta utilizarlas fuera de España? Aunque no siempre somos conscientes, la mayoría de los bancos cobra una comisión cada vez que se saca dinero de un cajero ubicado fuera de nuestras fronteras. Además, el dueño del terminal también puede cobrarnos. Y si la operación implica cambiar de divisa, habrá que añadir una comisión extra a la operación. Pero hay formas de evitarlas. Te contamos cómo.
Pagar compras con tarjeta en el extranjero
Si usamos nuestra tarjeta de débito o de crédito habitual para pagar compras en cualquier país de la eurozona, no tendremos que abonar ninguna comisión. Por ello, a menos que tengamos una tarjeta que nos permita sacar dinero gratis fuera de España, si viajamos por la zona del euro, lo más económico será pagar con tarjeta y prescindir del efectivo. Y si queremos llevar dinero en metálico en la cartera por si lo necesitamos, podemos traerlo desde España si es una cantidad pequeña.
En cambio, si viajamos a China, Estados Unidos o Sudáfrica, hacer frente a una compra con tarjeta nos saldrá más caro. ¿La razón? Nuestros euros tendrán que convertirse en yuanes, dólares o rands, y esta operación tiene un coste. Por lo general, los bancos tradicionales suelen aplicar una comisión del 3 % sobre el importe de la transacción cuando se cambia de divisa. Algunos bancos, por otra parte, utilizan su propio tipo de cambio, que suele ser más caro que el tipo interbancario, por lo que el cliente sale perdiendo.
Sacar dinero en un cajero ubicado fuera de España
Hacer uso de un cajero en otro país puede salir caro, salvo que hayamos contratado una buena tarjeta para viajar. Las principales entidades de España cobran una comisión del 4,5 % con un mínimo de 3,5 o 4 euros cuando se retira dinero a débito en el extranjero. En el resto de los bancos la comisión puede variar, por lo que es importante consultar el contrato de la tarjeta o el libro de tarifas.
Por otra parte, si tenemos que cambiar divisas, tendremos que abonar también la comisión correspondiente. Y, por último, el propietario del cajero nos podría cobrar una surcharge fee por usarlo (esta comisión es ajena a nuestro banco).
Imagen: larahcv
¿Cómo evitar las comisiones?
La forma más fácil de no pagar comisiones en el extranjero es llevar una tarjeta para viajar que nos permita operar sin pagar gastos extra, es decir, una tarjeta que no cobre comisiones por sacar dinero en el extranjero.
En cuanto al cambio de divisa, podemos evitar este gasto, si viajamos con una tarjeta que no cobre comisiones por cambiar de moneda y que aplique el tipo de cambio de Mastercard o de Visa, muy cercano al real, o, directamente, el interbancario. Algunas tarjetas, tanto de crédito como de débito, tienen esta ventaja. Así, podremos pagar y sacar dinero en cualquier país y ahorrarnos mucho dinero.
Este tipo de tarjetas para viajar las comercializan, habitualmente, los bancos fintech, aunque algunas entidades tradicionales también disponen de tarjetas con ciertas ventajas al usarlas fuera de España.
En cualquier caso, antes de embarcase en un viaje, vale la pena comprobar las tarifas que aplique nuestro banco, sobre todo si tenemos varias tarjetas, para utilizar la más barata o, si son todas caras, solicitar una nueva. Además, algunas tarjetas también tienen seguros de accidente y asistencia en viaje que las convierten en un producto todavía más completo para las vacaciones.
Por otra parte, si hemos salido de viaje con nuestra tarjeta habitual y esta tiene comisiones, estos consejos nos ayudarán a pagar menos cuando la usemos:
- Pagar con tarjeta en la eurozona. Así evitaremos pagar comisiones por retirar efectivo.
- Acudir al cajero pocas veces. Supongamos que queremos sacar dinero en un cajero ubicado en Nueva York y nuestro banco nos cobra una comisión del 4,5 % con un mínimo de cuatro euros, además de una comisión por cambio de divisa del 3 %, y el propietario del cajero nos quita cinco euros de la cuenta. Si sacamos 200 euros de golpe, el reintegro nos saldrá por 20 euros. En cambio, si acudimos cuatro veces al cajero y sacamos 50 euros cada vez, acabaremos pagando 42 euros (la surcharge fee nos la cobrarán cada vez y por cada reintegro abonaremos los cuatro euros que el banco fija como comisión mínima, más el 3 % por cambiar de moneda). Solución: acudir al cajero menos veces y sacar más dinero cada vez.
- Evitar los cajeros independientes. Los cajeros ubicados fuera de las sucursales bancarias, por ejemplo en tiendas, estaciones de tren o centros comerciales, suelen ser más proclives a cobrar una surcharge fee. No olvidemos que esta comisión no depende de nuestra entidad, sino del propietario del cajero, pero no todos la cobran, por lo que podemos probar en varios hasta que encontremos uno que no aplique esta comisión.
- Pagar en moneda local. Cuando abonamos una compra en el extranjero, probablemente el datáfono nos muestre dos importes (uno en euros y otro en la moneda local) y nos permita seleccionar la divisa con la que queremos pagar. Por lo general, suele ser más conveniente escoger la moneda local, ya que en ese caso será nuestro banco el que haga la conversión y probablemente el cambio sea menos desfavorable.