El impacto de Lehman
Es posible que la primera vez que oyera el nombre Lehman Brothers fuera sólo hace unos días, cuando toda la prensa publicó la sorprendente noticia de su bancarrota. Es posible que hasta entonces no supiera ni siquiera ubicar su país de origen. Sin embargo, víctimas de la globalización, muchos clientes bancarios españoles pueden verse afectados por la quiebra de esta entidad estadounidense, la cuarta más grande del país (sus activos alcanzaban los 425.000 millones de dólares). El problema pueden tenerlo, de hecho lo tienen, sobre todo, quienes tengan contratado un producto estructurado. Estos activos se han puesto muy de moda en los últimos años, ante las turbulencias que azotan a los mercados de valores, ya que permiten beneficiarse de posibles alzas a medio plazo, pero, por lo general (aunque no siempre), con el capital garantizado. Hoy, ante la suspensión de pagos de Lehman Brothers, pueden quedarse sin parte de su dinero todos aquellos que contrataron un producto estructurado emitido y garantizado por este banco, pero distribuido por entidades españolas.
Salir en defensa de lo propio y evitar todo tipo de comparaciones con las entidades americanas involucradas en la venta de hipotecas “subprime” ha sido el santo y seña de la banca española desde hace más de un año, cuando estalló la crisis en Estados Unidos. Doce meses después, sin embargo, comienza a demostrarse que también hay activos tóxicos distribuidos por nuestras entidades. Y uno de ellos lleva por nombre “estructurado”. Según fuentes de mercado, Lehman Brothers es uno de los emisores de productos estructurados más activos en España. Es decir, este banco de inversión está especializado en el diseño de este tipo de vehículos de inversión que, por lo general, garantizan el capital invertido y, además, dan opción a ganar una rentabilidad atractiva en función de la evolución que tengan a medio plazo determinadas acciones, índices bursátiles, divisas o materias primas.
Si en el folleto del producto contratado figura como emisor y garante Lehman Brothers, el capital invertido puede estar en peligro
Aunque Lehman Brothers no operaba en España como un banco tradicional (vendiendo cuentas, hipotecas…), sino como un banco de inversión (que ofrecía intermediación bursátil, en renta fija), también ha ocupado un papel muy importante en el diseño de este tipo de productos estructurados distribuidos por la banca convencional española. El papel de Lehman era diseñar y emitir este tipo de productos. Sin embargo, de su distribución se encargaban todo tipo de entidades de prestigio de todo el mundo, entre ellas algunas de la banca española. Según fuentes de mercado, Bankinter y Credit Suisse, entre otras, son dos de las grandes entidades que han distribuido productos estructurados de Lehman Brothers. Aun así, no todos los ahorradores que tengan depositado su dinero en estos productos deben estar preocupados.
Para saber si perderán o no parte de sus ahorros hay que mirar si en el folleto del producto en cuestión figura como emisor y garante Lehman Brothers. Si es así, su capital puede estar en peligro ya que este banco ha suspendido pagos, lo que implica que no paga su deuda. Por lo tanto, lo que en teoría era un activo seguro ha dejado de serlo, ya que el banco no cuenta con capital suficiente como para hacer frente a las garantías a las que se comprometió. En principio, cuando se inicie la liquidación del banco, la entidad tendrá que hacer frente a sus compromisos financieros con los activos de que disponga, hasta donde pueda llegar. Eso supone que recuperar el cien por cien de los ahorros depositados en este tipo de productos será prácticamente imposible. De momento, se dice que el banco podrá hacer frente a un 60% de sus deudas, aunque esta cantidad está todavía por determinar.
Estructurados tóxicos y libres de peligro
Aunque es cierto que hay entidades que han comercializados productos de Lehman Brothers en España y cuyos clientes podrían verse en apuros para recuperar parte de su dinero, conviene diferenciar bien quiénes están afectados realmente. En la actualidad se comercializan varios tipos de productos estructurados: depósitos, fondos, bonos y notas, pero no todos ellos funcionan de igual manera. Lo importante es saber quién está comprometido a devolver el capital invertido, es decir, conocer quién es el garante.
En los productos estructurados, hay que diferenciar varias figuras:
- El emisor o diseñador del producto: esta entidad se encarga de diseñar el producto, es decir, de configurar su estructura, definir cuál será su garantía, a qué activos estará referenciado y cuáles son las condiciones que deben cumplirse para que el ahorrador obtenga un cupón determinado de rentabilidad. Esta entidad se encarga de fabricar, por así decirlo, el producto.
- El garante: es la entidad que se compromete a devolver el capital invertido al vencimiento del producto. Es decir, si en un producto estructurado un ahorrador invierte 100 euros, esta entidad se compromete a devolvérselos, pase lo que pase en los mercados, al vencimiento (cuando concluya el plazo del producto). El garante puede o no coincidir con el emisor. Es decir, el emisor puede únicamente diseñar el producto, pero luego no garantizar el pago del capital, sino dejarlo en manos de otra entidad.
- El distribuidor: esta figura es quien se encarga de vender el producto. Puede o no coincidir con el emisor. Sería el intermediario, que se encargaría únicamente de comercializar o vender el estructurado.
Teniendo en cuenta estas tres figuras, un cliente español para saber si sus ahorros están en peligro deberá ver si en los folletos de sus productos estructurados figura como garante Lehman Brothers. Por lo general, en el caso de los depósitos y los fondos estructurados que se comercializan en España, el garante suele ser el distribuidor. Es decir, si Santander, BBVA o Bankinter, por poner algunos ejemplos, comercializan este tipo de productos, lo normal es que sean ellos quienes hagan frente a la garantía del capital que anuncian, aunque el diseño haya sido de Lehman Brothers. En este caso, los ahorros no están en peligro, ya que las entidades españolas son solventes.
Por el contrario, en una situación bien distinta están los ahorradores que tengan bonos o notas estructuradas emitidas por Lehman Brothers. En este caso (bonos y notas estructuradas), por lo general, el emisor y el garante suelen ser la misma entidad. Por lo tanto, todos aquellos que dispongan de un bono estructurado emitido y garantizado por Lehman Brothers deben saber que pueden perder parte de su capital. En España, han distribuido productos estructurados de Lehman Brothers muchas entidades (entre otras Bankinter…), pero han operado exclusivamente como distribuidoras y no como garantes del capital. Quien emite el bono (en este caso Lehman Brothers) no puede devolver el dinero, por lo que en este caso sí que correrá peligro su ahorro. Además, se trata de productos ilíquidos que no pueden rescatarse hasta su vencimiento, con lo que quien desee recuperar ahora su dinero perderá la garantía (ya que ésta sólo funciona si se mantiene el capital toda la vida del bono).