El coche se avería, es el momento de cambiar un grifo, hay que hacer un regalo para un cumpleaños, debes comprar medicinas, etc. Los imprevistos, más o menos graves, aparecen todos los meses, y el 33,9 % de los hogares españoles no tiene capacidad para afrontarlos, según la ‘Encuesta de Condiciones de Vida’ publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y correspondiente al año 2019. Por eso, y a pesar de la coyuntura actual, es importante contar con un fondo de emergencia, como aconsejan los expertos. Y este debe ser de entre el 5 % o el 10 % del total del salario. Además, como explicamos a continuación, conviene seguir otras pautas para que tus proyectos no se vean afectados por este tipo de gastos, como comprar al contado o evitar tener varias cuentas bancarias.
Qué son los gastos imprevistos
Los gastos imprevistos son todos los que no teníamos contemplados en nuestro presupuesto. Además, las situaciones que provocan estos gastos inesperados suelen ser urgentes, lo que implica que no podemos posponerlos y no tenemos tiempo de ahorrar para abonarlos, con el consiguiente desajuste de la economía familiar.
Entre los imprevistos más habituales están:
- Averías del coche: rotura de una luna, ruedas nuevas o cambio del embrague desgastado son algunos de los gastos más comunes de un automóvil.
- Arreglo o reposición de electrodomésticos: la lavadora, el frigorífico o el lavavajillas tienen una larga vida, pero cuando se estropean suele ser de manera irreversible. Y son aparatos esenciales para el día de la familia, y de coste elevado.
- Gastos médicos inesperados: medicinas, plantillas, gastos en dentista, etc.
- Cambio de muebles: camas o colchones más grandes para los niños, escritorio para estudiar, etc. son gastos rara vez contemplados en el presupuesto de una familia.
- Gastos en veterinario: cuando la mascota cae enferma, los gastos para su recuperación suelen ser bastante elevados y no pueden retrasarse.
- Bodas, cumpleaños, comuniones o bautizos de algún familiar o amigo también descuadran el presupuesto.
Cómo calcular los gastos imprevistos en el presupuesto
El presupuesto es la clave de la organización de la economía familiar. Todo el mundo conoce que en él hay que incluir los ingresos totales, los gastos fijos, como el colegio, la compra, etc. y los gastos ocasionales pero previstos (el seguro del coche, el IBI…). Sin embargo, no siempre se tienen en cuenta que existen imprevistos, que desbaratan la economía doméstica, y que deberían tener su propio espacio en el presupuesto familiar.
Estos gastos surgen más veces de lo deseado, se presentan casi a diario: un regalo, la rotura y obligada reposición de un cristal, etc. Como recomiendan los expertos, para estos casos convendría tener un «colchón», un fondo de emergencia. No parece tarea fácil pues las sucesivas encuestas de condiciones de vida que hace cada año el INE revelan que hay serias dificultades para encajar con solvencia un desembolso inesperado.
Así, por lo general, si se avería el coche o hay que pagar un recibo inesperado, recurrimos a la tarjeta de crédito o, en los casos de mayor necesidad, incluso se solicita un crédito personal. Son las peores soluciones. Lo idóneo para vivir sin sobresaltos, según los expertos, es contar con un dinero ahorrado para emergencias, una reserva compuesta por el 5 % o el 10 % del total del sueldo.
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Consejos para no verse afectado por los gastos imprevistos
Hay hogares que no pueden contar con un fondo de emergencia y que incluso ya han tenido que recurrir a sus ahorros para superar el día a día. En este caso, para poder hacer frente a gastos imprevistos la solución pasa de manera obligada por controlar más los gastos y aumentar los ingresos. ¿Cómo hacerlo?
✅ Pagar en efectivo
Pagar en efectivo, sin recurrir a las tarjetas, permite controlar mejor cuánto y en qué se gasta. Y en cientos de ocasiones, son gastos innecesarios y de poca cantidad, pero que sumados son muchos euros. Si se llevan 50 euros en la cartera y al llegar a casa quedan 10, es más fácil darse cuenta de que ha habido desembolsos innecesarios.
✅ No dejarse seducir por precios muy rebajados
Al final, son innumerables las ocasiones en que se adquieren productos o artículos que nunca llegan a usarse o solo se utilizan en contadas ocasiones. Por lo general, todas las tiendas realizan ofertas de temporada varias veces al año, por lo que si se desaprovecha una oportunidad, seguro que habrá otras. Hay que racionalizar los gastos.
✅ Suprimir alguna cuenta bancaria
Si las cuentas bancarias no están exentas de desembolsos, al final son una carga económica muy importante. La suma de los gastos de gestión, más las comisiones que se apliquen, puede dar como resultado una cifra astronómica.
✅ Rebajar el número de tarjetas de crédito y débito
Por las mismas razones que en el caso anterior, los gastos de mantenimiento y las comisiones de las tarjetas —que a veces ni siquiera se utilizan— pueden restar muchos euros al año, un dinero que se puede necesitar cuando uno menos lo espera. En caso de tener que prescindir de una tarjeta de crédito, conviene deshacerse de las que menos prestaciones ofrezcan o de las que se empleen menos.
✅ Revisar todos los informes que envía el banco
Conviene perder algo de tiempo en leer todos los documentos que envía la entidad bancaria y cerciorarse de que no se haya cometido ninguna equivocación, o se haya cobrado alguna comisión de más cuya exención se hubiera pactado.
Los errores más frecuentes a los que se tienen que enfrentar los clientes de los bancos son el cobro de comisiones indebidas por la apertura o cancelación de cuentas; la recepción de tarjetas no solicitadas, por las que después hay que pagar; o los redondeos al alza en los préstamos. Estas equivocaciones reportan a las entidades muchos euros, los mismos que pierden sus clientes.
✅ Evitar recargos en las facturas
Es una mala época para ser puntual en los pagos, y hay quien decide retrasar el abono de algunas de sus facturas hasta disponer de liquidez. Pero, aunque parezcan importes pequeños, si se suman los recargos de los recibos que no se han pagado a tiempo, la cifra puede llegar a ser elevada. Es preferible no retrasarse y contar con esos euros de más que desaparecen al abonar con recargo.
✅ Leer la letra pequeña de los contratos
Saber cuánto costará en realidad una línea de teléfono móvil, disponer de más canales de televisión en casa o tener un seguro médico es esencial para no gastar de más. En numerosas ocasiones, los precios bajos se mantienen unos pocos meses, para después ir subiendo.
Antes de contratar cualquier servicio, hay que leer con detenimiento todos y cada uno de los puntos, preguntar a la persona que vende el servicio o producto todas las dudas, etc., de modo que quede por completo claro cuánto se pagará cada mes y si habrá después subidas.