Los préstamos personales son más fáciles de conseguir cuando se tiene una nómina o la persona es cliente preferente de un banco. Pero hay otros modos de lograrlo, entre ellos, optar por un préstamo entre particulares o acudir a un microcrédito social. En este artículo se enumeran cinco formas de obtener un préstamo personal, con sus ventajas y, también, sus peligros.
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1. Préstamo personal, a través de la nómina
La nómina es una buena herramienta para conseguir un préstamo personal, y con mejores condiciones en su contratación: los tipos de interés pueden reducirse hasta dos puntos porcentuales sobre las ofertas originales. Estos créditos personales se brindan sin comisiones ni otros gastos en su gestión.
Para poder acceder a ellos, habrá que aportar un salario fijo de al menos 1.000 euros y vincularlo a una cuenta que permita el crédito personal.
2. Préstamo por ser cliente preferente
Estos usuarios bancarios tampoco tendrán muchas dificultades para que se los concedan. Los únicos requisitos que les demandarán las entidades es que dispongan de un sueldo potente en su cuenta corriente y, si es posible, complementado con otros vínculos con el banco como seguros, planes de pensiones, cuentas especiales o una cartera de valores en renta variable.
El primer efecto lo notarán a través de un descenso en sus cuotas mensuales, como consecuencia de la aplicación de un tipo de interés más suave que en otras financiaciones.
3. Crédito a través de plataformas financieras online
Si la solicitud ha sido rechazada desde la entidad de crédito y la demanda es de tan solo una pequeña cantidad, no todo está perdido. Ciertas plataformas financieras conceden una segunda oportunidad a los demandantes. No les exigirán muchos trámites administrativos, siempre que el préstamo no exceda de 800 euros. De esta forma, podrán tenerlo con rapidez en su bolsillo para afrontar cualquier finalidad, aunque con el inconveniente de contar con unos intereses altos: no es raro que puedan sobrepasar el 20%.
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4. Préstamos entre particulares
Los créditos entre familiares o entre particulares son una solución cuando no se dan a través de otras fuentes de comercialización. Con un tipo de interés a la carta o en torno al 7%, respectivamente, constituyen una buena solución para salir de más de un apuro.
Los préstamos entre particulares se canalizan a través de plataformas digitales, donde unas personas otorgan un importe a otras que lo necesitan, a cambio de un tipo de interés pactado entre ambas partes. En cualquier caso, es más ventajoso que por medio de los créditos convencionales. Oscilan con márgenes que van del 6% al 8%. El inconveniente es que los importes transferidos no son muy elevados, casi siempre por debajo de los 10.000 euros.
5. Microcréditos sociales
Puede pasar que la concesión de una línea de crédito personal quede vetada o limitada por la entidad encargada de otorgarla. No habrá que bajar la guardia, ya que hay otras opciones a las que acogerse por parte de los demandantes.
Una de ellas pasa por los microcréditos sociales habilitados en el mercado bancario. Estos microcréditos exigen un requisito: acreditar que no se dispone de los recursos suficientes para hacer frente a un gasto concreto.