El precio de los grados universitarios sube año tras año y el presupuesto destinado a las becas se sigue reduciendo, lo que obliga a muchos alumnos a tener que pedir un préstamo para poder pagar la matrícula de sus estudios o para financiar un Erasmus. Los bancos disponen de un catálogo amplio de créditos para cubrir esta demanda, pero sus productos no siempre tienen buenas condiciones. Por eso, antes de solicitar financiación, es importante conocer cuáles son las características que debe poseer un buen préstamo para estudios. En este artículo se desvelan todas ellas.
¿Préstamos de estudios? Exige una TAE debajo del 7%
Los créditos para estudiantes son probablemente los préstamos personales más baratos, ya que el interés aplicado sobre estos productos está en general muy por debajo de la media. De hecho, algunas entidades incluso ofrecen créditos al 0% TIN, aunque en estas situaciones cobran comisiones u otros costes.
En cualquier caso, para saber si el préstamo para pagar la matrícula de la universidad es barato o no, hay que fijarse en la tasa anual equivalente o TAE (que refleja tanto los intereses como las comisiones del producto): si esta no supera el 7%, es posible financiar los estudios a buen precio.
También se debe prestar atención a las condiciones de vinculación. En general, no es necesario contratar seguros ni tarjetas de crédito para poder acceder a estos préstamos, pero sí se debe abrir una cuenta y domiciliar la nómina (o la del avalista) para obtener el interés más bajo.
Si en algún momento se deja de cumplir algún requisito (si se trasladan los ingresos a otra entidad, por ejemplo), de forma automática se aplicará un interés más elevado, lo que encarecerá el coste del producto.
Un plazo de reembolso adecuado
Otro aspecto que hay que tener en cuenta es el plazo de reembolso del préstamo. Si solo se necesita financiar el importe de la matrícula o se quiere cobrar una beca por adelantado, bastará con un crédito que tenga un plazo corto (de unos 10 o 12 meses como máximo), ya que la cuantía que prestarán no será en exceso elevado y se podrá devolver el dinero en pocos meses. En cambio, los créditos para financiar un máster o el coste de toda la carrera son de mayores cantidades, por lo que su plazo máximo no debería ser inferior a los cinco años.
Cuando se elige en cuánto tiempo se quiere devolver el dinero prestado, se debe seleccionar un plazo que permita reembolsar el crédito para estudios en el menor tiempo posible (para pagar menos intereses) pero que, a la vez, deje abonar las mensualidades sin problemas. En ese sentido, los expertos recomiendan no dedicar más de un 35% de lo que se ingrese al pago de deudas.
¿Conviene pedir un préstamo estudios con carencia inicial?
Por último, hay una característica que es común en muchos de los préstamos para financiar los estudios: la posibilidad de pedir un periodo de carencia. Durante ese tiempo, no hay que pagar las cuotas del crédito (si la carencia es total) o solo hay que abonar la parte correspondiente a los intereses (si la carencia es de capital), una gran ventaja si no se trabaja y no se puede reembolsar el crédito hasta terminar la carrera.
Sin embargo, se debe tener presente que mientras dura la carencia se van generando intereses que se acumulan y se incorporan al precio del crédito al finalizar el periodo, lo que también encarece las cuotas. Por eso, solo es aconsejable pedir la carencia, si realmente no es posible abonar las mensualidades durante los primeros años de grado, máster o postgrado.
Con el siguiente ejemplo ilustrativo el estudiante se puede hacer una idea de cuánto le puede costar una carencia. Hay que imaginarse que se necesitan 3.000 euros para cursar los estudios y el interés aplicado es del 5% TIN. Si se devuelve en tres años, se pagará una cuota de 89,91 euros y se deberá reembolsar un total de 3.236,83 euros. En cambio, si se pide una carencia total de un año, durante ese tiempo no se tendrá que pagar nada, pero durante los años posteriores la mensualidad se elevará hasta los 138,35 euros y se tendrá que abonar un total de 3.320,35 euros para amortizar el crédito. No pagar nada durante un año supone un encarecimiento del préstamo de 83,52 euros.