La gran mayoría de créditos personales y para el consumo están confeccionados con unos plazos de amortización que rara vez sobrepasan los ocho años. Pero en la actual oferta bancaria todavía se pueden encontrar ciertos diseños que ofrecen un periodo máximo de devolución que alcanza los 10 años. A continuación se detallan las ventajas e inconvenientes de un péstamo a largo plazo, y se describen algunos de ellos.
Menos créditos a largo plazo
Los créditos que tienen un mayor periodo de tiempo para su devolución se están reduciendo en la actual oferta bancaria, ya que las entidades tienden a rebajarlo al máximo para que se salde la deuda lo antes posible. Por eso, la mayoría de préstamos personales y para el consumo están confeccionados con unos plazos de amortización que raramente sobrepasan los ocho años. No obstante, todavía se pueden encontrar ciertos diseños que ofrecen un tiempo máximo de devolución que alcanza los 10 años.
Un plazo amplio permite afrontar un crédito con mayor desahogo, y sus cuotas mensuales serán menos agresivas
Es el tope al que pueden acogerse los clientes en la demanda de esta financiación, aunque siempre en propuestas muy puntuales y concretas. Son unas vías de financiación por las que pueden obtenerse unos adelantos de hasta 75.000 euros, pero que en determinados modelos requieren de un importe mínimo (25.000 euros). Por otra parte, para conseguir la ampliación de los plazos de amortización, muchas de las propuestas bancarias exigen a sus titulares que vinculen su vía de financiación a un tipo de interés variable o fijo.
¿Me conviene contratarlos?
Los modelos de financiación a largo plazo conllevan una serie de ventajas y desventajas que es conveniente valorar en el momento de contratarlos:
A favor:
Permiten afrontarlos con mayor desahogo durante más años, y es probable que sea con cuotas mensuales menos agresivas.
Son más accesibles que otros, en caso de que los ingresos regulares de los demandantes no sean excesivos y, por tanto, no puedan hacer frente a una devolución rápida.
Se pueden compatibilizar con otras fuentes de financiación menores, al disponer de un plazo mayor para amortizarlos.
Desarrollan modelos en los que se puede seleccionar el pago que mejor convenga a los demandantes.
En contra:
Generan un mayor nivel de endeudamiento en los solicitantes, al tener que pagar más intereses al contar con un mayor plazo.
Impedirá el acceso a otras fuentes de financiación, al disponer de una línea de crédito duradera.
Puede que estén gravados con una comisión de cancelación o amortización anticipada muy elevada. Ello hará que el gasto final aumente si se decide finiquitarlos antes de tiempo.
Algunas ofertas a 10 años de amortización
No son muchas las vías de financiación que permiten aplazar la deuda en un tiempo mínimo de 10 años, pero sí suficientes como para que los demandantes puedan encontrar una receta que amplíe sus cuotas durante más meses.
Novagalicia Banco, a través del Préstamo Personal Consumo, alarga los plazos hasta 10 años, pero siempre que la financiación esté referenciada a un tipo variable. El mínimo exigido para acceder a este producto bancario es de 25.000 euros y un máximo de 60.000 euros.
BBVA también posibilita estos plazos flexibles a través de su Préstamo Personal online, con un periodo de devolución de hasta 10 años. En este caso, se pueden solicitar adelantos más elevados que en otros formatos bancarios, hasta 75.000 euros.
Otro modelo que genera estos plazos de larga duración es el Supercrédito que ha confeccionado el Banco Santander. Sirve para financiar cualquier necesidad de consumo, compra de bienes o servicios de forma absolutamente flexible. Se trata de un préstamo a medida de los particulares que concede hasta 60.000 euros para pagar hasta en 10 años, y que permite elegir la periodicidad de pago que más les convengan a sus demandantes.
También con estas constantes Ibercaja ha elaborado otro modelo de financiación que reúne las mismas características que los anteriores y que se ha plasmado bajo la denominación de Préstamo para gastos familiares, que anticipa a sus solicitantes un importe de hasta 60.000 euros. Su plazo de devolución máximo es de 10 años, y en este caso concreto se formaliza solo si es a interés fijo.
Es el eterno dilema al que se enfrentan los particulares que han contratado un crédito. ¿Qué modelo les es más beneficioso para sus intereses? A la larga, siempre es más efectiva la reducción del plazo, por dos motivos fundamentales.
Al final se acaba pagando menos cantidad de intereses.
Sus titulares se liberan de una deuda que anula la liquidez de sus cuentas.
La otra opción a la que se pueden acoger los deudores, la reducción de la cuota, les permite solventar los periodos en que se sientan apurados económicamente (disminución de su salario, mayores gastos y cargas familiares) y poder reducir el dinero mensual destinado al préstamo y utilizarlo para cubrir gastos más necesarios y urgentes.