Los bancos y cajas de ahorro cuentan con una oferta específica para los mayores de 55 años. Dotan a estos usuarios de liquidez, tan necesaria en la actual coyuntura de crisis, con un máximo de 60.000 euros que pueden devolver hasta en siete años. Pero conviene tener en cuenta que para beneficiarse de estos préstamos, y de sus condiciones más ventajosas, hay vincularse con la entidad. En este artículo se señalan los requisitos de los créditos seniors más destacados para financiar gastos de consumo y se apunta la falta de oferta de préstamos para tratamientos geriátricos, dentales o de implantes.
Dinero para mayores a cambio de vinculación
Los mayores deben hacer frente a numerosos gastos, para los que necesitan tener liquidez. La mayoría de bancos y cajas de ahorros cuentan con préstamos para personas que superan los 55 años, a pesar de que casi siempre es una oferta condicionada a la vinculación con la entidad.
Los plazos de amortización son muy amplios y pueden alcanzar los siete años
La línea de financiación máxima alcanza, en el mejor de los casos, la cifra de 60.000 euros, aunque lo más habitual es encontrar propuestas que puedan llegar a los 20.000 o 30.000 euros como tope límite. Los plazos de amortización son amplios, ya que oscilan entre uno y siete años.
Esta línea de financiación está destinada a sufragar, sobre todo, los gastos de consumo de esta franja de edad: reformas en el hogar, vacaciones, pequeños caprichos… En general, no se aplican comisiones ni intereses. Los préstamos no llegan a ser «créditos blandos», pero permiten a estos ciudadanos afrontar sus pagos con mayor comodidad.
La oferta es muy amplia. Destaca, por ejemplo, el Credi hogar super 55 de Caja Laboral, para titulares de la «Super Libreta 55», destinado para reformas de la vivienda habitual, entre otras opciones. Permite dotarse de importes desde 3.000 hasta 20.000 euros y su plazo de amortización es de entre dos y cinco años. Además, brinda asesoramiento personalizado.
El Préstamo Dorado de Kutxa es una vía de financiación personal a un plazo máximo de siete años, pero hay que ser cliente del «servicio dorado» de la entidad bancaria. A través de este producto, por ejemplo, se puede reformar y adaptar la vivienda, adquirir los muebles precisos para vivir de modo más confortable, etc.
Cajamar, por su parte, tiene los Préstamos bonificados por domiciliaciones, dirigidos a clientes que tengan domiciliada su pensión. Pueden disponer de un importe máximo de hasta 60.000 euros, con un periodo de liquidación que alcanza los siete años. Aplica un tipo de interés fijo o variable, que se puede revisar cada año, y bonificaciones por domiciliar la pensión. Por el contrario, contempla comisiones de apertura y amortización anticipada, algo que eleva el pago final.
El Crédito Directo Pensión en condiciones especiales, del Banco Popular, es una financiación por el importe de seis mensualidades de la pensión, en mejores condiciones que otros préstamos. Su plazo para devolverlo es de un año.
Déficit de créditos para cuestiones de salud
Si bien es cierto que los clientes mayores cuentan con una extensa oferta en cuanto a los créditos al consumo, aquellos destinados a mejorar sus condiciones de vida y su salud brillan por su ausencia, o son ofertas puntuales y aisladas.
Apenas hay créditos destinados a mejorar las condiciones de vida y la salud de los mayores
Los tratamientos geriátricos, dentales o de implantes no están cubiertos por vías de financiación especiales para este segmento de la sociedad, y casi siempre hay que recurrir a los planes de descuento o créditos que proporcionan las propias clínicas o centros especializados.
La financiación dental en la actual oferta crediticia tiene una presencia casi testimonial, pues se reduce a unas mínimas propuestas para solventar esta necesidad que tienen muchos mayores.
Es Caja Vital quien se ha decantado por ofrecer a sus clientes mayores el Multicredit Dental, con el que sus titulares pueden dividir y prorrogar el abono de su tratamiento dental en varios meses. Permite financiar diversos tratamientos, con importes desde 300 euros, para los más sencillos, hasta 10.000 euros, en los casos que requieren de una mayor atención odontológica. Los plazos de amortización oscilan entre los tres y 24 meses.
El único gasto adicional que fija este producto es una comisión de apertura, cuya cuantía dependerá del importe del tratamiento. Por ejemplo, por un tratamiento de 2.500 euros, financiado a un año, habrá que pagar cada mes unos 180 euros y una comisión de apertura de 30 euros, siendo el TAE cercano al 3%.
Este crédito se puede solicitar en la clínica dental, sin necesidad de pasarse por alguna de las oficinas de la entidad.