Bitcóin, ethereum, monero, dash… Hace un lustro apenas habíamos escuchado estas palabras y desconocíamos a qué se referían. Hoy, sabemos que son monedas digitales, que algunos se han convertido en millonarios por tenerlas y que están desatando una nueva “fiebre del oro”. ¿Es así? Para algunos, no tendrán rivales en el futuro al evitar intermediarios en las transacciones, mientras que otros expertos aseguran que estamos ante una burbuja y que conviene tener cuidado con ellas por su elevada volatilidad. Pero, ¿qué son? ¿Cómo se opera con ellas? ¿Qué ganancias reportan y qué futuro les espera? Este artículo despeja dudas.
¿Qué son las criptomonedas?
La criptomoneda es una moneda virtual. En la actualidad, el bitcóin es la más usada y valorada, y le sigue el ethereum. «Sin embargo, en los últimos años se han creado más de 2.100 criptomonedas distintas, que compiten entre ellas para ser la mejor», explica Tali Salomon, jefa regional para España y Portugal del bróker online eToro.
El propósito de las monedas virtuales, como el de todas las que han existido a lo largo de la historia, es «facilitar las transacciones comerciales proporcionando un medio de intercambio», comenta Salomon. Esta moneda está fuera del control de los gobiernos y de las entidades bancarias, pues las transacciones se hacen sin intermediarios, persona a persona.
La moneda digital «es una aplicación más de la tecnología de cadena de bloques», señala la experta, que es un libro digital compartido que registra todas las transacciones realizadas entre dos partes. La cadena de bloques protege la privacidad de sus usuarios, pero permite saber qué camino sigue una moneda desde la cartera de una persona hasta llegar a la cartera de otra, lo que proporciona mucha seguridad.
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¿Cómo se invierte y opera con ellas? El arte de minar
Las criptomonedas son un sistema descentralizado, no existe un mercado oficial y se puede operar todos los días del año durante las 24 horas del día. Para ello se necesita un sistema (minar) a través del cual se verifican las transacciones y se ofrecen nuevas unidades. La misión de la minería es «certificar que nadie usa las monedas dos veces y que nadie pueda introducir en el mercado monedas falsas», reconoce Tali Salomon. Es un proceso que llevan a cabo los «mineros», que agrupan transacciones de criptomoneda nuevas en un bloque. De media, «reciben un nuevo problema matemático cada 10 minutos y el más rápido en resolverlo se lleva las nuevas monedas que se ponen en circulación», aclara la especialista de eToro.
¿Puede hacerlo cualquiera? Los primeros bitcoines se minaron mediante el procesador de los equipos informáticos debido a que muy pocos ciudadanos estaban minando. A medida que se fueron incorporando personas a la minería, «la dificultad aumentó por el aumento de la potencia de computación de la red, haciendo muy complicado obtener una recompensa», detalla Salomon. Esto ha provocado el salto a las tarjetas gráficas, debido a que las GPU (procesador gráfico) tienen más potencia de cálculo que el procesador. Por lo tanto, «cualquiera puede intentarlo, pero no significa que lo logre, debido a que los algoritmos son complejos y cada vez que uno falla cambian», explica la experta. Es decir, cualquier criptomoneda puede ser minada con cualquier tipo de procesador, pero solo el más potente generará dividendos.
Además, hay zonas idóneas para minar, que deben reunir estos requisitos: velocidad de Internet muy alta, un clima frío y un bajo coste de la electricidad, según una investigación de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Por ello, entre los mejores lugares para minar, donde hay granjas de este tipo, destacan Islandia o Canadá.
¿Qué ganancias se pueden obtener y en cuánto tiempo?
Las fuertes subidas del bitcóin a finales de 2017 (seguidas de bajadas y nuevas subidas) han hecho que muchos inversores vean la criptomoneda como un activo que no pueden perderse, llegando incluso a hablar de una nueva «fiebre del oro». Pero, en realidad, no es sencillo valorar cuánto ni en qué intervalo se puede ganar con monedas digitales. Todo depende de cómo se utilicen las criptomonedas, si se tienen como depósito de valor a largo plazo o bien como especulación. «Y si bien es cierto que hay inversores que han hecho ganancias extraordinarias, muchos otros han perdido mucho dinero», confiesa Tali Salomon.
El mercado de criptoactivos es nuevo todavía y, por tanto, inestable
El hecho de que este mercado se haya vuelto muy popular no quita que no existan riesgos, por lo que es importante comprender que este es un mercado muy volátil y que uno puede perder todo lo invertido. Por eso es recomendable diversificar. Además, el mercado de criptoactivos es nuevo todavía y, por tanto, inestable. Por estos motivos, hay que tener presente que «solo debemos arriesgar el dinero que estemos dispuestos a perder», advierte la especialista.
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Respecto a quienes tachan a estos activos como burbuja, Salomon afirma que no cabe duda de que estas existen, «pero eso no significa que la moneda desaparezca», aclara. Así, el bitcóin en 2013 llegó a cotizarse por encima de 1.000 dólares, para luego retroceder hasta casi 200 (2015), «por lo que en ese momento se experimentó una burbuja, pero el mercado de estas monedas sigue existiendo», señala. En su opinión, las burbujas no excluyen que los activos sigan existiendo, «solo generan una corrección en los precios».
¿Cuándo explotará la próxima burbuja? ¿En qué mercado? «No está definido, puede ser que no sea en el mercado de las criptomonedas; al contrario, puede ser que sea en un mercado de menor riesgo, como muchas veces pasa», recalca la experta del bróker online.
¿Son las criptomonedas una moda o están para quedarse? “Han venido para quedarse“, expresa tajante Tali Salomon, pues el ser humano evoluciona y, junto a él, el sistema financiero. Para la economía actual, el mercado de criptomonedas “no solo evitaría la impresión desmedida por parte de los bancos centrales, los cuales nos llevaron al estado en el que estamos ahora”, donde las tasas de interés están cerca de cero o negativas. Además, permitiría “prescindir del intermediario dentro del sistema, el cual ha demostrado ser ineficiente y eso ha influido en las crisis del pasado”, añade.