La banca no entiende de rebajas. Mientras las empresas de otros muchos sectores de actividad se ajustan al máximo y tratan de ofrecer atractivos descuentos a sus clientes, en el mundo financiero se impone la máxima contraria: cobrar por todo y más que nunca. Incluso, algunas entidades aplican nuevas comisiones, con tal de mejorar sus ingresos. La caída en sus márgenes de negocio y el ascenso de la morosidad hace que bancos y cajas eleven casi todas las comisiones por la prestación de sus servicios básicos. No quedan al margen las transferencias, que han incrementado su coste medio un 29% en los últimos cinco años. Hoy, la tarifa media por realizar una transferencia bancaria se sitúa en 3,56 euros, según datos del Banco de España a cierre de mayo de 2010.
Tarifas máximas y mínimas
Poco a poco, la crisis compone un mundo más regulado y, en cierto modo, más protegido para el pequeño ahorrador. Todos los esfuerzos se centran en legislar las operaciones bancarias básicas y las relacionadas con los productos de inversión. Gobiernos e instituciones se afanan en crear una nueva normativa para las entidades financieras con carácter global. No obstante, en España ya se han dado varios pasos al frente en este sentido: la Comisión Nacional del Mercado de Valores ha lanzado un par de nuevas normativas relacionadas con los productos de renta fija y las operaciones bursátiles también están más controladas. En el mundo bancario, desde hace unos meses, funciona la Ley de Servicios de Pago, que ha servido para lograr una mayor supervisión de los movimientos de dinero y las transferencias, entre otros aspectos. Sin embargo, una de las variables que no se han tocado han sido las comisiones, una partida donde las entidades tienen aún libertad absoluta para imponer sus precios. Y hay un sendero alcista de comisiones. En el ámbito de las transferencias, las subidas abarcan ya a los últimos cinco años. En 2006, el coste medio por realizar esta operativa bancaria era de 2,75 euros, mientras que a cierre de mayo de este año la cuantía alcanzaba 3,56 euros.
La comisión mínima por realizar una transferencia está establecida desde hace tres años en 2,50 euros
En cualquier caso, las tarifas máximas que pueden llegar a aplicar las entidades son todavía más elevadas. En los dos últimos ejercicios (2009 y lo que va de 2010) están fijadas en 7,50 euros. Es decir, sin tener en cuenta el dinero que se traslade, la entidad puede reclamar el pago de esta cantidad. Por su parte, la comisión mínima está establecida desde hace tres años en 2,50 euros. Desde Adicae (Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas de Ahorros y Seguros) estiman que, en general, las tarifas que cobran las entidades por realizar una transferencia no son razonables, sino desproporcionadas con el coste real del servicio.
Cómo evitar su pago
Es difícil evitar el pago de este servicio básico, ya que las entidades cada día son más reacias a negociar la supresión de comisiones. Uno de sus objetivos prioritarios es incrementar sus ingresos por esta vía para tratar de compensar el menor volumen de negocio que les generan otros segmentos, como el hipotecario o el bancario (de intercambio de dinero en mercados internacionales) dados los bajos tipos de interés actuales.
Una posibilidad para esquivar el pago de comisiones en transferencias es contratar una de las actuales tarifas planas de comisiones en servicios bancarios básicos. No obstante, el coste de estas promociones también se ha incrementado de manera notable. Por lo general, hay que abonar una media de 20 euros al mes para acceder a la «barra libre»: tras pagar esa cuantía, el cliente tiene la posibilidad de realizar transferencias, cheques, extracciones de efectivo en cajeros, entre otros servicios, de forma ilimitada sin coste. Al año, no obstante, estas tarifas planas sobrepasan los 240 euros de media. Esta cuantía supera con creces los 178 euros que cobra la banca española en comisiones por usuario al año, según el último informe realizado por la Comisión Europea. Si se tiene en cuenta este dato, no sería rentable contratar uno de estos servicios o tarifas planas en comisiones. Sólo si se es muy activo en la realización de transferencias, cheques o utilización de tarjetas puede compensar suscribir este servicio.
Otra posibilidad más rentable y fácil para conseguir una exención de comisiones es vincularse de forma intensa con la entidad. Son numerosos los ejemplos de bancos y cajas que eximen a sus clientes de pagar comisiones por transferencias y otros servicios básicos (como mantenimiento de cuenta corriente) siempre que domicilien la nómina y se comprometan a mantenerla durante un periodo mínimo (al menos 24 meses). También hay usuarios que consiguen negociar con su entidad una supresión de comisiones por tener un buen perfil de fidelidad (ser usuario antiguo, con saldos elevados en cuenta y productos de inversión contratados). Si se dispone de un producto para el largo plazo, como un plan de pensiones o una hipoteca, también se puede conseguir este privilegio.
En cualquier caso, los bancos y cajas se muestran reacios a conceder esta ventaja. Han elevado su listón de exigencias y de rentas del cliente para tratarlo de modo especial.
Sí es generalizada la exención de comisiones por realizar transferencias en la banca on line. Las principales entidades que operan por Internet (ING Direct, Inversis, Uno-e, Openbank, Bancopopular-e, Oficina Directa y Self Bank) no aplican comisiones a sus clientes por mantener una cuenta corriente y realizar con ella las operaciones más básicas, entre otras, las transferencias a la Unión Europea. Los menores costes de estas entidades (que cuentan con plantillas reducidas y con muy pocas oficinas físicas) justifican esta posibilidad.
Cambios en la regulación
En los últimos meses, varias leyes han modificado la operativa bancaria en cuanto a transferencias y movimientos de dinero. La Ley de Servicios de Pago, que entró en vigor a finales de 2009, estableció la posibilidad de cobrar tanto al ordenante como al receptor de una transferencia bancaria. La Ley ha introducido la denominada «cláusula share», que hasta el momento no se aplicaba en el marco interbancario español. Implica la posibilidad de compartir gastos entre ordenante y beneficiario. Esta cláusula no sólo compete al ámbito de las transferencias, también se puede aplicar a quien paga con tarjeta de crédito o débito y a quien domicilia un recibo (y no sólo a quien lo emite). No obstante, desde Adicae afirman que, por el momento, no son conscientes de que ninguna entidad cobre a sus usuarios cuando reciben una transferencia, sino sólo a quienes las ordenan. Creen que es así ya que, hasta el momento, no han recibido ninguna queja.
Es generalizada la exención de comisiones por realizar transferencias en la banca que opera por Internet
En paralelo a la Ley de Servicios de Pago, hace apenas un mes entró en vigor la nueva Ley de Blanqueo de Capitales, que también ha traído consigo novedades en el ámbito de las transferencias bancarias. Desde el pasado mes de abril, todas las entidades financieras tienen la obligación de identificar a sus clientes cada vez que realicen movimientos de dinero iguales o superiores a 1.000 euros. Hasta ahora, la banca sólo estaba obligada a pedir la identificación cuando sus clientes solicitaban operaciones por más de 3.000 euros. No obstante, con un claro afán supervisor y de control del fraude y del blanqueo de capitales, la nueva norma endurece las exigencias. Ahora, las entidades deben prestarse a tener una mayor colaboración con la Agencia Tributaria, a quien deben comunicar los datos personales y banco de destino cada vez que ejecuten una transferencia por más de 1.000 euros, un ingreso en efectivo o un reintegro en cajeros. La obligación de información es mayor cuando se realizan transferencias al exterior o movimientos de dinero superiores a los 50.000 euros, que es el límite establecido por los sistemas de intercambio.
España es uno de los países europeos con comisiones más caras por servicios bancarios.
Lidera la clasificación Italia, donde cobran 253 euros de media.
El siguiente puesto es para nuestro país, donde se cobran 178 euros anuales, de media, en comisiones básicas.
A continuación figura Francia, con 154 euros.
Austria: 140 euros.
Alemania: 89 euros.
Bélgica: 58 euros.
Holanda: 46 euros.