Ahorrar, ahorrar, ahorrar. En tiempos de crisis este verbo adquiere un mayor significado. Asoma la recesión y lo habitual es hacer política de puño prieto por si vienen mal dadas, por si empeora la cosa, por si… Pese a los afilados dientes con los que todavía amenaza el mercado inmobiliario, con un flujo crediticio que se contrae más y más y con los precios de la vivienda nueva y de segunda mano reticentes a bajar, las cuentas vivienda constituyen todavía una interesante fuente de rentabilidad.
Beneficios fiscales
Estos productos no son otra cosa que cuentas corrientes, libretas o depósitos bancarios (nunca fondos de inversión) que tienen una particularidad: son una fórmula de ahorro que permite a su titular beneficiarse de deducciones fiscales, siempre que invierta ese dinero en la compra de su primera casa, que vaya a convertirse en su vivienda habitual, y que efectúe la compra en un plazo máximo de seis años desde el momento de su apertura.
La deducción fiscal por cuenta vivienda llega hasta el 15% (18% en el País Vasco) del dinero depositado. La desgravación rige para los cuatro primeros años de funcionamiento del plan, no para los dos restantes, que son fruto de la ampliación del tiempo de vigencia de estos productos acordado por el Gobierno el pasado 28 de octubre, con motivo del desplome en la venta de viviendas y la presión de la crisis sobre los españoles. Finalizado ese plazo, el titular está obligado a comprar, invertir el dinero ahorrado en la reforma de una vivienda o devolver a Hacienda los intereses deducidos durante ese tiempo. Así viene regulado en el artículo 69 del texto refundido de la Ley del Impuesto sobre la Renta de las personas físicas y en su reglamento de desarrollo.
Hay que ser comedidos con las contrataciones de cuentas vivienda y hacerlo sólo si se está seguro de poder afrontar la adquisición
Pero todo eso sólo tiene validez si el dinero ingresado pretende destinarse exclusivamente a la compra de una vivienda habitual (o de un terreno, siempre que se construya una casa en él); no sirve en el caso de destinar sólo una parte del ahorro a la compra o reforma.
Captación de pasivo
Las cuentas de ahorro vivienda también representan un interesante filón para las entidades financieras. Con las actuales dificultades de liquidez, las cuentas vivienda se han convertido en un instrumento más para la captación de pasivo. El banco llama la atención del cliente ofreciendo una remuneración -al combinarla con el ahorro fiscal- más alta que las de cuentas ahorro comunes. No obstante, los expertos apuntan a que en el momento actual el aspecto fiscal es el más importante de una cuenta ahorro vivienda. Desde el primer año que se declara, el contribuyente está obligado a cumplir con las condiciones de este producto.
No obstante, cabe distinguir entre repercusiones macroeconómicas y repercusiones en la esfera particular, la del consumidor. Fomentar las cuentas vivienda en un momento en que el consumo se ha contraído y no hay muchas posibilidades de aumentar el ahorro no se perfila como la mejor de las ideas en el ámbito macroeconómico, sin embargo las personas que sí estén en disposición de ahorrar pueden encontrar en este tipo de productos financieros una excelente oportunidad de economizar, siempre y cuando hayan valorado bien su capacidad futura de compra. “De nada sirve abrir una cuenta vivienda para deducirse el 15% de un capital que luego haya que devolver por la incapacidad del ciudadano de hacer frente a la compra de una vivienda. Es por esto por lo que se recomienda ser “muy comedidos” con las contrataciones de cuentas vivienda y sólo hacerlo cuando se está seguro de poder afrontar la adquisición.
Busque, compare y haga números
Hay otro aspecto financiero, la rentabilidad, que también conviene considerar. La oferta es amplia y hay que valorar cuál es la que mejores condiciones de rentabilidad ofrece. Determinadas entidades exigen que se vincule la cuenta vivienda a otra cuenta abierta en la propia entidad, lo cual puede suponer gastos adicionales. Por ello, se recomienda a quienes estén interesados en contratar una cuenta vivienda revisar su planificación y las posibilidades que tienen de encontrar un piso acorde con sus necesidades, además de la financiación a la que pueden acceder. Muchas cuentas vivienda se ven frustradas por la imposibilidad de cuadrar el ahorro con los precios del mercado. En el mercado, las mejores cuentas ahorro vivienda tradicionales ofrecen intereses en torno al 3% TAE. Pero pueden encontrarse productos de ahorro con mejores rentabilidades. Es el caso de algunos depósitos a plazo, que llegan a ofrecer el 4% TAE.
Al cliente con una base imponible de 40.000 euros le correspondería ingresar a Hacienda un total de 7.500 euros. Al ahorrar desde enero en una cuenta vivienda retribuida con el 2,25%, una aportación mensual de 600 euros arrojaría un saldo anual de 7.228,36 euros, teniendo en cuenta que la deducción se aplicará sobre el incremento del saldo en cuenta entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de cada uno de estos cuatro años. Al ser esta cantidad inferior al límite de 9.015 euros, el ahorrador tendría derecho a deducirse el 15% de la misma. Esto es: 1.093,25 euros, bastante más que los intereses recibidos, que serían de tan sólo 88,36 euros.
Las entidades bancarias no exigen un monto mínimo de apertura, ni se cobran costes de mantenimiento
Aunque las cajas y bancos disponen de productos especialmente diseñados al ahorro para la vivienda, en principio cualquier cuenta de ahorro -siempre y cuando se informe de este destino a la entidad y así se consigne en la declaración de la renta- es válida para disfrutar de las deducciones fiscales correspondientes. De hecho, multitud de instrumentos -una imposición a plazo fijo, por ejemplo- pueden formar parte de este paquete. Como reclamo, ciertas entidades financieras ofrecen una deducción extra sobre la ya estipulada por ley. En ocasiones, de hasta el 7%, como es el caso de la cuenta vivienda joven de Unicaja para menores de 35 años, o la Cuenta Vivienda Blue Joven del BBVA para el mismo rango de edad.
Contratación
Para poner en funcionamiento una cuenta de este tipo, las entidades bancarias no exigen habitualmente un monto mínimo de apertura, por lo que se puede empezar con muy poco dinero. Tampoco se cobran, normalmente, costes de mantenimiento, ya que los movimientos de dinero en una cuenta de ahorro vivienda suelen ser muy escasos, lo que significa bajo coste para la entidad bancaria. También ésta es la razón de que los intereses se sitúen en torno al 3%, por encima de los obtenidos con una cuenta de ahorro tradicional.
Hacienda sólo acepta una cuenta vivienda por contribuyente. Por ello, en caso de que el futuro comprador cambie de cuenta a lo largo de un año, ha de recordar que el saldo inicial a 1 de enero vendrá dado por la cuenta antigua y el saldo final por la nueva. Sin embargo, el cliente puede cambiar de una cuenta vivienda a otra sin que exista ninguna incidencia fiscal y beneficiarse así de nuevos productos más rentables que pudieran aparecer mientras tanto en el mercado.