El incremento del paro entre la población ha generado que los bancos hayan estudiado la situación de los clientes sin trabajo y les hayan habilitado una serie de cuentas, en las que será necesario aportar su prestación por desempleo. De esta forma, los parados pueden seguir con sus relaciones con las entidades, sin renunciar a ninguna prestación o ventaja de este tipo de cuentas cuentas. En este artículo, las personas que estén sin trabajo remunerado podrán analizar qué cuentas son las más adecuadas para ellas, los requisitos necesarios para acceder a sus servicios y qué les ofrecen, si suscriben alguno de estos productos bancarios.
Cuentas para desempleados: contratación sin límites
Estar sin trabajo puede suponer muchos inconvenientes en las relaciones con el banco, en especial después de haber domiciliado la nómina y disfrutado de una serie de ventajas básicas durante el periodo laboral. No obstante, y como consecuencia del incremento del número de parados en los últimos años, las entidades han decidido abrir sus puertas hacia este colectivo social y ofrecer unas cuentas en donde puedan domiciliar su prestación por desempleo, para que puedan seguir beneficiándose de sus ventajas.
Los requisitos son mayores y las ofertas no tan amplias como en las cuentas destinadas a los trabajadores en activo e incluso jubilados. Y, si bien hay algunas que no piden unos ingresos mínimos mensuales, hay otras que exigen un importe mínimo, a partir de 600 o 700 euros. En cualquier caso, las prestaciones son similares a las habilitadas por domiciliar la nómina o pensión.
De entre toda la oferta actual, hay cuatro entidades financieras que se decantan por presentar este modelo de gestión en sus cuentas. Todas se basan en propuestas muy parecidas entre ellas, en donde tan solo los requerimientos muestran pequeñas diferencias en cuanto al contenido de estos productos bancarios, en especial sobre importe mínimo de las mismas.
Cuentas para desempleados a partir de 300 euros
Banco Sabadell tiene para los parados la Cuenta Expansión, siempre que estos domicilien su prestación por desempleo con la condición de que sea superior a 700 euros. A cambio, la cuenta estará exenta de comisiones y se les devolverá el 3% de los recibos domésticos domiciliados (luz, agua, gas, telefonía…), con un máximo de 20 euros al mes.
Openbank es otra de las entidades que admite esta posibilidad. Si el parado suscribe su Cuenta Nómina, como contraprestación podrá ahorrarse algunos euros todos los años por medio de diferentes estrategias comerciales: por un lado, por la devolución del 1% de los recibos de luz, gas, teléfono, móvil e Internet; y, por otra parte, a través de planes de descuentos y ofertas en diferentes servicios (agencias de viaje, transportes, restaurantes…). No tiene gastos ni comisiones y posibilita la obtención de tarjetas, sin ningún gasto.
BBVA, por su parte, al domiciliar la prestación por desempleo de forma regular, automáticamente les exonera del pago de comisiones y otros gastos administrativos. En cualquier caso, la prestación por desempleo deberá ser igual o superior a 300 euros, al menos dos de los últimos meses. Las tarjetas de crédito o débito, por otra parte, no tendrán ninguna cuota anual, así como en otros servicios (cheques, remesas, transferencias, etc.). Y, como novedad con respecto a otros modelos de gestión, tampoco pagarán comisiones, si tienen sus ahorros invertidos en esta entidad o si mantienen un saldo mensual medio de más de 60.000 euros en cuentas, depósitos o productos de ahorro o inversión.
Solo para jóvenes desempleados
Kutxabank aplica esta estrategia comercial solo a los jóvenes parados, a través de la Cuenta Nómina Joven, que permite la domiciliación continuada de la prestación por desempleo, por encima de 600 euros. Sin comisiones de mantenimiento, les deja suscribir la tarjeta Visa Dual de forma gratuita. Además, pueden disponer de tarifas preferentes para contratar sus préstamos de consumo, con una bonificación del 0,50% sobre las tarifas habituales.
Las cuentas que admiten la domiciliación de estos ingresos parten de unas características comunes de las que pueden beneficiarse sus titulares. Fundamentalmente, reducen los costes como consecuencia de la exención de comisiones y gastos por las operaciones bancarias más habituales y también por un incremento en los servicios que prestan los bancos a través de estrategia comercial.
Las aportaciones de estas cuentas se resumen en estos cuatro puntos.
- Son productos bancarios que no incorporan comisiones ni gastos en su mantenimiento, que se amplían también a muchas de las operaciones realizadas por estos clientes.
- Suponen una oportunidad para tener en su cartera tarjetas de crédito o débito sin cuotas de emisión o mantenimiento y con todas las prestaciones inherentes a este medio de pago.
- Por lo general, están habilitadas con líneas permanentes de descuentos en otras domiciliaciones y hasta en otros servicios extrabancarios.
- Las cuentas están abiertas a cualquier aportación de estos ingresos, desde las mínimas a partir de 300 euros, a otras más exigentes que requieren un ingreso mensual desde 600.