Diversificar el ahorro
El español, por lo general, es poco exigente y confía demasiado en su banco de siempre, sin mostrar una postura crítica ante las entidades y sus productos a la hora de invertir. Pero, teniendo en cuenta la ingente oferta bancaria actual, no está de más plantearse si conviene depositar el dinero en una sola entidad bancaria o en varias, y tener siempre en cuenta qué productos son idóneos e informarse de los plazos, el riesgo, la necesidad de diversificar y la fiscalidad de cada inversión.
Las dos opciones tienen ventajas e inconvenientes para el usuario. Si la cantidad que se desea ingresar en una banco o caja supera los 100.000 euros, las asociaciones bancarias recomiendan repartirla en varios bancos, ya que el Fondo de Garantía de Depósitos cubre esta cantidad como máximo por persona y entidad. Esta recomendación, como indican desde la Asociación de Usuarios de bancos, Cajas y Seguros (ADICAE), surge a raíz de que en octubre de 2008, tras la oleada de quiebras financieras, se aumentase la cobertura de estos fondos de 20.000 a 100.000 euros. Pero para quien no vea clara la opción de diversificar su ahorro, la otra alternativa es aumentar el número de titulares de las cuentas, ya que el Fondo de Garantía cubre hasta 100.000 euros por titular y cuenta.
Aun teniendo esto en cuenta, lo mejor, en palabras de Salvador Cerezo, presidente de la Asociación Nacional de Asesores Financieros (ANAF), es dispersar el dinero en varios bancos, “siempre que se tengan depósitos bancarios en las distintas modalidades de imposiciones”. Si la inversión se realiza en productos que contengan valores bursátiles u otros productos, como fondos de inversión, productos estructurados, seguros, etc., las garantías no las ofrecen los bancos, porque simplemente se convierten en intermediarios.
Diversificar el ahorro es más seguro y permite escoger las mejores ofertas de cada entidad
Hay dos ventajas en la dispersión, según señala el experto:
- La seguridad, siguiendo la máxima de la dispersión del riesgo.
- Posibilidad de escoger entre las mejores ofertas debido a la competencia: la falta de liquidez de las entidades bancarias por la escasez de crédito interbancario, les obliga a hacer frente a las amortizaciones de las titulizaciones hipotecarias. Por ello, hay buenas ofertas de depósitos en el mercado a tipos de interés muy por encima del interbancario, deuda pública, o bonos, entre otros.
En el aspecto fiscal, no existe ninguna repercusión directa en la diversificación de la inversión (lo que sí diferencia el tratamiento fiscal es el tipo de producto contratado, ya que, por ejemplo, hay productos, como las hipotecas por la vivienda que desgravan ante Hacienda). Se tenga el ahorro en un solo banco o en diez, se aplican impuestos a los rendimientos que están sometidos a las retenciones correspondientes, y cada entidad enviará la información fiscal al final de cada ejercicio a su cliente para ser incorporada en su declaración del IRPF. Lo único que puede afectar en el tratamiento fiscal es tener que declarar más posiciones en la Declaración de la Renta, pero no en cuanto al porcentaje, ya que se suman todas las cantidades que se tienen invertidas.
Apostar por un solo banco
Si un usuario se resiste a tener el dinero en varias entidades, bien porque no posee una elevada cantidad, o porque le resulte más complicado controlar la diversificación, lo mejor es conocer tanto las posibilidades que le ofrece su banco de siempre, como estudiar la oferta de otras entidades. Una vez contempladas las posibilidades, lo más productivo en el contexto económico actual, es optar por la inversión a corto plazo, porque los tipos de interés son mejores: a largo plazo la rentabilidad será de un 4%, mientras que a corto plazo se situará sobre el 5%, e incluso del 6%, según pronostica Cerezo, quien señala que en las cuentas de ahorro se ha experimentado una gran bajada en los intereses, lo que no sucedía desde 2005.
En este sentido, los bancos on line son los que suelen dar más rentabilidad aunque la tendencia es que vayan a la baja. Las ofertas que surgen suelen ser muy concretas, para nuevos clientes y nunca superan la duración de 12 meses. Como explica Cerezo, la diferencia entre un banco on line y uno tradicional es que el primero está más “industrializado”: emplea menos costes en su dedicación tanto de personas como de herramientas, ya que generalmente todo se contrata por Internet. En el caso de un banco tradicional, se tiene un servicio personal (y oficinas), lo que repercute e los costes al consumidor vía comisiones. Más allá de la diferencia entre la banca tradicional o la banca por Internet, desde ADICAE enfatizan en que el consumidor debe extremar las precauciones a la hora de contratar cualquier tipo de producto financiero: exigir toda la información detallada no sólo verbalmente sino por escrito, preguntar hasta la saciedad y, si no queda satisfecho, buscar asesoramiento neutral.
Al tener el dinero en un solo banco se minimizan gastos en comisiones y gestión, y se obtiene una mejor atención como cliente preferente
Al tener el dinero en un solo banco se minimizan los gastos en comisiones y de gestión; además, por lo general, el usuario se beneficia de una mejor atención como cliente preferente, ya que tiene el capital concentrado en una sola entidad.
Una de sus aparentes desventajas es que en el momento de viajar podría ser un “problema” contar sólo con tarjetas de un mismo banco, pero lo que realmente importa es el tipo de tarjeta, si es de débito o de crédito. Estas últimas son aceptadas en un radio geográfico internacional más amplio. También puede haber algunas diferencias en función del tipo de tarjeta de crédito: VISA, Mastercard o American Express; por ejemplo, las dos primeras tienen una más amplia aceptación. El usuario debe tener en cuenta, además, el sistema con el que opera su tarjeta: Servired, Sistema 4B, Euro 6000, puesto que el gasto en comisiones varía sensiblemente entre unos y otros.
Si se decide conservar el dinero en un solo banco hay que tener en cuenta una serie de aspectos:
- Si se posee una entidad de confianza, conviene consultar y leer atentamente todos los productos que ofrezca.
- Tener clara la idea de lo que se necesita, y no ir a tientas. No ceder a presiones de ofertas instantáneas, ni firmar “a la primera”.
- Siempre preguntar: rentabilidad, si se puede disponer del dinero y a qué coste, fiscalidad, y gastos.
- Leer la letra pequeña.
- Si se sospecha que ocultan información, hay que acudir inmediatamente a los organismos oficiales de consumo.
Cambio de entidad
Cuando lo que se desea es cambiar de banco, el trámite es bastante sencillo. A menos que el cambio implique subrogar la hipoteca. Si se ha localizado un banco que ofrece mejores condiciones para la misma hipoteca, y se realiza el cambio, hay que calcular siempre que se deben pagar gastos de cancelación, de notaría, de gestoría y de registro. Y tener muy presente que a través de la subrogación lo que se puede variar es el tipo de interés, el plazo de amortización, o ambos. Pero, en ningún caso se podrá modificar el capital pendiente de amortizar.
En caso de querer cambiar de entidad por cuestiones relacionadas con la hipoteca, no cabe duda de que la subrogación es una opción mucho mejor que cancelar el crédito inicial y abrir una nueva hipoteca, porque se incurriría en mayores gastos.