El número de clientes bancarios que opera a través de Internet se ha disparado durante los últimos años, al mismo tiempo que ha aumentado la oferta de productos financieros que se pueden contratar por la Red, tanto en la banca tradicional como en las entidades en línea. Y es que cada vez son más los bancos que comercializan depósitos virtuales. En el siguiente artículo aclaramos qué son los depósitos bancarios en línea y si resultan igual de seguros que los plazos fijos que se contratan en una sucursal.
Contratar un depósito bancario desde el sofá de casa
El incremento de la penetración de la banca electrónica en España ha venido acompañado de un aumento del grado de accesibilidad a los servicios bancarios. Según un informe elaborado por Deloitte el pasado año, el 73 % de los servicios bancarios ya se ofrecen a través de canales digitales.
Esta digitalización también ha afectado a los depósitos: no solo es posible contratar plazos fijos a través de Internet en los bancos digitales, sino que las entidades tradicionales también permiten a sus clientes suscribir estos productos de ahorro a través de sus webs o de sus aplicaciones, sin necesidad de acudir a una oficina. Y precisamente, un depósito en línea es eso: un plazo fijo que se contrata por Internet. Si revisamos el contrato de un depósito bancario firmado en oficina y de otro dado de alta por la Red, no hallaremos diferencias, salvo en las condiciones del producto (plazo, rentabilidad, etc.).
Entonces, los depósitos en línea ¿son seguros?
Los depósitos firmados a través de Internet son igual de seguros que los que se dan de alta en una sucursal, siempre y cuando sean en realidad depósitos y se contraten en entidades supervisadas y adheridas a un FGD (Fondo de Garantía de Depósitos), y no en chiringuitos financieros. Las razones por las que un depósito virtual es igual de seguro que uno tradicional son:
- El dinero está garantizado por el banco. Como ocurre con todos los depósitos, la entidad se compromete, al vencimiento o antes si admite la cancelación anticipada, a reembolsar todo el dinero que haya invertido el cliente. De hecho, si el plazo fijo se cancelase antes de tiempo y el banco aplicase algún tipo de penalización, esta no podría superar los intereses brutos devengados.
- Los fondos están protegidos por el FGD. Los depósitos a plazo fijo, sean virtuales o no, están protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos español o por el del país de la UE que corresponda. De este modo, si la entidad quebrase, el organismo devolvería hasta un máximo de 100.000 euros por titular.
Por otra parte, no olvidemos que los bancos españoles, sean virtuales o tradicionales, están supervisados por los reguladores. En la actualidad, una docena de instituciones bancarias españolas consideradas como significativas están supervisadas directamente por el Banco Central Europeo, mientras que el resto están vigiladas por el Banco de España.
Imagen: QuinceMedia
Banca digital: más transparente y depósitos más rentables
Una de las ventajas de los bancos virtuales es que son más transparentes. Al realizarse todo el proceso por Internet y relacionarse con sus clientes sobre todo a través de su web o su app, las entidades se ven obligadas a informar de todas las condiciones de sus productos de forma clara y a entregar una copia de los contratos que el cliente puede leer con tranquilidad antes de firmar.
Pero los depósitos en línea no solo presumen de transparencia, también de rentabilidad. Por lo general, los plazos fijos de la banca digital son más rentables que los de la banca física, ya que estas entidades que operan por la Red pueden trasladar a estos productos el ahorro que supone no tener que mantener una red de oficinas y una plantilla tan elevada como la que tienen los bancos tradicionales.
El 46 % de los españoles estaría dispuesto a contratar un depósito en línea, de acuerdo con una encuesta realizada el pasado mes de octubre por el comparador de productos financieros HelpMyCash. Aunque más de la mitad de los encuestados afirma que le asustaría invertir sus ahorros en un plazo fijo contratado por Internet, en un año la confianza en este producto de ahorro ha aumentado de forma notable: en 2018 solo el 33 % de los encuestados decía no tenerle miedo a los depósitos en línea.
La falta de confianza se debe, sobre todo, a la ausencia de oficinas y a la sensación de que estos productos no son seguros, a pesar de contar con las mismas garantías que los depósitos tradicionales.