Los depósitos con interés anticipado abonan éste en el momento de la imposición y por el plazo contratado, pero el importe es menor que en los depósitos corrientes y no hay posibilidad de cancelación ni de recuperar de manera anticipada el dinero invertido. Por ello, aunque brindan liquidez inmediata, conviene sopesar si se prefiere la anticipación en el cobro de los beneficios o en la disposición del capital.
Resultados inmediatos
La crisis y la consecuente falta de empleo y liquidez en la economía doméstica han determinado una mayor demanda de productos de inversión más flexibles, que brinden resultados inmediatos. Muchos pequeños inversores han cancelado sus productos financieros contratados, con el fin de obtener liquidez. En el caso de los planes de pensiones, supone que sólo en 2009 más de 41.000 desempleados realizaron rescates anticipados por el triple del importe recuperado en años anteriores.
En la batalla por ganar clientes que libran las entidades financieras desde el comienzo de la debacle, los devaluados fondos de inversión que brillaron en épocas de bonanza, han dado paso a los depósitos a plazo como los productos preferidos por los pequeños ahorradores. Al invertir se prefieren rentabilidades más moderadas y capital garantizado. Aunque los tipos de interés marcan mínimos históricos, las entidades bancarias compiten entre sí con la mejora de las condiciones de sus depósitos para ganar clientes. Entre ellas, destaca la anticipación de las ganancias.
Interés anticipado
Estos depósitos no se benefician de una posible revisión de los tipos o intereses crecientes
Un depósito con interés anticipado es un tipo de imposición a plazo, con el capital garantizado por completo, que tiene la particularidad de abonar los intereses en el momento de formalizar la imposición. En la actualidad, varias entidades disponen de este tipo de productos, que tienen un interés bastante menor que la media del mercado de depósitos para el mismo plazo.
Mientras que esta media a más de 12 meses varía entre un 3,5% y un 4,5% TAE, los productos de interés anticipado disponibles en el mercado no superan los 2,5 puntos porcentuales de ganancia media desde 5.000 euros, por 15 meses y con renovación automática al vencimiento al tipo vigente.
La principal ventaja de estos depósitos es que el cliente cuenta con el dinero al instante, sin necesidad de esperar el cumplimiento del cronograma de pagos, bien periódicos o al vencimiento del depósito. No obstante, la necesidad de dinero inmediato no debe animar a olvidar una variable de peso en épocas de crisis: la facultad de cancelar el depósito para contar con el capital en caso de necesidad, aunque esta decisión implique pérdidas.
Hasta el vencimiento
Tienen un interés bastante menor que la media del mercado de depósitos para el mismo plazo
La posibilidad de recuperar el dinero invertido en una imposición a plazo es una facultad del cliente, en determinadas condiciones. Esto no ocurre con los depósitos de interés anticipado y es uno de los factores que se deben sopesar antes de contratarlos. Este producto tampoco se beneficia de una posible revisión de los tipos, si la hubiera, o de intereses crecientes.
Aunque no hay una norma específica para fijar las comisiones que se pueden cobrar en una cancelación anticipada, el Banco de España cuenta con una recomendación mínima, según la cual, la entidad no puede cobrar más que el interés obtenido, en caso de retirar el dinero antes de lo estipulado. Las penalizaciones por cancelación anticipada -en caso de haber- podrían aplicarse de la siguiente manera:
Reducción del tipo de interés pagado.
Retención de un porcentaje del interés pagado.
Comisión sobre el capital cancelado, que puede calcularse según el tiempo que reste al depósito para su vencimiento o de modo fijo.