La tasa interanual general del Índice de Precios de Consumo (IPC) en el mes de diciembre se ha situado en el 3,00%, siete décimas por encima de la registrada en noviembre. Es la tasa más alta desde octubre de 2008. Por otro lado, la tasa de variación interanual de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) ha aumentado en este período tres décimas, hasta el 1,50%, y sitúa su diferencia con el índice general en un punto y medio. Debido a este repunte de los precios, es más difícil encontrar productos financieros que puedan superar esa barrera y que no procedan de la renta variable. Uno de los más dañados por esta elevación de los precios a finales de 2010 son los depósitos, ya que su rentabilidad habitual se sitúa en torno al 2% y 3%, por lo que no suponen rentabilidad alguna si se descuenta el encarecimiento del coste de la vida. Por el contrario, otros proporcionan algo más, en torno a un 4%, que en realidad representa un escaso 1%, que puede evaporarse por el pago de posibles comisiones o gastos de mantenimiento que exigieran alguno de estos productos. Por tanto, habría que estudiar los depósitos estructurados o referenciados a algún índice o activo financiero para que se elevaran hasta el 5% o incluso algo más, aunque a costa de cumplir con una serie de requisitos que a menudo son muy difíciles de cumplir.
Entre las alternativas del mercado bancario actual, destaca la propuesta de acogerse a los depósitos bonificados, con los cuales elevar entre un 0,50% y un 2,00% la rentabilidad obtenida, siempre que se incrementen las posiciones financieras en la entidad emisora del depósito. No hay que olvidar que los intereses generados están sujetos a una retención del 19%, que se corresponde con el tipo de gravamen fijo de tributación. Pero en el comienzo de este año una mala noticia ha alcanzado a los depositantes: la recomendación por parte del Banco de España para que las entidades que hayan recibido dinero público o lo vayan a recibir en los próximos meses se abstengan de realizar ofertas agresivas en la comercialización de sus depósitos.
Las esperanzas de encontrar productos que eleven su rentabilidad hasta el 4% o 5% se han desvanecido
El principal efecto que ya ha tenido esta dura advertencia es que los tipos de interés que ofrezcan las entidades deberán ser, como máximo, igual a la media de los tipos más altos que ofrezcan las cinco principales entidades competidoras. Como consecuencia de ello, las esperanzas de encontrar productos que eleven su rentabilidad hasta el 4% o 5% se han desvanecido y, sobre todo, las ofertas de vinculación o de referencia a algún activo financiero pueden cumplir con el compromiso de incrementar su remuneración a través de las imposiciones a largo plazo, ya que en general las entidades han tenido que descender su rentabilidad y muchas de ellas han pasado de ofrecer algo más del 4% a propuestas de un 2% para captar el pasivo de sus clientes. Es frecuente que las entidades rebajen su rentabilidad en más de medio punto, incluso hasta el 1%, con lo que el interés de este tipo de productos de ahorro ha decrecido entre sus potenciales compradores.
Rentabilidad superior
Una de las fórmulas elegidas para elevar la rentabilidad de los depósitos a partir de 2011 y, por tanto, que se sitúen por encima de la media del mercado bancario, son los modelos tradicionales que intentan captar el pasivo de los clientes a través de propuestas más agresivas. En este apartado figura el «Depósito P.I.P.A», de Novacaixagalicia, la fusión de Caixa Galicia y Caixanova, que ha propiciado la comercialización de su primer depósito conjunto. Éste consta de un 80% del capital a una imposición de 6 meses, que aplica un tipo de interés del 5,00%, mientras que el 20% restante es un depósito que tiene como referencia una «cesta» de acciones del «Ibex-35»: Telefónica, Inditex y Gas Natural, que puede incrementar los beneficios si se cumplen ciertas condiciones por parte de estos activos financieros. Otra opción es la desarrollada por BBK con el denominado «Depósito Tú», a plazo determinado, con disponibilidad al vencimiento, rentabilidad condicionada al cumplimiento de ciertas vinculaciones y liquidación al vencimiento. Se caracteriza porque su rentabilidad máxima puede llegar hasta el Euribor a 1 año +3%, sin comisiones ni gastos. Tiene la ventaja de que carece de un importe mínimo y está destinado solo a un año de permanencia.
Ibercaja, por su parte, dispone de un «Depósito a plazo fijo» a 12 meses, al 4,50% TAE, con total liquidez y sin costes de cancelación. Activo Bank, por el contrario, es una de las entidades que ha rebajado la rentabilidad de su depósito anual hasta dejarlo en el 3,75% TAE, aunque todavía por encima del último dato de la inflación, sin comisiones y destinado a nuevos clientes e incrementos de saldo. Ruralcaja, a pesar de las recomendaciones del banco emisor nacional, ha decidido incrementar su interés, al lanzar uno de los depósitos más rentables del mercado bancario, con un 4,84% TAE y que carece de vinculaciones.
Mientras, otros basan su estrategia para que puedan contratarse a través de la Red, como propone Caja Ávila al permitir obtener un 3,50% TAE con su «E-Depósito» a 12 meses. Se puede contratar desde 2.000 euros, en su modalidad on line. Algunas entidades elevan esta retribución mediante modelos crecientes o de ofertas promocionales, pero para períodos de tiempo muy limitados. Es el caso del Banco Popular, que para incrementar su remuneración ha confeccionado el «Depósito Gasol a 12 meses», con una inversión mínima desde 300 euros, que permite obtener un 3,25%, basado en un 10% que se genera durante el primer mes y el 2,56%, el resto del período. La solución de Caja Duero, por su parte, es el «Depósito Pic Vitaminado», a 10 años, con una rentabilidad inicial del 3,50% y que crece todos los años hasta alcanzar el 6% nominal en el último ejercicio, con una contratación mínima de 1.000 euros. En cualquiera de los casos, bajo estas estrategias, son muy pocas las opciones que sobrepasan el 4% en el interés que generan. Con frecuencia, se sitúa entre el 3,25% y el 4,00%, siempre por encima del coste de la vida en España.
La contratación de estos productos con otros planteamientos en su concepción es una posibilidad a la que pueden acogerse los depositantes para que sus ahorros crezcan en los próximos meses. Estas propuestas están confeccionadas con el objetivo de mejorar los márgenes de los depósitos tradicionales, aunque con un incremento adicional de entre un 1% y un 2% como máximo. Fundamentan su estrategia en fidelizar al cliente o referenciarlos a otros productos financieros. De esta forma, Caja Vital permite una mínima rentabilidad con respecto a la inflación acumulada a finales de año por medio de su «Depósito Fidelización», que obtiene hasta un 3,25% TAE, en función de los productos que se tengan contratados con la entidad. Para importes desde 600 hasta 30.000 euros, está destinado a un plazo de permanencia de 12 meses. El Banco Sabadell incide en esta estrategia comercial con su «Depósito Vinculación a 12 meses». Cuantos más productos se contraten, más generoso será el interés que se obtenga, con la recuperación de todo el capital invertido al vencimiento.
Por el contrario, por cada uno de estos productos que no se mantengan al vencimiento del depósito, se reducirá la rentabilidad en un 0,50%. Si el patrimonio final del cliente es inferior al 80% del patrimonio inicial, más el importe contratado en el depósito, el tipo de interés se reducirá en un 0,75%. Se puede suscribir desde 600 euros y hasta un máximo de 50.000 euros. Tampoco faltan las ofertas que para superar la rentabilidad media actual se referencian a productos de la renta variable. Es una de las alternativas más seguras de rentabilidad superior, pero siempre a costa de cumplirse una serie de requisitos básicos que se basan en especial en la revalorización de las acciones o fondos de inversión. La Kutxa ha basado su propuesta de ahorro en el depósito «Confianza 6», en este caso ligado a dos acciones europeas como Repsol y France Telecom. Permite rebasar el 3% de rentabilidad, siempre que este «paquete» bursátil se revalorice, con la garantía de recuperar la totalidad de la inversión. Se puede suscribir a partir de 1.500 euros y sin límite de cantidad, con un plazo de cinco años, en el que se contemplan posibles cancelaciones anuales.
Otra fórmula elegida es la combinación con otros productos de inversión, como en el caso del BBVA, que ha cristalizado bajo el nombre de «Depósito Combinado Ranking» una inversión que consta de un depósito a 6 meses y un fondo de inversión de renta variable. La mitad de la inversión es un depósito a plazo fijo a 6 meses, con el 5% TAE, mientras que la otra parte tiene como referencia un fondo de inversión que depende de la evolución de una «cesta» formada por cuatro índices financieros: Eurostoxx-50, S&P, Nikkei y Euribor a 3 meses. Esta propuesta se puede aceptar desde 3.000 euros. Por último, la respuesta de Bankinter es el «Depoclip Garantizado Ibex 22», aunque en este caso a un período de permanencia más longevo, de 2 años, en el que toma como punto de referencia los valores del Ibex-35. Si la suma de las variaciones mensuales positivas es igual o inferior al 45%, se recibirá al vencimiento un 10,39% de rentabilidad, así se garantiza el capital depositado, siempre a partir de una suscripción de 1.000 euros.
¿Cómo se supera la rentabilidad?
Debido al descenso en los márgenes de rentabilidad por parte de los depósitos bancarios, sobre todo tras las advertencias del banco emisor español, son muchas las entidades que han decidido rebajarlos en las últimas semanas, por lo que es más difícil acceder a productos que superan la media nacional. ¿Cómo pueden detectarse? A través de unas simples pautas de reconocimiento al alcance de todos los particulares que buscan un depósito que les inyecte más liquidez a su vencimiento.
Mediante imposiciones ligadas a otros productos financieros, sobre todo relacionados con la renta variable, que dan la posibilidad de superar el 6% de rentabilidad, siempre que cumplan con los requisitos establecidos.
En los depósitos tradicionales se deben buscar mediante ofertas promocionales, para nuevos clientes o contratados por Internet, que generan mejores condiciones en su suscripción.
Se puede recurrir a los depósitos vinculados, con la mejora de entre un cuarto y dos puntos porcentuales en su retribución, pero a costa de generar más contrataciones con la entidad (seguros, cuentas, fondos de inversión…).
Respecto a los importes mínimos a los cuales hay que hacer frente para acceder a ellos, siguen con la misma tónica que el año pasado, es decir, para todos los bolsillos, con aportaciones desde 300 euros.
Los plazos de permanencia continúan la misma tendencia, desde los períodos más cortos para los depósitos clásicos o de promoción a los que necesitan entre 1 y 2 años si están vinculados a algún activo financiero.
Las bajadas en los tipos de interés que han empezado a aplicar bancos y cajas de ahorro han propiciado que muchos de estos depósitos estén ya por debajo del 3% y, por tanto, se pierde poder adquisitivo con respecto a la inflación.
La rentabilidad media de estos productos se puede superar con los depósitos a un mes, aunque la mayoría de ellos son promocionales y no permiten su ampliación. El “Depósito Accionista” a un mes del Banco Popular es una de las propuestas que ha lanzado el mercado bancario a cambio de generar un 8,00% TAE. Permite invertir hasta el equivalente efectivo del aumento de la cartera de títulos de este grupo bancario. No contempla una inversión mínima, aunque sí un máximo de 100.000 euros. Otra alternativa para aumentar la rentabilidad es el “Depósito Azul” de Banesto, que concede un 3,60% TAE, aunque para ingresos nuevos. El “e-Depósito” de CajaCanarias, por el contrario, lo rebaja hasta el 3,00% y también está destinado para dinero procedente de otras entidades. Se formaliza a través de Internet, para importes mínimos de 3.000 euros. Bancaja propone otro depósito de estas características, que proporciona un interés del 4,00%, si bien solo se puede contratar por Internet y para nuevos clientes, suscrito desde 1.000 euros.