En abril de 2000 vio la luz el llamado ‘Nuevo Mercado’ español, el mismo que ahora deja de existir como segmento de mercado y como índice bursátil, y cuyos integrantes podrán incorporarse al segmento de contratación general. La realidad económica a la que respondía la creación del ‘Nuevo Mercado’, así como las características propias de las empresas que en éste se negocian han evolucionado con el tiempo y han hecho innecesario mantener criterios específicos para la negociación de estos valores, según afirman desde Bolsas y Mercados Españoles. Por ello, cada valor cotizará en su respectivo índice bursátil: Ibex-35 (Indra), Ibex Medium Cap (valores de mediana capitalización) e Ibex Small Cap (valores de pequeña capitalización). La medida afecta a los numerosos inversores que tienen depositados sus ahorros en este mercado.
Nuevo Mercado
El Ibex Nuevo Mercado desaparecerá en breve. Aunque no se conoce la fecha defintiva, lo más probable es que lo haga durante el siguiente ejercicio. ¿En qué consiste el Nuevo Mercado? ¿Cómo puede afectar su desaparición? Este mercado bursátil está destinado a contratar valores pertenecientes a empresas de sectores tecnológicamente punteros -ya sea por el producto final o por el proceso productivo- y a actividades con alto potencial de crecimiento. Su creación en abril de 2000 fue consecuencia del enorme peso que llegaron a tener los valores tecnológicos, y de la evolución del Ibex-35. A semejanza del parqué neoyorquino a través del ‘Nasdaq’ (índice bursátil norteamericano en donde cotizan las más importantes empresas del sector tecnológico, y un referente para la toma de decisiones en la renta variable), se creó el ‘Nuevo Mercado’ en España, con una gran aceptación por parte de los accionistas.
Los valores tecnológicos se rigen por unas norma específicas atendiendo a su mayor volatilidad y riesgo
Para sacar al mercado los valores «tecnológicos», las bolsas españolas elaboraron unas reglas específicas de contratación teniendo en cuenta sus especiales características de mayor volatilidad y riesgo. Así, por ejemplo, incrementaron los porcentajes máximos de variación de precios para cada sesión hasta el 25% (15% en los valores tradicionales), con una posibilidad de ampliación de dicho porcentaje si las circunstancias del mercado o del valor lo aconsejaban. Además, se estipuló que al menos una vez al año las empresas negociadas en el ‘Nuevo Mercado’ debían poner a disposición del público una información explicativa de la evolución y perspectivas de su negocio.
Tres son las principales características que las distingue del mercado continuo de valores:
En primer lugar, una mayor flexibilidad en la variabilidad de los márgenes de oscilación de precios. En lugar de una banda de fluctuación del 15%, tiene una del 25%, que podía ampliarse cuantas veces fuera preciso. Estos valores presentan una enorme volatilidad y fuertes oscilaciones en su cotización: Avanzit, por ejemplo, tuvo en la sesión del 25 de noviembre pasado una revalorización de sus acciones del 16%, mientras que las acciones de Jazztel en pasados ejercicios subieron un 17%, cuando pocos días antes se habían depreciado en más de un 26%. Se trata de una práctica muy habitual en los valores que componen el Ibex ‘Nuevo Mercado’, y que a juicio de los analistas hacen que estos valores sean «muy peligrosos para el inversor medio».
El ‘Nuevo Mercado’ también presenta una flexibilidad superior en el tratamiento de los beneficios de las compañías que cotizan en él. A cambio, están obligadas a facilitar información detallada de sus cuentas, inversiones, movimientos, evolución de negocio y proyectos de futuro en un informe anual, para que los inversores puedan valorar mejor el riesgo y las perspectivas de crecimiento ante la posibilidad de tomar posiciones en la empresa.
Y sufren repuntes bruscos tanto al alza como a la baja, que pueden explicarse sencillamente: como hay pocos movimientos para considerar que reflejen la marcha de las compañías, el mercado tiende a sobreponderar cualquier movimiento, por pequeño que éste sea, e incluso están más expuestas a los rumores de que son objeto. Así, cualquier comentario sobre el valor puede impulsar radicalmente al alza o a la baja. Las subidas por encima o por debajo del 15% son habitualmente normales en este índice, y en momentos de turbulencia bursátiles lo sobrepasan.
¿Como afectará al ahorrador la desaparición del Nuevo Mercado?
El Nuevo Mercado está compuesto por diez empresas, la mayoría pertenecientes al sector tecnológico, aunque también están integradas por las biotecnológicas. Entre las compañías que cotizan en este índice están Abengoa, Amper, Avanzit, Puleva Biotech, Befesa, Tecnocom, Indra, Jazztel, Natraceutical y Zeltia. La evolución de este mercado durante 2007 ha sido ligeramente inferior al que han registrado otros índices nacionales -han retrocedido un 2,20%-, que han experimentando una bajada del 0,5%.
Los efectos que tendrá la desaparición del Ibex ‘Nuevo Mercado’ en los inversores no parecen en principio, de gran envergadura, pero es conveniente tener en cuenta qué aspectos pueden variar en su inversión:
La forma de contratación será la misma, ya que seguirán cotizando en sus respectivos índices bursátiles.
Seguirán siendo valores excepcionalmente volátiles, muy sensibles a los rumores y noticias macroeconómicas que les pudieran afectar.
Se eliminarán los porcentajes máximos de variación de precios para cada sesión, que hasta ahora son del 25%, para pasar al 15% que es el que se aplica a los valores que no cotizan en este mercado.
Se mantendrán como valores muy arriesgados para los pequeños y medianos ahorradores por su componente altamente especulativo.
Necesitarán asesoramiento por parte de los especialistas en inversiones bursátiles.
El proyecto del ‘Nuevo Mercado’ nació oficialmente a finales de 1999 (en abril de 2000 hizo su aparición en bolsa) gracias a una orden del Ministerio de Economía que, posteriormente, desarrolló en una circular la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En esta circular se establecía, entre otros apartados, que las empresas que cotizaran en este índice debían estar sometidas a mayores obligaciones de transparencia que las que rigen para el resto de valores de los mercados españoles.
Además, se determinó que las compañías que cotizan en este mercado bursátil podían pertenecer, igualmente, al índice selectivo Ibex-35 (que aglutina los valores con mayor liquidez) y a otros índices complementarios. Por lo tanto el Ibex ‘Nuevo Mercado’ funciona como un segmento de contratación del mercado continuo, con las mismas reglas que se aplican para el resto de valores de la Bolsa española salvo la referente al del margen máximo de oscilación, que permite una mayor volatilidad en la cotización de los valores integrantes del mismo.