En números rojos. Así se encuentran todavía numerosos fondos de inversión, acciones bursátiles, planes de pensiones, seguros de ahorro… e incluso algunos depósitos (como los estructurados), pese a los cuatro años de crisis que ya arrastramos. Las incertidumbres y los innumerables riesgos con los que convive el mercado financiero han causado un impacto negativo en las carteras de numerosos ahorradores, ahora en pérdidas. Sin embargo, las crisis dejan lecciones que vale la pena conocer, como no suscribir productos sin entender qué se firma, evitar endeudarse, diversificar el patrimonio y ahorrar en lugar de despilfarrar.
Decálogo de lecciones
Algunos fondos de inversión de renta variable caen por encima del 30% desde 2007. Lo mismo sucede con planes de pensiones, con infinidad de títulos bursátiles y con productos seguros en apariencia, como los depósitos, que en su modalidad de estructurados también han hecho perder dinero a muchos particulares. Tampoco se puede olvidar el mercado inmobiliario, cuyos precios se han depreciado en torno al 20% en España desde 2007, según datos del Ministerio de Fomento. El asesoramiento inadecuado ha jugado una mala pasada, a menudo, lo que justifica el balance negativo actual de las carteras.
No es recomendable pedir una hipoteca que represente más del 15% de los ingresos
Como es habitual, las crisis dejan lecciones que conviene recordar. El siguiente es un decálogo con las más importantes, según la Asociación Europea de Asesores y Planificadores Financieros, EFPA España:
- 1. Si no se entiende el producto, no conviene suscribirlo. Antes de contratar un instrumento financiero, hay que informarse bien sobre su funcionamiento. Hay que preguntar y conocer todos los detalles antes de invertir. Todos tienen riesgos (rentabilidad no garantizada, riesgo de impago o quiebra del emisor, riesgo de iliquidez, perpetuidad). Es fundamental conocerlos.
2. Valorar los riesgos antes de endeudarse. El sobreendeudamiento ha sido uno de los grandes errores cometidos por numerosos ciudadanos, que contrataron hipotecas por cantidades desorbitadas (en línea con los altos precios alcanzados por el mercado inmobiliario) que, después, se han visto incapaces de pagar.
Antes de suscribir un préstamo es necesario hacer una planificación de las necesidades futuras, capacidad de generar ingresos y, sobre todo, tener en cuenta las previsiones de tipos de interés. En el contexto actual, ante una etapa de subida de tipos, se encarecerán de manera notable las hipotecas. Hoy en día, quienes deseen comprar un piso deben saber que no es recomendable pedir una hipoteca que represente más del 15% de los ingresos. El incremento del precio del dinero elevará el coste de la deuda y puede hacer que llegar a fin de mes sea mucho más difícil.
3. La vivienda, incluso en España, baja. Hubo un momento en que parecía que la vivienda nunca bajaría de precio, pero la realidad ha demostrado lo contrario. En estos momentos, comprar vivienda para especular no es buena idea. Los expertos todavía auguran varios ejercicios de caída y consolidación de precios.
4. No hay que dejarse llevar por los productos de moda. Al invertir conviene contar con un plan financiero a largo plazo y huir del producto del momento. Los bancos y cajas se muestran aún muy interesados en colocar el instrumento de turno. En la actualidad, apuestan por bonos convertibles y preferentes, productos calificados de «alto riesgo» y solo aptos si se conocen bien sus peculiaridades.
5. La crisis también puede ser una oportunidad. En Bolsa, en ocasiones, hay que comprar cuando unos venden con desesperación y vender cuando otros compran de manera eufórica. Las malas noticias generan momentos de pánico en los parqués bursátiles, que pueden dejar algunos valores a precios de saldo. Conviene estar alerta para detectar oportunidades, aunque siempre es preferible ir de la mano de un experto.
6. Mejor ser más hormiga y menos cigarra. Hay que encontrar el equilibrio entre el consumo de hoy y el consumo del futuro. Nuestro futuro depende de nosotros mismos. El despilfarro pasa factura en general. Es mejor ahorrar que despilfarrar.
7. No es lo mismo riesgo que volatilidad. Quienes han invertido a largo plazo en los momentos de mayor volatilidad han tenido menos riesgo en sus inversiones que los inversores que lo han hecho a corto plazo. Ser paciente es fundamental. Las estadísticas muestran que la Bolsa es el activo más rentable en periodos mínimos de 10 años (incluso más que la vivienda). La renta variable con vistas al corto plazo solo es adecuada para inversores expertos o para diversificar una pequeña parte del patrimonio total (no más de un 10%).
8. La diversificación funciona. Aunque en España haya crisis, invertir en otros países puede ser rentable. Muchos expertos han internacionalizado mucho sus carteras modelo, ante la debilitada situación de la economía española. El consejo hay que extenderlo al campo de los activos: una buena cartera debe contener depósitos, liquidez en cuentas, fondos, algo de Bolsa… Sin olvidar algún inmueble. En España, cerca de un 80% de las familias cuenta con una vivienda en propiedad, un activo muy importante en el patrimonio global.
9. Invertir con la cabeza, no con el corazón. La mayoría de los inversores compró en la euforia, en la parte más alta del ciclo, y vendió en los días de pánico, con importantes minusvalías. Cuando estalla una crisis, hay que mantener la templanza. Tampoco hay que invertir en un producto por simpatía, afinidad o amistad con el comercial bancario, que desea colocarlo, en su mayoría, movido por el interés de cumplir objetivos con su entidad.
10. Planificar es de sabios… y planificar la vida financiera requiere conocimientos. Un asesor financiero cualificado y certificado ayudará a organizar las finanzas personales. Si se cuenta con un patrimonio medio de cierta cuantía, es preferible buscar ayuda de expertos. Si se tienen solo unos pequeños ahorros, conviene invertirlos en un producto seguro, como un depósito, una Letra o un bono del Tesoro.