Es habitual que en la calle se empleen los términos crédito y préstamo de forma indistinta para referirse a una situación en la cual se presta una cantidad de dinero, con la consiguiente obligación que tiene quien la recibe de devolver dicha cantidad, junto con unos intereses que se han devengado. Sin embargo, y aunque pudieran parecer lo mismo, y habitualmente crédito y préstamo sean empleados como sinónimos, no lo son. De hecho existen diferencias sustanciales entre ambos conceptos que es interesante que conozcamos.
Antes de analizar las diferencias básicas entre ambos términos, es conveniente conocer qué son cada uno de ellos, ya que de la definición de los mismos, se puede apreciar que no se trata de un mismo significado, ni por tanto del mismo tipo de operación.
– El préstamo es aquella operación en la que un prestamista, normalmente una entidad bancaria, entrega al consumidor, ya sea un particular o una empresa, ya sea persona física o jurídica, una determinada cantidad de dinero, que ha de ser amortizada de forma periódica, dependiendo del acuerdo que se alcance con la entidad prestataria, pudiendo ser la amortización mensual, trimestral, semestral o anual.
– El crédito es un límite de dinero que se concede al solicitante del mismo, dentro del ámbito de una cuenta de crédito que se tenga en una entidad bancaria.
Las diferencias esenciales entre ambos conceptos se podrían resumir en las siguientes:
1.- Pago de intereses. En el crédito únicamente se van a pagar intereses por el capital que efectivamente se haya dispuesto, del total que se tuviera concedido, y si no se ha dispuesto de cantidad alguna no se generarán intereses, mientras que en el préstamo se va a pagar intereses por la cantidad total objeto de préstamo.
2.- Entregas de capital. En el crédito, la entidad otorgante del mismo irá realizando entregas parciales hasta el límite máximo que se haya pactado. Sin embargo, en el préstamo la entidad entregará la cantidad total objeto del mismo en el momento de la formalización del contrato de préstamo.
3.- Plazos de devolución. Normalmente, el crédito puede ser renovado en una o varias ocasiones una vez haya vencido el mismo, por el contrario, el préstamo ha de ser pagado en el plazo pactado en el correspondiente contrato, ya que, en caso contrario, habría que formalizar un nuevo contrato de préstamo. Habitualmente los créditos suelen ser para el consumo, mientras que los préstamos más habituales son los hipotecarios.