La deuda pública española ha vuelto a alcanzar en semanas pasadas máximos históricos, tras superar los 300 puntos básicos respecto al “bund” alemán. Sus efectos prácticos sobre los consumidores se traducirán en el encarecimiento de los créditos e hipotecas. A ello habrá que sumar la caída en la rentabilidad de los fondos de inversión y pensiones, bajadas en la Bolsa y la posible disminución en los dividendos que proporcionan las compañías que cotizan en la renta variable.
Se encarecen las hipotecas
La deuda pública española superó en las últimas semanas los 300 puntos básicos respecto al «bund» alemán, aunque después lo corrigiese hasta situarse en la franja de 250 a 280 puntos. Como consecuencia, el rendimiento del bono español se situaba en el 5,5% de media. La prima de riesgo que mide el diferencial entre el bono español a 10 años y el alemán del mismo plazo, se ha situado en las cercanías de los 300 puntos básicos, lo que significa en la práctica que la rentabilidad de la deuda pública española está ubicada en niveles nunca alcanzados desde el ejercicio 2000.
El índice europeo ha cerrado el mes de noviembre en una tasa del 1,5%, la más alta desde junio de 2009
Este baile de cifras técnicas afecta a los consumidores. De manera indirecta, influirá en el repunte del Euribor, al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas. El índice europeo ha cerrado el mes de noviembre en una tasa del 1,5%, la más alta desde junio de 2009.
Esto significa que los usuarios que hayan contratado una hipoteca de 70.000 euros a un plazo de 25 años tendrán que abonar en torno a 325 euros, lo que supone casi 20 euros más que en el año pasado y un encarecimiento de cada hipoteca en términos anuales de algo más de 200 euros. Tampoco se beneficiarán los particulares que tengan contratada una hipoteca de revisión semestral, que experimentarán subidas, aunque algo inferiores a las de revisión anual, ya que el indicador se situaba en junio en la cota del 1,2%.
La posible elevación de los tipos de interés que pueda derivarse de esta crisis afectará, en especial, a la concesión de créditos personales. Su contratación resultará mucho más cara.
Banca y Bolsa a la baja
Otro de los efectos más tangibles es que los resultados de la banca española se reducirán de manera notable debido a las provisiones por pérdida en deuda, por su exposición hacia estos productos de renta fija. Repercutirá, sobre todo, en los inversores de renta variable que estén comprados en valores bancarios: descenderá la rentabilidad por dividendo que ofrecen las empresas que cotizan en Bolsa y que en la actualidad tiene una retribución anual por este concepto de entre el 3% y el 6%.
Los valores del sector bancario han llegado a perder más del 18% en su cotización durante noviembre
Los efectos se notarán también en sus cotizaciones, que caerán como consecuencia de la crisis que afecta sobre todo a los mercados periféricos europeos, entre ellos, España. Basta recordar que los valores pertenecientes al sector bancario y que cotizan en el Mercado Continuo español han llegado a perder más del 18% en su cotización durante noviembre. Por tanto, los problemas de la deuda pública pueden perjudicar a los inversores de la renta variable española, en especial, a quienes hayan tomado posiciones en el sector financiero.
Fondos de inversión y pensiones
Los fondos de inversión y pensiones son también grandes damnificados de esta crisis económica. Se prevén caídas de rentabilidad en sus cestas, en especial en los fondos más expuestos a la deuda pública, que pueden lastrar la rentabilidad de muchas carteras de inversión.
No obstante, como estas inversiones están dirigidas al medio y largo plazo, pueden digerir mejor que otros productos financieros estas posibles pérdidas. Una solución para aminorar estos efectos es diversificar y optar por modelos mixtos menos vulnerables.