La crisis financiera de Estados Unidos a raíz del fracaso de las hipotecas “subprime” o ‘basura’ -centradas en prestar dinero a altos intereses a ciudadanos con una situación financiera incierta- ha tenido gran repercusión en los mercados mundiales. La principal consecuencia ha sido la falta de liquidez, ya que los tipos de interés se dispararon ante la incertidumbre reinante. Uno de los efectos de la crisis ha recaído sobre los productos financieros como los fondos de inversión asociados a dichas hipotecas de alto riesgo. Pero el mayor problema para los consumidores españoles está en la subida del Euribor -que es el que rige las cuotas hipotecarias-, y que ha manifestado un repunte significativo.
El encarecimiento del dinero es uno de los principales problemas que se deben afrontar tras la crisis desatada la semana pasada en EE.UU. Esta crisis ha tenido como consecuencia la subida de los tipos de interés en general, medidos en diversos índices, la caída de los valores de las empresas en la bolsa debido a la ausencia de inversores, y el desplome de algunos productos financieros, en particular los asociados al ojo del huracán: fondos de inversión con colocaciones en el mercado hipotecario estadounidense.
El Banco Central Europeo (BCE), así como otros bancos centrales del mundo, han salido a la palestra para inyectar dinero en los mercados. Esto quiere decir que frente a la falta de liquidez de los bancos por la incertidumbre generalizada -que a su vez provoca que estos no se presten dinero entre sí- el BCE ha ofrecido dinero en préstamo a diferentes bancos, a un interés asumible por estos -más bajo que el que hay disponible en el sistema-. La última vez que el BCE adoptó una política de este tipo fue tras los atentados del 11-S en EE.UU. Ahora bien, ¿cómo afecta la actual situación a los españoles?
Subida de los tipos
El Euribor es el índice que rige los préstamos entre bancos y la referencia para actualizar las cuotas hipotecarias mensuales. La subida de este índice en la última semana ha sido de 0,11 puntos. Esto quiere decir que de mantenerse en esos valores, la hipoteca de una casa de 150.000 euros podría encarecer su cuota en 85 euros respecto de agosto de 2006. Esto se manifiesta como una tendencia teniendo en cuenta sólo los valores actuales, de manera que para determinar cuál será el resultado hay que esperar la evolución del Euribor durante el mes de agosto, así se calculará la media mensual, que es la que importa para fijar las hipotecas.
Una restricción general de acceso al crédito no sería viable en el actual marco económico por el alto nivel de endeudamiento familiar
Según los analistas consultados por CONSUMER EROSKI la subida responde principalmente a un periodo de turbulencia pasajero. «Lo más seguro es que no suban más los tipos de interés en Europa, donde ya estaban muy altos. Los consumidores mismos estaban frenando la subida por una retracción de su capacidad de compra, de manera que la aparente crisis desatada estos días contribuya a acelerar el proceso», declara Francesc Pau, director de gestión de la sociedad de valores independientes GVC.
Según el especialista, «sería un contrasentido» que el precio para obtener préstamos y créditos creciera. Una restricción general de acceso al crédito no sería viable en el actual marco económico por el alto nivel de endeudamiento familiar: la baja capacidad de compra de los españoles afectaría en ese caso el crecimiento económico. «En este momento estamos simplemente en un momento de pánico porque los bancos no saben cuál será la repercusión en sus productos más sofisticados, invertidos en deuda hipotecaria americana. Esta es la razón por la que esos bancos no se prestan dinero y solicitan la ayuda del BCE», aclara Pau.
Otro de los argumentos más defendidos estos últimos días es que el BCE se podría replantear esas subidas que tenía previstas de aquí a fin de año para que no cunda el pánico y seguir manteniendo el poder de los inversores -principalmente de las familias, que son las que contratan los créditos hipotecarios-.
Fondos de inversión
La mayor voz de alarma en Europa la semana pasada se hizo sentir tras el anuncio del banco francés BNP Paribas que congeló sus fondos de inversión: sus clientes no podían retirar ni sacar dinero hasta nuevo aviso en los productos basados en invertir en deuda hipotecaria norteamericana. El anuncio de la gestora de fondos de la entidad se justificó por las «anormales situaciones de liquidez» que vivían los mercados. Conviene aclarar que en este caso se trata de un fondo para inversores institucionales.
En cifras de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el BNP Paribas Parvest Dynamic ABS contaba al cierre de 2006 con 120 millones de euros de pequeños y medianos ahorradores españoles. Aunque esta entidad no ha facilitado los datos exactos sobre el número de clientes en esta situación, se estima que podrían llegar a un millar.
A pesar de que no fue la única entidad que anunció una medida de este tipo, los especialistas manifiestan calma respecto de los fondos españoles. «No creo que en España se puedan congelar depósitos, en Francia había unos fondos de inversión que no han podido valorar los activos de la cartera de esos fondos y han tenido que suspender su cotización», aseguran desde un grupo financiero español especializado en la gestión de patrimonios y asesoramiento. En este sentido, se podría hablar de un hecho aislado. No obstante, desde este grupo financiero advierten de que «eso puede pasar con otros fondos de inversión que estén invirtiendo en ese tipo de activos: en España hay algunos».
Las debacles financieras son una suma de pánico y activos financieros interrelacionados que pugnan por perder lo menos posible. El inicio de la crisis actual no está relacionado con las ‘puntocom’ ni atentados terroristas, sino con el mercado inmobiliario. El auge de las hipotecas subprime o de alto riesgo, blandas en sus condiciones y duras en sus intereses, parece haber tocado su fin en EE.UU. La actual crisis financiera que desvela a las bolsas mundiales se ha desatado a raíz del colapso del sistema bancario estadounidense frente al impago de este tipo de hipotecas, concedidas a personas en situación de riesgo financiero.
El principal motivo de la morosidad y de la crisis ha sido la subida de los tipos de interés en el país americano combinado con la baja de los precios inmobiliarios: el auge de las subprime se afianzó entre 2003 y 2004 con intereses anormalmente bajos, de alrededor del 1%, frente al 5,25% actual. Esta situación provocó la morosidad de alrededor del 14% del total de las hipotecas, y como consecuencia, una falta de liquidez que no podía solventarse vendiendo los pisos en un mercado inmobiliario deprimido, entre otras causas asociadas.