Ahora que el grifo del crédito gotea de nuevo, muchos hogares podrán recurrir a la tan ansiada financiación que durante los peores años de la crisis les fue denegada. Sin embargo, antes de endeudarse, es importante entender cómo funciona un préstamo, averiguar en qué es necesario fijarse antes de firmar el contrato para poder tomar una decisión contrastada y aprender a analizar los puntos más relevantes del crédito que afectarán a la economía doméstica en los años venideros. Todo ello se explica en este artículo, a la luz de la Información normalizada europea sobre el crédito al consumo.
1. ¿Qué es la Información normalizada europea?
Desde la introducción de la Directiva 2008/48/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 23 de abril de 2008 sobre los contratos de crédito al consumo, los proveedores de préstamos están obligados a facilitar al cliente un documento con toda la información relativa al crédito. Esta obligación solo se aplica sobre los créditos por importe superior a los 200 euros e inferior a los 75.000, a excepción de los hipotecarios.
El documento en cuestión, que se podría bautizar como la «biblia de cualquier préstamo», se llama información normalizada europea sobre el crédito al consumo (SECCI), un impreso que recoge los principales aspectos que afectan al contrato de crédito y que permitirá no solo entenderlo, sino compararlo con el resto de la oferta para averiguar si es una buena opción. Desde la Comisión Europea recuerdan que como consumidores estamos en nuestro derecho de recibir este texto, por lo que si el banco no cuenta todo lo que se necesita para pedir el préstamo, se le puede reclamar.
2. Características principales del préstamo
El documento de Información normalizada europea recogerá los datos clave referentes al préstamo solicitado:
- El tipo de crédito, que podrá ser desde un préstamo bancario hasta una tarjeta de crédito.
- El principal del préstamo, es decir, el dinero que la entidad pone a disposición del cliente y la forma en que el consumidor podrá disponer de ese dinero.
- El plazo.
- El total adeudado, es decir, el dinero total que el cliente deberá abonar por la disposición del crédito. En este apartado se reflejarán los intereses y otros costes asociados que se sumarán al principal, por lo que habrá que prestarle especial atención y comprobar la desviación entre el dinero solicitado y el dinero total que hay que pagar.
Imagen: Kiefer
3. Tipo de interés y TAE
Dos puntos clave que no hay que pasar por alto al buscar financiación, y que se podrán analizar en el documento europeo, son el tipo de interés aplicado por el prestamista sobre el capital, que determinará el importe de los intereses generados, y la tasa anual equivalente (TAE), que marcará el coste efectivo del crédito. Ambas medidas se expresan de forma porcentual y pueden ser fijas o variables.
La TAE, al incluir no solo el tipo de interés sino también las comisiones y otros gastos, es idóneo para comparar las distintas ofertas de préstamos cuando tienen un plazo superior a un año.
Tanto el tipo de interés como el plazo juegan un papel fundamental en el coste final del crédito. Por lógica, cuanto menor sea el tipo de interés nominal, o TIN, menos intereses devengará el crédito. Pero no se debe olvidar que estos se calculan sobre el capital pendiente, por lo que cuanto más tiempo se alargue la vida del crédito contratado, mayor será el coste final. Lo conveniente es contratar préstamos personales que tengan un tipo de interés cercano a la media o inferior, además de reducir el plazo lo máximo posible, pero sin hinchar en exceso las cuotas.
4. Comisiones
El SECCI también permitirá comprobar las comisiones que lleva aparejadas el crédito, su forma de aplicación (porcentualmente con o sin mínimo o con una cantidad fija) y las situaciones en las que se aplicarían. Deberán constar los cargos que se practiquen al inicio del crédito, como la comisión de apertura, las compensaciones en caso de cancelación anticipada y los cargos producidos por modificaciones en el contrato, por ejemplo por una ampliación de capital.
El SECCI también deberá recoger los costes relativos al incumplimiento de los pagos, es decir, los intereses de demora y las comisiones por reclamación de posiciones deudoras.
5. Periodicidad de los pagos
El documento también tendrá que incorporar la información relativa a las cuotas: la periodicidad de los pagos, el número total de cuotas y el importe de cada una.
6. Información extra que no se debe pasar por alto
También deberán constar el coste de los servicios asociados obligatorios, como la contratación de un seguro, y derechos del consumidor como la posibilidad de desistir del contrato. Asimismo, tendrán que incluir los datos del prestamista (como mínimo el nombre y la dirección) e informar sobre la existencia de procedimientos extrajudiciales de reclamación, en el caso de que se produzca un conflicto entre la entidad y el cliente.