El colectivo de inmigrantes día a día cobra mayor importancia y no sólo desde el punto de vista cuantitativo. Desde el punto de vista bancario, por ejemplo, en la necesidad de vivienda de estas personas o en las sumas de dinero que transfieren a sus países de origen. Cualesquiera de estas operaciones puede ser origen de ingresos para las entidades crediticias, de ahí que muchas de ellas oferten productos específicos adecuados a este colectivo.
En principio, esta actitud beneficia tanto al inmigrante como a las propias entidades que se inician en un nicho de mercado inédito hasta el día de hoy. No obstante, conviene recodar a las personas llegadas de fuera ciertos consejos útiles:
a) Respecto a aquellos inmigrantes que no hayan regularizado sus estancia, hay que recordar que pueden abrir cuentas corrientes pero que deben tener en cuenta que si no regularizan su situación la cuenta perderá su operatividad. El problema radica en las comisiones que la entidad cobrará por una cuenta no operativa. De todas formas, a veces la cuenta es necesaria para alquilar un piso, solicitar un trabajo, una subvención pública, etc.
b) Muchas entidades ofrecen productos integrales que incluyen fundamentalmente una rebaja en las comisiones que van a cobrar por la realización de transferencias internacionales a los países de origen de los interesados. Ha de calibrarse si esa reducción supone realmente una rebaja o, si por los condicionantes que impone la entidad de mayor fidelidad, en el fondo, resulta una carga inasumible. Si la intención de el emigrante interesado no es la de asentarse definitivamente sino la de obtener ingresos suficientes para poder volver a su origen, vincularse con determinados productos como planes de pensiones, de previsión, etc. no debe ser su mayor preocupación.
c) Algunos bancos y cajas incluyen a veces en estos productos proyectos de banca solidaria. Así, por ejemplo, parte de la rebaja de las comisiones por transferencia puede destinarse a acciones solidarias en los países de origen de los emigrantes.
En definitiva, es evidente el interés de las entidades por el colectivo de emigrantes, como una medida para evitar la exclusión socio-financiera. Pero no conviene dejarse llevar por campañas de marketing. Las personas pertenecientes a este colectivo, que desde el punto de vista tuitivo tiene los mismos derechos que cualquier español, han de meditar sus necesidades reales financieras antes de realizar cualquier contratación, estudiar lo que le ofertan y si ello es compatible. Igualmente, desde este espacio se aconseja comparar ofertas distintas y que no se olvide que para reclamar un emigrante ostenta todos los derechos que nuestra legislación otorga a todos sus ciudadanos.