Con la Bolsa española generando pérdidas de hasta el 50%, y las de medio mundo en la situación más inestable del último lustro, los pequeños y medianos inversores se preguntan si 2009 será el momento propicio para colocar sus ahorros en el Mercado Continuo, o incluso si merece la pena hacerlo en alguno de los productos que ofrecen las entidades bancarias. Lo cierto es que el mercado financiero se caracteriza actualmente por la inseguridad, pero también es verdad que el inversor tiene ante sí diversas alternativas para rentabilizar sus ahorros durante este nuevo ejercicio: desde las muchas posibilidades que ofrece la renta fija para los más conservadores, a las que proporciona la renta variable, pasando por la inversión en metales preciosos o ETF. Además, es posible invertir en depósitos (menos interesantes por su menor rentabilidad como consecuencia de la bajada en los tipos de interés), o en los productos derivados de la deuda pública, cuya rentabilidad es mínima, pero ofrecen una alta seguridad.
Invertir en deuda pública
Los productos derivados de la renta variable proporcionan mayores plusvalías pero se asume más riesgo
Entre la deuda pública se encuentran las Letras, Bonos y Obligaciones del Estado, que ofrecen seguridad, aunque a cambio de una menor rentabilidad. Esta forma de inversión es una de las menos remuneradas hoy día, pero su contratación puede ser interesante para muchos inversores, dada la actual coyuntura económica.
Invertir en renta variable
Productos bancarios
La rentabilidad de los depósitos ha descendido como consecuencia de la bajada de los tipos de interés
Una buena alternativa de cara al 2009 es la entrada en los mercados de metales preciosos, máxime si la evolución de sus precios es positiva, como marca la tendencia actual. Hay varias opciones para diversificar la inversión:
- Certificados de depósito: es una de las formas más sencillas para adquirir oro en el mercado, su comprador es propietario de oro físico y dispone de un certificado (en papel o electrónico) de dicha adquisición. No tiene la obligación de depositarlo en ninguna entidad financiera.
- Futuros sobre el oro: el diferencial entre compra y venta es mínimo. Dicho de otro modo: el precio de compra es aquél que el inversor abona por el oro en el mercado, y el de venta es el precio al que se puede vender en el mercado en ese momento.
- Fondos de inversión: son fondos que invierten en acciones de compañías mineras y, aunque no son muy numerosos, están presentes en el mercado financiero. Recogen los posibles beneficios que se pudieran derivar de la cotización de los principales metales preciosos.