Nuestro país ocupa el octavo lugar en Europa respecto al importe de las pensiones. La cuantía media actual de las pensiones en España se sitúa en 614,27 euros brutos al mes. En términos absolutos, unos 200 euros menos que la media europea. La pensión media más alta corresponde a Luxemburgo, con 1.592 euros mensuales, y la más baja a Grecia, con 474 euros por mes. Sin embargo, estas cifras pueden no reflejar la realidad debido a la disparidad de requisitos necesarios para acceder a la jubilación en los distintos países. A ello hay que sumar que estados como los Países Bajos, Dinamarca o Reino Unido, entre otros, combinan un sistema público y otro complementario, una práctica poco habitual en nuestro país.
España, 200 euros al mes menos que la media
Debido a la gran heterogeneidad de los sistemas de pensiones en cada uno de los países de la Unión Europea y a la ausencia de una legislación comunitaria y de un marco estadístico armonizado, la comparación entre el salario de retiro que perciben los jubilados de los estados miembros se hace muy difícil. De hecho, no existe ningún estudio comparativo que contemple todas las variables; a saber, edad, sexo, estado civil, años de cotización, porcentaje sobre el sueldo bruto anual, niveles de protección social, planes complementarios, coste de la vida etc.
No obstante, las delegaciones de la consultora internacional Watson Wyatt han realizado un trabajo de investigación en cada país y una puesta en común que ha dado como resultado el estudio Benefits Report 2003, un informe definido por Alfonso Jiménez, director de esta firma en España, como “más cualitativo que cuantitativo”, debido a todas esas condiciones que hay que tener en cuenta.
Según Watson Wyatt, un jubilado a los 65 años en España con un sueldo bruto anual de 30.000 euros (5 millones de pesetas) – lo que correspondería, con todos sus complementos y antigüedad, a algunos titulados medios, como por ejemplo maestros de primaria y a otros profesionales cualificados- percibe una pensión pública del 81% de su salario, es decir, 24.300 euros al año distribuidos en 14 pagas, lo que le convierte en un pensionista de élite si tenemos en cuenta que sólo delante de los españoles se encuentran los jubilados de Luxemburgo, con un 82%. Detrás quedarían Portugal (77%), Italia (75%), Austria (71%), Finlandia (60%), hasta llegar a los últimos puestos, ocupados por Irlanda (38%) y Reino Unido (30%). Si pasamos a observar lo que ocurre con un salario bruto anual de 50.000 euros (8 millones de pesetas) -lo que gana un mando intermedio-, Portugal arrebataría la primera posición a Luxemburgo, ya que siempre aplica el 77% para el salario de sustitución (la pensión que remplaza al sueldo del trabajador).
Para poder establecer una comparativa entre los distintos países, el Grupo Júbilo Comunicación solicitó a las embajadas de los países europeos en España la cuantía media de la pensión pública de jubilación. Además, Júbilo también recabó la cuantía de las pensiones mínimas y máximas en el informe del MISSOC “Mutual Information System on Social Protection in the EU Member States”. El resultado es que España ocupa, en términos absolutos, el octavo lugar en Europa en la cuantía de las pensiones públicas, por detrás de Luxemburgo, Noruega, Austria, Holanda, Bélgica, Alemania y Francia. Así, los jubilados españoles podrían cobrar unos 200 euros al mes menos que la media europea, y por debajo de ellos quedarían los pensionistas de países como Finlandia, Irlanda, Reino Unido y Grecia. Lo vemos en el siguiente listado:
PAÍS | PENSIÓN MEDIA | PENSIÓN MINIMA | PENSIÓN MAXIMA |
Luxemburgo
| 1.592 euros/mes | 1.023 euros/mes | 4.735 euros/mes |
Noruega
| 1.053 euros/mes | 870,41 euros/mes | 2.040 euros/mes |
Austria
| 953,12 euros/mes | 604 euros/mes | 2.220 euros/mes |
Holanda
| 900 euros/mes | No hay | No hay |
Bélgica
| 878,16 euros/mes | 716,33 euros/mes | 1.295,25 euros/mes |
Alemania
| 793,11 euros/mes | No hay | No hay |
Francia
| De 700 a 800 euros/mes | 514,32 euros/mes | 1.134,55 euros/mes |
España
| 614,27 euros/mes (14 pagas) | 385 euros/mes (14 pagas) | 1.827 euros/mes (14 pagas) |
Irlanda*
| 589,2 euros/mes | 119 euros/ semana | 122 euros/ semana |
Reino Unido
| 587,88 euros/mes | 108 euros/mes | Entre 428 y 840 euros/mes |
Dinamarca
| 538,79 euros/mes más suplementos | 727 euros/mes | 1.020 euros/mes |
Finlandia
| 493 euros/mes | No hay | No hay |
Grecia
| 474 euros/mes | Entre 201 y 357 euros/mes | 2.058 euros/mes |
Italia
| No consta | 403 euros/ mes | No hay |
Portugal
| No consta | 170 euros/ mes | 1.199 euros por matrimonio |
*- Se aprecia cierto demarraje en las cifras, esto es debido a que la Embajada proporciona el dato de la pensión media en Irlanda (147,3 euros a la semana), mientras que los datos referentes a la pensión mínima y máxima son los aportados por el MISSOC y, al igual que en el resto de países, este organismo no ha contemplado ningún tipo de suplementos, algo que sí hace la oficina diplomática de dicho país.
Baile de cifras
Estas cifras absolutas podrían llevarnos a engaño porque los sistemas de pensiones en la mayoría de los países europeos se apoyan en tres pilares: público, privado y ocupacional. Las pensiones estatales o públicas están relacionadas con las contribuciones pagadas por el trabajador y se crean para proporcionar a todas las personas una renta mínima en la vejez. Las pensiones complementarias vienen a añadirse a las de los regímenes públicos de jubilación administrados por el Estado, para mantener así el nivel de renta de los pensionistas. Los planes de pensiones privados son uno de los medios de financiar estas pensiones complementarias. Por último, las pensiones ocupacionales son los planes aportados a un empleado por la empresa en la que trabaja.
Esta es la explicación que complementa las cifras anteriores. Así, en el caso del Reino Unido, a la prestación procedente del Estado hay que sumar un 22% de la pensión ocupacional y un 9% de los planes privados.
Juan Francisco Jimeno, desde la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), corrobora estos datos, aunque con matices, ya que realiza “esta aproximación atendiendo al porcentaje destinado por los estados a las pensiones en relación al Producto Interior Bruto (PIB) y la renta per capita”. Los que menos invierten en pensiones serían Irlanda, Portugal y España. Por encima, y por orden creciente, Bélgica, Dinamarca, Francia, Italia, Alemania, Suecia y Holanda.
“Los jubilados que peor lo están pasando son los irlandeses y los del Reino Unido, debido a su sistema universal, que cubre a todos, aunque es muy bajo. Holanda es el Estado que más paga a sus jubilados y coincide con ser uno de los países -junto con el Reino Unido- donde más planes de pensiones privados hay”. Estas son algunas de las apreciaciones de Jimeno, quien también apunta que la pensión media en España es de 450 euros al mes contabilizando todas las pensiones (viudedad, orfandad…), y que ronda los 620 euros mensuales si se contemplan sólo las de jubilación.
Por su parte, la Federación de Pensionistas y Jubilados de Comisiones Obreras sitúa la media de las pensiones españolas del Régimen General de la Seguridad Social en 740 euros al mes y no quiere perder la oportunidad de reivindicar la necesidad de que se garantice la pervivencia del sistema público de pensiones. Aladino Tresguerres Menéndez, responsable del Área de Acción Institucional, se muestra reacio a las comparaciones por la casuística tan compleja que existe. Para situar las cifras en el contexto de la UE, lo primero que conviene saber es que más de la mitad de los jubilados españoles cobran pensiones por debajo de la propia media española. Si nos centráramos, por ejemplo, en las comparaciones entre hombres y mujeres, se apreciarían importantes diferencias, producto de las peores condiciones de trabajo de las mujeres, continúa. Lo mismo sucede dependiendo de la edad del jubilado, del régimen de cotización etc.
Los gastos de pensiones representaron en la UE, según Eurostat, un 12,5% del PIB en 2000 y su crecimiento en términos reales se ha estabilizado en torno a un 2% al año. En Italia, estos gastos ascienden casi al 15% del PIB. Por detrás, se sitúan países como Austria, Francia, Países Bajos y Alemania (entre 13% y 14%.
Diferencias, similitudes y tendencias
En Europa existen dos tipos de sistemas de pensiones cuyo origen está basado en dos modelos distintos de Seguridad Social. Los que se centran en el modelo Bismarck (o profesional), cuya remuneración varía en función de lo cotizado, y los modelos de corte universal imperantes en los países nórdicos (modelos Beveridge), que generalizan la cobertura de necesidades básicas de todos los ciudadanos del país en cuestión, por el hecho de serlo.
La evolución histórica ha conducido a la confluencia de los dos sistemas en un sistema mixto en la mayoría de los países. Por eso, cuando decimos que las pensiones españolas están por encima de las de Finlandia o Irlanda debemos puntualizar, pues ambos países tienen un sistema de prestaciones que cubren muchas de las necesidades que se requieren a partir de los 65 años como ayuda a domicilio, teleasistencia etc.
Los años de servicio utilizados para el cálculo de la pensión de jubilación de la Seguridad Social incluyen toda la vida laboral en Alemania, el salario medio de los 25 años con mayores salarios en Francia o los 15 años últimos años de trabajo en España. En algunos estados, el haber tenido hijos cuenta para las mujeres como años de cotización, así, en el caso de Francia, una mujer con 3 hijos tendría 9 años de cotización.
Respecto a la edad de jubilación, puede decirse que ronda los 65 años -aunque la mitad de las personas mayores de 55 años no pueden seguir trabajando por diversas razones- además, en algunos países se diferencia por sexos, como en Italia (64 años para hombres, 59 para mujeres), o en el Reino Unido (60, 65). El país donde más tarde se jubilan sus trabajadores es Islandia, con 72 años, junto con Dinamarca, con 67 años. El que más jóvenes retira a sus trabajadores es Francia, que una vez cumplidos los 60 años se generaliza la jubilación.
Yolanda García, redactora jefe de la revista Júbilo apunta un fenómeno “existe una tendencia generalizada a retrasar la edad de jubilación, y la razón es que, de este modo, la incorporación al sistema de protección social se realiza más tarde con el consiguiente ahorro para las arcas del Estado. En España, de momento, no se piensa en modificar la edad de jubilación, pero sí en incentivar los mecanismos para favorecer la permanencia de las personas más allá de la edad de jubilación dentro del mercado laboral, según las recomendaciones del Pacto de Toledo”.