¿Realmente somos conscientes de la cantidad de dinero que se ‘pierde’ a lo largo de un año? Frente al creciente endeudamiento de las familias, que aumenta al mismo ritmo que disminuye su capacidad de ahorro, resulta paradójico que, por las prisas del día a día o por pereza, los españoles dejemos de percibir una media de 180 euros al año en las vueltas que no se cogen, premios olvidados o quejas y reclamaciones que no se concretan.
Ante esta nueva realidad marcada por un reajuste de la economía doméstica, familiar y de ocio, se enumeran algunos consejos que pueden contribuir a que aumente la capacidad de ahorro de muchas personas:
Reclamar las vueltas de las compras, por insignificantes que nos parezcan. Muchas veces cuando se realiza una compra no se reclaman los céntimos sobrantes y a largo plazo representan una cifra considerable en manos ajenas. Según estudios estadísticos -como el Informe Nielsen de 2005 sobre distribución en España-, una persona realizó al menos una compra semanal en una gran superficie, es decir, unas 48 veces en un año. Además, se registró un promedio de 108 visitas anuales a otros comercios. Por lo tanto, si cada vez que se acude a un establecimiento no se reclaman 0,20 euros de las vueltas por ejemplo, se estarían perdiendo 31,20 euros al año. Aunque la cifra no es muy elevada, si se le suman los céntimos que tenemos escondidos en la cartera, se podría llegar a una cifra de hasta 0,50 euros diarios, que a final de año se traducirían en 180 euros en total.
Pero no sólo los céntimos son importantes. Según un estudio del Banco de España, en la calle hay trescientos ocho mil millones de pesetas que no se han canjeado por euros.
Según un estudio del Banco de España, en la calle hay trescientos ocho mil millones de pesetas que no se han canjeado por euros¿Alguna vez se ha revisado algún bolsillo o cajón y se han encontrado billetes de la antigua moneda? El Banco de España permite canjear pesetas por euros de manera indefinida. Solo hay que acercarse a cualquier sucursal.
Reclamar indemnizaciones por molestias ocasionadas. Los consumidores son cada vez más conscientes de sus derechos a la hora de presentar una queja, tal y como aseguran las asociaciones de consumidores repartidas en todo el país. Sin embargo, apenas un 21% de los ciudadanos ha cursado reclamaciones a lo largo del año 2005. Un estudio editado por FUNDACIÓN EROSKI (Barómetro de Consumo 2005
) refleja que, aunque hay un incremento en la cantidad de reclamos registrados con respecto años anteriores (16% en el año 2003), todavía no se registran todas las quejas que se deberían.
La mayor cantidad de reclamos se inscribe en el sector de la telefonía (31%), seguido de la alimentación (13%), seguros (9%), electrodomésticos (7%) y agua, luz y gas (6%). Gran parte de los consumidores no tiene en cuenta que ante un corte de luz, por ejemplo, tiene derecho a una indemnización por parte de la compañía eléctrica por la carencia del servicio y los perjuicios ocasionados.
Por ejemplo, si se producen más de 20 horas anuales de cortes de luz, el consumidor puede reclamar a la compañía por los daños y la ésta debe reducir la factura anual en un 10%. Pero si se prueban que los perjuicios son irremediables (desperfectos en maquinaria en el caso de comercios, empresas o fábricas) la compañía deberá indemnizar a los perjudicados. Un caso bastante común es sufrir cortes o un mal funcionamiento de servicios en conexiones a Internet. Si se tiene una tarifa plana, el consumidor puede pedir una reducción de la factura proporcional a los días u horas en los que no pudo utilizar el servicio.
Obtener el máximo beneficio de las ofertas, descuentos y rebajas. Hay empresas que devuelven el dinero si no se está conforme con el producto o servicio. Pese a ello, en términos generales, los consumidores no solicitan devoluciones de dinero por diversos factores, entre ellos, la falta de tiempo, el olvido, el desplazamiento, la pérdida del ticket o porque compraron los artículos en rebajas a precios reducidos y creen que no vale la pena cambiarlo.
De esta manera, el beneficio de comprar a precios bajos puede transformarse en una desventaja. Para rentabilizar las ventajas de los cambios o devoluciones es importante guardar los recibos. Y recordar que aunque se haya comprado un producto a un precio rebajado, los derechos del consumidor de cambio o devolución son los mismos que si se hubiera pagado el precio inicial.
Comparar precios y aprovechar ofertas. Estar atento a los días de ofertas y comparar precios entre los diferentes establecimientos es otra opción interesante para cuidar el bolsillo. También se puede ahorrar adquiriendo productos que traen incorporadas promociones de «dos por uno».
Aprovechar las tarjetas de fidelización y bonificaciones. Algunos comercios premian la lealtad del cliente con tarjetas llamadas de fidelización. Estas tarjetas son ventajosas ya que cada vez que se hace una compra se van sumando puntos y luego se pueden canjear por regalos o descuentos.
Rentabilizar los tickets descuento. Estas bonificaciones aparecen, a veces, en ofertas de productos, en publicaciones de revistas o son otorgados por los establecimientos. Se aprovechará más el porcentaje si se utiliza cuando se haga un desembolso grande. Es decir, si se tiene un ticket con un descuento del 10%, es mejor usarlo cuando se haga un gasto de 100 euros (descuento de 10 euros), que cuando se gastan solo 20 euros (descuento de 2 euros).
¿Cuántas veces un consumidor ha revisado sus facturas o ha comparado la tarifa de la empresa que le suministra el servicio con otras del mercado para valorar la posibilidad de cambiar de compañía? ¿Por qué pagar comisiones y gastos excesivos al banco habitual si existen otros donde se pagaría menos y se obtendrían más ventajas? El análisis de las diferentes ofertas que hay en el mercado es una manera de sacar el máximo provecho para reducir los gastos.
La competencia entre operadores telefónicos, por ejemplo, ofrece la posibilidad de poder elegir entre diferentes tarifas. Esto debería traducirse en una reducción del gasto de la factura. Sin embargo, a veces se opta por quedarse con la compañía de toda la vida por falta de tiempo o comodidad.
Los bancos y las cajas cobran por casi cualquier operación bancaria que se realice: Ingresos, extracciones, mantenimiento. Pero no todos los bancos cobran las mismas comisiones, ni dan las mismas ventajas a sus clientes. Cada vez hay más variedad de productos y servicios, y este incremento de posibilidades es ventajoso para los consumidores. Actualmente hay una gran competencia que permite optar por el banco que dé mayores intereses en los ahorros y menores gastos en las transacciones o préstamos.
Para no perder estas oportunidades se recomienda estar alerta a las ofertas bancarias tales como el ahorro en gastos si se domicilia la nómina, o la afiliación a bancos que trabajan por Internet y tienen comisiones bajas o nulas. Se ha de controlar también los gastos de emisión de las tarjetas de crédito y débito, y calcular a cuánto asciende su costo anual.
Otra opción son las tarjetas ‘affinities’ (afinidad) que otorgan descuentos si se utilizan en determinados establecimientos. Hay comercios que están vinculados a los bancos o cajas de ahorro y que ofrecen rebajas en determinados productos si se paga con la tarjeta emitida por la entidad bancaria. Por otro lado, hay tarjetas de crédito que otorgan puntos cada vez que se realiza una compra, y estos puntos después pueden canjearse por productos tales como entradas de cine, viajes o regalos. No dejar pasar de largo estas oportunidades también pueden contribuir a un mayor ahorro para todos los miembros de la familia.