Los microcréditos nacieron en los 70 en Bangladés, de la mano del Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, para ayudar a emprender a los ciudadanos más pobres. Hoy en día, los minicréditos son préstamos rápidos que no están exentos de peligros: entre otros, sus altos intereses y elevadas penalizaciones. En este artículo se repasa la historia de los microcréditos, cómo han llegado a España, cómo son en la actualidad y los peligros que implican.
Microcréditos: su origen en Asia
Los microcréditos ideados por el economista indio Muhammad Yunus aparecieron en la década de los 70 pensados para personas muy pobres de zonas rurales de Bangladés, sobre todo mujeres, que se veían obligadas a pedir préstamos a usureros. Su objetivo era permitir a estas personas que no podían solicitar financiación en un banco tradicional obtener el dinero necesario para emprender y así poder labrarse un futuro mejor. Así, se crearon los primeros minicréditos, cuyo interés era prácticamente nulo y la cantidad que otorgaban podía ser de sumas tan bajas como 20 dólares.
Gracias a esta idea, Muhammad Yunus ganó el Premio Nobel de la Paz en 2006. Fue distinguido por este reconocimiento por «sus esfuerzos para incentivar el desarrollo social y económico desde abajo», argumentando así que «la paz duradera no puede ser alcanzada a menos que grandes grupos de la población encuentren formas en las que puedan salir de la pobreza».
De los minipréstamos de Bangladés a los payday loans de EE.UU.
Unos 20 años después de su creación, en la década de los 90 esta forma de financiación traspasó las fronteras asiáticas hasta el mundo occidental. Llegó a Estados Unidos. Los norteamericanos trasladaron la idea de Yunus y la adaptaron a las necesidades de su país. Surgieron así los «payday loans», traducidos al español como «préstamos del día en el que recibimos la nómina», porque su corto plazo hace que se reembolsen el día en que se cobra.
Estos minicréditos se concedían en oficinas de las entidades que comercializaban estos productos. Para acceder a ellos, había que rellenar una solicitud en papel y fotocopiar la documentación que la entidad exigía.
Los minipréstamos «payday loans» posibilitaban obtener pequeñas cantidades de dinero, menores al sueldo, que eran posible llevarse en efectivo en el momento de la solicitud. Para garantizar su reembolso, las empresas pedían que se entregase un cheque por valor del dinero pedido más los intereses que se generarían. Así, si en la fecha acordada el solicitante no devolvía el minicrédito, estas compañías cobrarían el cheque directamente al banco.
¿Cómo llegaron los minicréditos a España?
Los minipréstamos online tienen su expansión por Europa a partir de que Naciones Unidas declarara el 2005 como el Año Internacional del Microcrédito. En esta época, proliferaron en países como Reino Unido y, gracias a los avances tecnológicos, se convierten en los minicréditos que se conocen hoy en día.
En España, los minicréditos no se popularizaron hasta 2008, el año del estallido de la crisis. Sirvieron como una alternativa a las familias para obtener pequeñas sumas de dinero de entre 300 y 500 euros en apenas 15 minutos, con un plazo máximo de devolución de 30 días, un tiempo reducido que no está exento de riesgos.
¿Cómo son los microcréditos hoy?
Los microcréditos han evolucionado. Su principal objetivo es permitir a personas que no logran ahorrar que puedan obtener un extra de liquidez a fin de solventar los imprevistos para los que no tienen la capacidad financiera suficiente como para solucionarlo en ese momento.
Gracias a la aplicación del fintech (la tecnología en el sector financiero), es posible solicitar estos microcréditos con muchas facilidades a través de un formulario online, sin apenas trámites ni papeleos. Además, se pueden reembolsar desde la comodidad del hogar. En la actualidad, también se pueden contratar sin entregar ningún tipo de documento gracias a las aplicaciones de identificación online, que verifican los datos personales al extraerlos de la cuenta bancaria del usario, con su aprobación previa.
No obstante, los microcréditos también tienen sus riesgos: desde altas penalizaciones a tipos de interés que pueden ser abusivos.