El mal uso de una tarjeta puede ocasionar que se dispare el gasto del crédito del que se goza con tanta facilidad a través de este medio de pago. Precisamente, una las tentaciones que tiene su titular es la posibilidad de acceder a un crédito que ya tiene concedido de antemano, pero que, como todos, hay que devolver. Olvidar este detalle es fácil, por lo que en demasiadas ocasiones se utiliza «despreocupadamente», con las consiguientes consecuencias para la economía familiar. Para evitarlo, el usuario debe conocer las modalidades de pago aplazado: se puede elegir entre abonar una cantidad fija mensual o acudir a una cuota variable.
No todas las tarjetas tienen el mismo límite ni modalidad de pago; la «Visa Oro», por ejemplo, proporciona un crédito mensual de 6.012,12 euros, tanto en la retirada en compras como en cajeros, o de 601,01 euros diarios en los cajeros. Además, ofrece un amplio paquete de seguros de accidente y asistencia en viaje totalmente gratuitos. Este tipo de tarjeta es emitida con forma de pago total, de manera que el importe dispuesto durante el mes se cargará en la cuenta corriente del titular a principios del mes siguiente.
Las tarjetas ofrecen la posibilidad de planificar los gastos del modo que más convenga al titular, eligiendo qué cantidad fija se desea pagar al mes
También se ofrece la posibilidad de planificar los gastos del modo que más convenga al titular, eligiendo qué cantidad fija desea pagar al mes. La «Visa Clásica» rebaja el límite mensual de crédito hasta 1.202,02 euros, y el diario a 300,51 euros. Hay otras tarjetas de alta gama (tanto Visa como Mastecard) que permiten una retirada superior, y algunas ofrecen la posibilidad de obtener un mayor crédito previa petición a la entidad emisora. Pero son las tarjetas «Dinners» y «American Expres» las que ofrecen el anticipo más generoso, que en algunos casos puede tener un crédito ilimitado, o fijado por su titular. En concreto, los suscriptores de la tarjeta «American Express» y «American Express Gold Card» no tienen límite de gasto establecido, aunque se les exige tener unos ingresos mínimos para solicitarla: 15.025 euros anuales.
Cuota y porcentaje
Las tarjetas «Mastercard Oro» permiten una retirada diaria de 300 y 3.000 euros para cajeros y compras, respectivamente, o un límite de 3.000 euros mensuales para ambas operaciones. La «Mastercard Platinum» tiene las mismas condiciones, aunque con unos límites más amplios que permiten la retirada, tanto en compras como en cajeros, de 6.000 euros mensuales o de 300 euros diarios en cajeros. Ambas tarjetas ofrecen dos modalidades de pago aplazado:
Pago aplazado por cuota: Consiste en pagar una cuota fija al mes, con un mínimo de 30 euros o un porcentaje mínimo del 3% sobre el saldo total aplazado.
Pago aplazado por porcentaje: Consiste en pagar un porcentaje fijo al mes sobre el saldo total aplazado de la tarjeta, entre un mínimo del 3% y un máximo del 30%. El tipo de interés nominal mensual del pago aplazado varía en función de la entidad emisora y del tipo de tarjeta, aunque la mayoría aplica un 0,97% (T.A.E. 12,28%). Pero hay que tener cuidado, ya que si se cancela anticipadamente el saldo aplazado de la tarjeta, se cobrará una comisión del 2,5%.
De este modo, para las tarjetas de crédito que contemplan un límite de 3.000 euros, se dispone de una cuota constante de 30 euros, pero que puede ser cambiada en cualquier momento por el titular de la tarjeta, con un mínimo del 3% y un máximo del 30% del saldo dispuesto. Así, para un saldo pendiente de, por ejemplo, 180 euros habría que pagar una cuota de 30 euros; a ella se añadirían unos intereses generados sobre el saldo pendiente, fruto de haber aplicado un 12,28% TAE (o un 0,97% TIN, que es el tipo de interés nominal que se evalúa cada mes). Esto significaría que el titular de este crédito habría pagado al final un total de 186,10 euros, es decir 6,10 euros más de la cantidad prestada. Una cifra no demasiado elevada, pero que puede lastrar una economía doméstica, por lo que no es aconsejable abusar de estos créditos y, en todo caso, es conveniente reducir la deuda lo más rápido posible, fijando una cuota sobre el máximo que se contemple del saldo dispuesto.
La modalidad «revolving» puede proporcionar bonificaciones de entre el 3% y el 10% en sectores de gran consumo
Por contra, también permite la obtención de pequeñas ventajas en la modalidad «revolving» , que puede suponer bonificaciones: de entre el 3% y el 10% en promociones especiales en sectores de gran consumo, y devoluciones de un porcentaje determinado en las compras realizadas en grandes superficies. Hay dos ejemplos concretos que sirven para aclarar estas estrategias: Uno-e ofrece un 4% de bonificación en las compras realizadas con sus tarjetas de crédito en hipermercados y jugueterías. Dicha promoción se realiza únicamente en las tarjetas de crédito y no de débito, y además, únicamente para aquellos que hayan configurado la forma de pago aplazado. Bankinter, por su parte, bonifica con un 3% anual las compras en grandes superficies, y ofrece a lo largo del año hasta un 10% en diferentes promociones.
Servicios adicionales
Algunas de estas tarjetas contemplan servicios que pueden ayudar a sus usuarios a utilizar de manera más racional este medio de pago, como la posibilidad de traspasar dinero de la tarjeta a la cuenta corriente del mismo titular de forma instantánea hasta el límite de crédito disponible de la tarjeta.
Otro servicio de gran utilidad es el de alarma antifraude, del que disponen la mayoría de tarjetas de crédito. Su funcionamiento es muy simple, ya que consiste en el envío de un «sms» al móvil del titular para avisarle cada vez que se produzca un cargo en su tarjeta, con el fin de evitar un uso fraudulento de la misma.
Al utilizar las tarjetas de crédito deben tomarse especiales precauciones, sobre todo teniendo en cuenta que son un instrumento de pago universalmente aceptado:
Firmar la tarjeta en el momento de recibirla.
Memorizar su número secreto (PIN o NIP), y no llevarlo escrito en la tarjeta ni junto a la misma.
No utilizar como número secreto datos personales fácilmente deducibles, como puedan ser la fecha del cumpleaños o los números del DNI.
Evitar ser visto por otras personas en el momento de introducir el PIN.
Al efectuar una compra, no se debe perder de vista la tarjeta y hay que asegurarse de que ha sido devuelta.
Denunciar inmediatamente la desaparición de la tarjeta.
Destruir siempre las tarjetas caducadas con unas tijeras.
Si se observan elementos extraños en el cajero, debe notificarse con la mayor brevedad posible a la entidad emisora.
Antes de iniciar un viaje, se debe comprobar la fecha de caducidad y el límite de crédito.
Se debe conservar una copia del justificante de cada transacción, y contrastar los cargos reflejados en el extracto.