Sistema de inversión
El 16% del dinero invertido en las apuestas de fútbol proviene de grandes peñas. Éstas son también las que obtienen el 85% de los premios, y el 98% de los plenos. Las peñas quinielistas se han convertido en nuevos grupos de inversión que aseguran a sus abonados importantes revalorizaciones de su capital, concretamente del 20%, el 50%, el 100%, e incluso del 500%, y en cualquiera de los casos por encima de la rentabilidad que el inversor pueda obtener, por ejemplo, a través de la renta variable. Ahora bien, el peñista o inversionista debe tomar una serie de precauciones para no verse sorprendido por rentabilidades por debajo de lo anunciado o simplemente que no vayan en la línea de lo que dicta la publicidad, ante la proliferación de peñas que no tienen un mínimo de garantías o no ofrecen información pormenorizada sobre los pasos que se deben de seguir para ser socio de su grupo de inversión.
Aúnan afición por el deporte con el gusto a probar suerte, pero aunque quien juegue una quiniela por su cuenta puede hacerse millonario, lo normal es que simplemente pierda todo, o parte de su dinero. Alguien que jugase todas las combinaciones posibles, (que son 14.348.907, y cuestan 7,17 millones de euros), perdería exactamente el 45% de su inversión, -que es el porcentaje que se reserva el Estado-, en el caso de ser único acertante, y mucho más si no consigue en exclusividad el premio. De esta forma, las peñas aúnan el esfuerzo económico de sus abonados para desarrollar combinaciones por un valor de más de 20.000 euros cada jornada. Nacen con vocación de grupo de inversores, agrupando la inversión de muchos socios.
No todas utilizan los mismos sistemas de cálculo, lo que conlleva a diversos niveles de probabilidad de beneficios, según el grado de fiabilidad del cálculo y la experiencia de cada una de las peñas existentes. De realizar las combinaciones se encarga el equipo técnico (denominado comité de apuestas), que utiliza la fórmula más apropiada para cada jornada, siempre basándose en los dos pilares fundamentales de su sistema en el que se suman combinatoria, estadística de las columnas ganadoras, y la intuición para acertar todos los signos.
Las estadísticas de los últimos premios “gordos” alcanzados durante las últimas temporadas indican que éstos, en la mayoría de las ocasiones, han recaído en grupos inversores que juegan importantes cantidades de dinero semanales. Solamente hay un inconveniente, y es que estos grupos cuentan con un gran número de abonados, lo que condiciona la futura rentabilidad de la inversión realizada, ya que para obtenerla no es suficiente con acertar los premios de máxima categoría, sino hacerlo con una quiniela rentable. De ahí que muchos grupos inversores no ofrezcan las rentabilidades previstas al final de cada temporada, e incluso presenten déficits en sus cuentas al final del período contratado. Por ello es importante tener cautela al acudir a este tipo de inversiones que están proliferando en España durante los últimos años.
Cuotas
Una primera característica de estas peñas quinielísticas es el fuerte desembolso que hay que realizar desde el principio. Existen muchas modalidades para su abono, pero lo normal es realizarlo por ciclos determinados, que normalmente abarcan toda la temporada o parte de ella. También existen otras peñas que no son tan rígidas con estos plazos, y que incluso permiten jugar las jornadas que el apostante desee. Pero esta última opción es uno de los principales errores que cometen los apostantes, ya que su estrategia se asemeja más a la lotería que a un programa desarrollado para obtener beneficios, que no le permitirá beneficiarse de las posibles ventajas que ofrecen estos métodos de apuestas que están diseñados para períodos más longevos.
El desembolso anual que hay realizar para apostar durante toda la temporada depende de cada grupo inversor, entre 500 y 3.000 euros
Al calor de las apuestas deportivas, han florecido innumerables peñas o grupos inversores que tratan de captar el capital de los posibles inversionistas, empleando estrategias en algunos casos bastante agresivas, en las que se anuncia al apostante la segura obtención de beneficios, o que éstos serán de gran relevancia. Lo cierto es que esta rentabilidad asegurada, en muchos de los casos, no llega ni tan siquiera al 10% del capital invertido. Se trata, pues, de un mero gancho para atraer nuevos inversores que ayuden a hacer frente al fuerte desembolso económico semanal. Otra de las prácticas de estos grupos de inversión es la imposición de una cuota fija anual o semestral bastante elevada para jugar un ciclo (20 ó 40 semanas), que oscila entre 200 y 15.000 euros en función del grupo elegido, a lo que hay sumar un abono por gastos de administración, soporte informático, personal, etc., que suele estar estipulado entre un 5% y 10% de la cantidad apostada, y que se realiza a través de un pago inicial previo a la admisión en la peña, o deduciéndose posteriormente de la liquidación que se haga al final de cada temporada.
Requisitos de las peñas
Existen algunas empresas que ofrecen condiciones poco claras: no ofrecen información puntual sobre las apuestas efectuadas, no se tiene acceso a las apuestas jugadas antes de cada jornada, e incluso no se puede acceder a las posibles ganancias obtenidas hasta la finalización de la temporada, hasta tal punto que si se quiere renovar el ciclo habrá que realizar un nuevo desembolso económico. Las empresas o peñas quinielísticas deben ofrecer al usuario una serie de normas generales para que sus abonados puedan obtener una total seguridad a la hora de contratar estos servicios, y entre los requisitos que deben reunir este tipo de peñas se encuentran los siguientes:
- Ser empresas realmente reconocibles y legalmente establecidas, que tengan un prestigio demostrable de años en el desarrollo de estas inversiones.
- Contar con sistemas de seguridad para que el usuario pueda realizar sus apuestas con todas las normas a través de Internet.
- Ofrecer información sobre sus actividades y normas de contratación a todo aquél que la solicite.
La empresa se reserva un 10% aproximadamente del importe total en concepto de gastos de personal, mantenimiento y soporte informático
Respecto al compromiso del inversor, algunas empresas advierten de que para obtener las rentabilidades anunciadas hay que suscribir un período determinado, que normalmente suele coincidir con toda la temporada, o en el peor de los casos con la mitad de la misma. ¿Con qué objetivo? A través de cálculos estadísticos, los expertos estiman que en toda la temporada alcanzarán los premios gordos, que puede ser en la jornada 3, 23, 31 o 34, de forma que una persona que cubra solamente un ciclo puede obtener claramente pérdidas en el capital invertido, porque si la peña obtuviera el máximo premio, podría ocurrir que éste ya no se encontrara invertido. Esta posibilidad fomenta que haya que cubrir todo el ciclo (40 jornadas aproximadamente) para lo que se exige un desembolso muy fuerte que, dependiendo de la peña elegida, oscila entre 2.000 y 5.000 euros, y con el capital invertido totalmente inmovilizado, aunque algunos grupos inversores permiten rescatar todo o parte de los posibles beneficios en determinados períodos de tiempo, en torno a 20 jornadas.
Sobre la cantidad más adecuada para invertir en estas peñas, los expertos recomiendan una inversión de 3.000 de euros para asegurarse la rentabilidad, según indica Eduardo Tobella, promotor de una de las más conocidas peñas. A quienes están dispuestos a invertir a partir de esta cantidad, se les garantiza el reembolso del 50% de la misma en el caso de que sólo se contabilizaran pérdidas. Los premios obtenidos, que están exentos de tributaciones a Hacienda, se cobran al finalizar la temporada. Del importe total, la empresa se reserva un 10% en concepto de gastos de personal, mantenimiento y soporte informático.
Por normal general, existen dos modalidades de pago: los abonos de 20 jornadas, en las que el inversor jugará las 20 jornadas siguientes desde el momento del pago del abono; y el abono de 40 jornadas, jugándose las 40 jornadas siguientes desde el momento del pago del abono. Algunos grupos inversores también ofrecen la posibilidad de cubrir períodos mas cortos (5 ó 10 jornadas), aunque insisten en que no son rentables, ya que no cubren el período para el que se ha realizado el cálculo de rentabilidad.