Cuando se trata de promocionar un préstamo personal, los bancos sacan toda la artillería para que los suyos parezcan los más atractivos del mercado. Una de las estrategias más habituales que utilizan las entidades de crédito es anunciar por todo lo alto el tipo de interés que acompaña a sus préstamos, sobre todo cuando es más bajo de lo habitual. Pero no hay que dejarse seducir por tipos de interés muy bajos, ya que, al final, pueden acabar resultando más caros de lo esperado. Prueba de ello son los préstamos al 0% que, a pesar del tanto por ciento que los acompaña, no ocupan las listas de los más baratos. Lo comprueba el siguiente artículo.
¿Cuál es el truco de los préstamos al 0%?
Ya se sabe que el precio de los préstamos depende del tipo de interés y que cuanto mayor es el tanto por ciento, más se tiene que pagar al banco. Por ello, que una entidad presente un crédito al 0% resulta, a priori, muy atractivo. De hecho, podría parecer incluso que el préstamo es gratis, pero nada más lejos de la realidad. Que un crédito tenga un interés del 0% significa que no devenga intereses a favor del banco, pero no que sea gratis; de hecho, suelen ser opciones caras.
¿La razón? No solo el tipo de interés determina el precio de un préstamo. Las comisiones y los productos vinculados pueden encarecerlo, y mucho. Incluso su coste puede superar los propios intereses. Esto es lo que pasa con los créditos al 0%, que pueden acabar siendo más caros que uno al 5%.
100 euros de diferencia
Pongamos un ejemplo. Necesitamos un préstamo de 2.000 euros a devolver en cuotas mensuales con un plazo de amortización de 2 años. Acudimos al banco «A» seducidos por un préstamo al 0%. El cajero nos explica que, si bien no devenga intereses, tiene una comisión de apertura del 3%, una comisión de estudio fija de 50 euros y exige la contratación de un seguro de protección de pagos por valor de 100 euros. En otra entidad, el banco «B», nos ofertan un crédito sin comisiones y sin productos vinculados, pero con un interés del 5% TIN (tipo de interés nominal).
¿Cuál es más caro? En el caso del banco «A» no habrá que abonar intereses (la cuota mensual será de 83,33 euros), pero habrá que hacer frente a un pago inicial de 210 euros en concepto de comisiones y alta del seguro. Coste total: 210 euros. En el banco «B» no habrá costes iniciales, pero la cuota será de 87,74 euros y los intereses finales ascenderán a 105,57 euros. Coste total: 105,57 euros.
Conclusión: resulta más caro el préstamo al 0% que el crédito al 5%. Sin embargo, esto no significa que un crédito al 0% siempre sea más caro. Dependerá de los costes asociados y del plazo. Hay que tener en cuenta que los costes extra se pagan de una sola vez al inicio, mientras que los intereses se abonan en cada cuota a lo largo de la vida del préstamo, por lo que cuanto más largo sea el plazo, mayores serán los intereses. Si en los ejemplos anteriores el plazo hubiese sido de 10 años en lugar de 2, el coste del crédito del banco «A» seguiría siendo de 210 euros, mientras que en el banco «B» acabaríamos pagando 545,66 euros. En cualquier caso, los préstamos al 0% acostumbran a tener siempre plazos breves, en los que resulta más rentable aplicar comisiones que un tipo de interés.
La importancia de la TAE para saber el coste de un préstamo
La pregunta es ¿hay opción de saber el coste de un préstamo sin necesidad de hacer todos los cálculos? Sí, gracias a la tasa anual equivalente (TAE). Esta tasa es un tanto por ciento que refleja el coste efectivo de una operación. En el caso de los créditos, incluye tanto el interés del dinero como las comisiones y, en ocasiones, también los productos vinculados. En el ejemplo anterior, el préstamo al 0% del banco «A» tendría una TAE del 11,44%, mientras que la TAE del crédito de la entidad «B» sería del 5,11%.
Al comparar préstamos, hay que fijarse siempre en la TAE. Eso no significa que haya que pasar por alto el resto de los aspectos relacionados con los créditos, como el tipo de interés, las comisiones o los seguros, pero la TAE permitirá hacerse una idea de qué préstamo es más caro que otro rápidamente y de cuál sale más a cuenta.