Recientes casos de estafas con tarjetas han desvelado nuevas formas de actuación de delincuentes que han profesionalizado su actividad con medios electrónicos. Reemplazan el lector de tarjetas de la puerta de acceso a los cajeros por uno propio para hacerse con el número y, disimulado como un elemento publicitario del recinto, colocan una cámara oculta para observar el número secreto mientras la víctima lo teclea. Posteriormente, con la ayuda de un ordenador, hacen un duplicado de la tarjeta.
Por este motivo, a las medidas de seguridad habituales, es conveniente añadir las siguientes:
– Observar con atención el lector de tarjetas de la puerta y el propio cajero. Si se ve algún elemento sospechoso o extraño, lo mejor es desconfiar y buscar otro cajero próximo.
– En el lector de la puerta no es imprescindible introducir la tarjeta de crédito. Muchos de ellos desbloquean la puerta igualmente si se introduce cualquier otra tarjeta.
– Al marcar la clave en el cajero conviene ocultar la tarjeta con la que se teclee, o bien con la otra mano, el bolso o cualquier otro elemento. Así, en caso de existir una cámara oculta, se impide que grabe la clave secreta.
Otra estafa consiste en introducir un negativo fotográfico en la ranura del cajero, de forma que la tarjeta queda atascada. En ese momento aparece uno de los estafadores, aparentando ser un usuario más, y ofrece su «ayuda» al cliente invitándole, mediante engaño, a teclear repetidamente la clave o a desvelarla verbalmente. Más tarde, extraen la tarjeta con ayuda de unas pinzas, lista para ser utilizada en los comercios a costa del estafado.
Para este y otros casos, basta con tomar las medidas habituales:
– – No utilizar claves fácilmente deducibles, como la fecha del cumpleaños, el mismo número del DNI, etc. Nunca se debe apuntar la clave por escrito ni mucho menos llevarla anotada en la cartera.
– Hay que tener especial cuidado con los cajeros situados en la calle. Es más fácil que atraquen o que alguien vea la clave cuando se marque.
– Desconfiar de cualquiera que venga en ayuda si se tiene problemas con el cajero.
– En comercios y restaurantes, exigir que el cobro se haga a la vista.
Por otro lado conviene ser precavidos en caso de robo o extravío de la tarjeta. También si se queda atascada en un cajero automático. Lo aconsejable es:
– Anotar en un papel aparte el teléfono de avisos que figura en la propia tarjeta, para poder llamar cuanto antes y darla de baja.
– Además del aviso telefónico, notificar cuanto antes y por escrito a la entidad bancaria (carta certificada, fax o correo electrónico con acuse de recibo, etc.) y, en caso de robo, a la policía.