Los pequeños inversores disponen de un instrumento de gran utilidad y más comprensible para hacer rentables sus compras en la renta variable. Se pone en práctica en el momento en que los valores inician su tendencia al alza tras haber descendido hacia su antigua resistencia y puede durar todo el proceso alcista. Es, sin duda, una de las oportunidades más nítidas del mercado para sacar rentabilidad a las inversiones, sin correr un riesgo excesivo.
Formación de la figura
En el anglicismo «pull back» se esconde una de las figuras más claras que pueden generarse en Bolsa para que los inversores tomen posiciones en mejores condiciones y obtener beneficios en pocas sesiones bursátiles.
Un «pull back» es un retroceso que se desarrolla hacia una zona o soporte antiguo de gran relevancia, que se superó -no sin grandes esfuerzos- en sesiones precedentes. Tras ello, el valor enfila una tendencia alcista que puede llevarle a revalorizarse en un 5% o un 10%. Es a partir de este punto donde detiene su impulso alcista para tomar un descanso, obligado por una excesiva sobrecompra (las compras se imponen a las ventas), que favorece que su cotización retorne de nuevo hacia el nivel perdido o ganado. Si se cumple esta figura, la evolución de la acción se detendrá de nuevo en el soporte de referencia para iniciar otra vez su movimiento alcista, con mayor fuerza si cabe y con un punto de resistencia mínimo fijado en los niveles alcanzados antes, en su primer movimiento alcista.
El volumen de títulos deberá ser menor en el retroceso experimentado que en la ruptura previa
Saber si esta figura es un «pull back» o solo un cambio de tendencia es sencillo: el volumen de títulos deberá ser menor en el retroceso experimentado que en la ruptura previa. Este parámetro de medición es vital para determinar si se está ante esta figura de connotaciones alcistas. Nada mejor que explicarla a través de un ejemplo: en el gráfico de los últimos meses de ArcelorMittal se aprecia un fuerte movimiento lateral, que se desarrolla entre 22 y 26 euros. En la última cotización vence la clara resistencia que no ha podido superar en muchos meses y, tras varias sesiones, rompe de modo brusco para iniciar una fuerte tendencia alcista que lleva a sus precios a alcanzar una cota de 29 euros. En esta zona de cotización se detiene su precio para después desarrollar un movimiento a la baja, sin mucho volumen de contratación, que hace que regrese a las cercanías de la antigua resistencia, es decir, a 26 euros. Éste volverá a ser el punto de partida de nuevas subidas, que puedan llevar al valor a alcanzar el techo anterior (29 euros) o, incluso, a desarrollar mayores connotaciones alcistas.
Cercano a la zona de 26 euros puede completar lo que parece un «pull back», para reanudar el escenario alcista que podría ser a medio y largo plazo, con objetivos iniciales entre 30 y 31 euros. Pero queda también la duda, ¿qué pasaría si no se formarse esta figura? En tal caso, lo más conveniente sería utilizar una de las mejores herramientas de las cuales disponen los pequeños y medianos inversores para estas situaciones: aplicar una orden de «stop loss» para evitar que su cotización se adentre en una tendencia bajista de gran envergadura, que pudiese llevar a su precio a la antigua resistencia (22 euros). Esto implicaría un decrecimiento de la acción en algo más del 15%.
Señas de identidad
Su aplicación como inequívoca señal de compra reporta una infinidad de ventajas a los ahorradores, ya que indicará dos niveles de análisis de gran importancia para todos los inversores: por un lado, que es el momento oportuno para comprar un valor, y por otra parte, de la misma importancia, proporcionará el punto desde el cual tendrá que formalizar la entrada en Bolsa. Solo faltará por saber hasta qué niveles llegará.
Su cumplimiento implica una tendencia alcista de cierta intensidad, que se puede desarrollar durante varias sesiones bursátiles.
Es una de las figuras más fáciles de reconocer.
Permite recoger todo el canal alcista que pueda desarrollar el valor afectado, una vez alcanzada la antigua resistencia.
En su puesta en práctica se pueden hacer compras agresivas, sin demasiado riesgo, para beneficiarse de la llegada de esta figura. Como precaución, sin embargo, es conveniente introducir una orden «stop loss» para evitar posibles pérdidas, por si fuese una falsa alarma y no se pudiese confirmar la figura.
Se desarrolla con cierta regularidad en las compañías que cotizan en el Mercado Continuo nacional.
Es de gran utilidad porque da la señal de entrada en el momento oportuno, aunque sin indicar el punto donde se deben deshacer posiciones, es decir, proceder a las ventas.
Aunque lo habitual es que se cumpla casi siempre esta figura, no hay que descartar que sea otro movimiento diferente y, por tanto, desaparezcan las connotaciones alcistas que pudiese desarrollar. Por consiguiente, al haber roto un fuerte soporte, puede involucrarse en una fuerte tendencia bajista que le lleve, como mínimo, a buscar el siguiente soporte en cotización.
Ante este movimiento, la estrategia de los inversores debe ser clara y con decisión. Si se ha comprado el valor, habrá que deshacer posiciones (vender) lo más rápido posible. Si por el contrario se estuviese a la expectativa de iniciar las operaciones de compra, habrá que anularlas, para que una vez alcanzado el siguiente soporte se valore de nuevo la posibilidad de entrar o no para aprovecharse de las posibles nuevas subidas que pueda experimentar en su cotización. No obstante, de ninguna forma sería un “pull back”. No en vano, cuando no se forma esta figura, los precios caen bruscamente y en algunos casos se registra un fuerte volumen de contratación que puede llevar a un importante nivel de sobreventa, es decir, a que las ventas se impongan a las compras en el parquet bursátil.