Solicitar un préstamo personal para reformar una vivienda puede ser una buena solución en caso de necesitar un dinero extra para llevar a cabo una renovación en el hogar. Sin embargo, los que aún están pagando la hipoteca pueden aprovechar para pedir una ampliación del capital del crédito para hacer frente a las obras. En este artículo se explican los pros y contras de cada opción y se dan las claves para entender qué alternativa es más rentable en cada caso.
¿Ampliación de capital de una hipoteca?
La ampliación de capital es la manera por la que es posible conseguir más dinero del banco, «apuntándolo» en la hipoteca, en lugar de contratar otro préstamo. Para esto será necesario solicitar una novación a a la entidad, que no es sino una renegociación del actual contrato hipotecario.
El problema con las novaciones es que el banco puede no estar por la labor de concederlas, además de que acarrean una serie de gastos de gestión:
- Comisión de novación: es habitual que esté contenida en el contrato y se fija en torno al 1%.
- Tasación: puesto que se aumenta la hipoteca, será requerida una nueva tasación de la vivienda.
- Gestoría: no supera los 150 euros, aunque el precio lo fija libremente cada empresa.
- Notaría: supondrá entre el 0,2% y el 0,5% del capital pendiente de amortizar.
- Registro de la propiedad: conlleva cerca de la mitad de los gastos de notaría.
- Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD): se establece en función de cada comunidad autónoma. La media es de 0,5%.
De este modo, al pedir una ampliación de capital, la novación necesaria costará sobre los 1.500 euros para una hipoteca con capital pendiente de unos 150.000 euros.
Otro problema que se debe tener en cuenta es que todas las condiciones del contrato pueden ser modificadas en cuanto se negocia. Si las condiciones eran muy buenas (como en las hipotecas firmadas antes de la crisis), es posible que la entidad aproveche para subir el diferencial o cambiar alguna otra cláusula a su favor.
Es recomendable hacer una ampliación cuando quedan pocos años para terminar la hipoteca, puesto que esto permitirá pagar unos intereses menores sobre la nueva deuda adquirida.
¿Cuándo es recomendable pedir un préstamo para una reforma?
En la actualidad, los préstamos personales han visto rebajados su precio, después de una larga temporada de gran competencia dentro del sector. Aun así, no hay que olvidar que pocos préstamos consiguen bajar del 7%, un tipo de interés muy superior al que ofrecen las hipotecas hoy en día.
A pesar de esto, el préstamo personal es la opción a la que es posible acceder en caso de que el banco no quisiera conceder la novación. En ese caso, para sacar la mayor ventaja al crédito para la reforma habrá que atender a los siguientes aspectos:
- Los gastos de apertura son notablemente menores que los de una novación. Existen incluso multitud de opciones que no aplican comisiones de apertura.
- Contratar el préstamo personal con la misma entidad que la hipoteca permite evitar los costes de los seguros vinculados, que en ocasiones son requeridos para adquirir un crédito.
Entonces, ¿qué es más barato?
No existe una respuesta única para esta pregunta, sino que depende de la situación específica del usuario.
Quien se encuentre en el tramo inicial de la vida de la hipoteca y se vea obligado a comenzar una reforma mediante financiación, la mejor opción la puede hallar en un préstamo para reforma del hogar. Del mismo modo, se puede apostar por esta vía, si la entidad no concede la novación o si no se dispone de los ahorros para pagar las costas de esta.
No obstante, por otra parte, si el banco acepta llevar a cabo una novación, se tienen los ahorros necesarios para afrontar los costes y se está en la recta final de la hipoteca, la ampliación de capital resultaría la manera más barata de conseguir financiación.
Comparar, comprender y prever
Sea cual fuera la vía que se escoja para financiar la reforma de la casa, no hay que lanzarse en los brazos de la primera entidad que ofrezca el dinero. Por fortuna, el mercado del crédito está muy vivo y responde a la demanda existente con una nutrida oferta de productos diseñados para cada fin.
Informarse con tiempo, comprender en profundidad el trato que se está aceptando, así como asimilar el impacto que tendrá en la economía personal una nueva deuda, son aspectos vitales que pueden evitar sustos mayores.