Los partícipes de los fondos deberían saber cómo cotizan para calibrar lo acertado o no de su decisión de inversión, sobre todo en situaciones de caídas severas, consecuencia de una equivocada estrategia de gestión por parte de sus emisores. Pero muchas veces no conocen con exactitud los precios en su cotización y puede ocurrir que, tras varios meses participando de ellos, desconozcan su estado. En los fondos hay dificultades para acceder a la información pero, como se explica a continuación, aunque las gestoras no tienen la obligación de proporcionar la cotización de sus participaciones, sí la tienen de entregar la información sobre sus productos, la composición de sus carteras o la política de gestión de las mismas. Y es conveniente que los suscriptores conozcan con cierta regularidad los precios de sus participaciones y que ante un escenario correctivo puedan decidir si venden o traspasan sus productos para evitar más pérdidas o si inclinarse por un fondo más rentable.
¿Dónde pueden informarse de sus precios?
Las gestoras no están obligadas a proporcionar la cotización de sus participaciones, pero sí a entregar la información sobre sus productos
En los fondos de inversión no ocurre como sucede en los mercados bursátiles, que pueden consultarse en cualquier página digital, periódicos y medios especializados, que incluso ofrecen los precios en tiempo real. La información es menos transparente y más difícil de obtener. Ante este escenario es importante que sus partícipes traten de seleccionar canales informativos adecuados a través de los que seguir la evolución de sus precios de manera regular.
Son varias las alternativas de que disponen, que proceden de las propias gestoras, entidades financieras y medios especializados en este tipo de productos financieros. Cada usuario creará sus propias fuentes de información en función de las prestaciones que les ofrezcan y también conforme a sus criterios de utilidad y facilidad de acceso. Para facilitarles esta tarea, no está de más que conozcan con qué fuentes pueden contar para satisfacer estas necesidades:
1. Gestoras de los fondos: estas empresas financieras tienen sus páginas webs, en las que muestran la cotización de sus participaciones de forma regular. No todas son iguales e, incluso, algunas no ofrecen este servicio. También están lastradas, en muchos casos, porque no están en español, tienen diseños muy farragosos o su acceso está reservado a los usuarios que se hayan registrado y tengan contraseña.
2. Entidades financieras: buena parte de los bancos españoles cuenta con esta información en sus páginas webs, aunque en algunos casos solo de los fondos procedentes de sus propias gestoras y no es habitual que proporcionen una lista global de todos los fondos.
Pero si se ha contratado en un banco, lo más seguro es que los tengan registrados para que sus clientes puedan disponer de toda la información sobre ellos.
3. Medios especializados: si bien la mayoría no ofrece estos datos, o cuando menos de forma incompleta, hay una serie de webs especializadas en este tipo de productos. Brindan una información pormenorizada de la evolución en las cotizaciones de los fondos de inversión y abarcan a todas las modalidades (renta fija, variable, mixtos, alternativos…). También se pueden encontrar por gestoras, sean de la procedencia que fuesen. Su consulta resulta muy sencilla, con diseños muy manejables a los que pueden acceder todos los usuarios e incluso presentan potentes buscadores para facilitar la labor de sus clientes, que unos pocos segundos podrán llegar a la ficha de sus fondos.
Es un servicio que está abierto a todos los usuarios, gratuito y, en muchos casos, sin necesidad de registrarse.
- Dentro de cada fondo debe aparecer una ficha comercial del mismo. Esta deberá ser completada con las condiciones de contratación y la composición de su cartera.
La estrategia de inversión es otro elemento de análisis que nunca debe faltar en la información que se presta a los usuarios.
Para que tengan mayores pautas de conocimiento, se deben incluir gráficos interactivos en los que se podrá comprobar la evolución de cada fondo en el periodo que sus partícipes crean necesarios para analizarlo: uno, dos, cinco, 10 años…
Deben conocer las rentabilidades generadas en todos los plazos, desde hace 10 años, o en el último mes.
Si cada ficha contiene todos estos datos, el cliente tendrá una idea muy aproximada de qué fondo ha contratado, con referencias en su rentabilidad con respecto a periodos precedentes.