Las parejas que vayan a contraer matrimonio pueden contratar tarjetas específicas que les ayudarán a costear la boda. Durante el primer año, algunas carecen de gastos de apertura o por comisiones, si bien pasado este tiempo la cuota media es de 25 ó 30 euros. Otras son gratuitas para siempre, pero exigen realizar un consumo mínimo determinado por la entidad emisora. Una alternativa más oferta una línea de financiación de hasta 6.000 euros, aunque los intereses son elevados, y hay tarjetas que bonifican las compras. Parecen diseñadas a medida de los novios, pero conviene revisar las condiciones para asegurarse de su conveniencia.
Sin prestaciones especiales
Trajes, complementos, flores, banquete, música… Una boda con todos estos elementos supone un desembolso enorme. Aunque en algunos casos los novios optan por la austeridad y un enlace modesto, son más quienes prefieren una gran celebración, incluso a costa de causar estragos en su economía o endeudarse.
Además de los tradicionales créditos, algunas tarjetas permiten a los novios solucionar sus problemas de liquidez frente a los gastos que deben afrontar con motivo de su matrimonio. En algún caso se han creado para tal fin de modo específico o se bonifican las compras realizadas con la tarjeta durante los días previos a la ceremonia. Otras son gratuitas durante el primer año, pero después exigen el pago de entre 25 y 30 euros de media como cuota de emisión y mantenimiento.
Comisiones por retirar dinero
Parecen la panacea, pero conviene sopesar los pros y contras de este producto. Algunas permiten obtener una línea de financiación de hasta 6.000 euros para hacer frente a los gastos de la boda o a cualquier imprevisto, pero los intereses son elevados.
Con ellas también se dispone del dinero ingresado por los invitados antes de la fecha del enlace o se consiguen descuentos y promociones cada vez que se utilicen en establecimientos adheridos a las entidades emisoras, pero en ocasiones se cobran comisiones por retirar dinero en cajeros ajenos o por consultar movimientos (3% y 0,40 euros, respectivamente, en la tarjeta «ados» de BBK).
Pasado el primer año, algunas cobran hasta 30 euros por el mantenimiento
Otras veces, la sorpresa llega pasado el primer año. La tarjeta de Caixa Galicia, con chip, pasa a cobrar el mantenimiento: 25 euros anuales al titular y 12 euros al beneficiario. Además, dispone de una línea de crédito permanente, pero los intereses rondan el 8%, y la cuota gratuita no caduca, como la de Caja Madrid, siempre que se realice un gasto en comercios superior a 1.000 euros al año.
Hay «plásticos» que bonifican el consumo de las compras realizadas con este medio de pago. Proporcionan un seguro y permiten gestionar los pequeños gastos de la boda, como la compra de complementos, artículos audiovisuales o decorativos. Pero las hay que cobran comisión por disponer de dinero en efectivo (la tarjeta Santander Plus, un 3%), así como cuotas de emisión y renovación, un contrapeso a las posibles ventajas de este producto.
Es frecuente que el nuevo matrimonio se decante por un viaje a un lugar paradisíaco o a algún destino de renombre internacional. En este tipo de viajes, es habitual utilizar tarjetas de crédito, por lo que conviene tener en cuenta:
En caso de pérdida: los titulares deben realizar una llamada de asistencia internacional a su entidad con el fin de bloquearla. Antes de realizar el viaje, se debe anotar y guardar ese teléfono en un lugar seguro. La emisión de una nueva tarjeta tarda entre tres y siete días, durante los cuales para solicitar dinero de emergencia se tendrá que acudir al banco o caja. En caso de estar en algún destino internacional, hay que consultar con el citado servicio de asistencia.
Seguro de viaje: conviene contar con una tarjeta con seguro de viaje y servicio médico garantizado. Cualquier contratiempo en materia de salud puede suponer un notable desembolso económico.