El Gobierno y los ayuntamientos negaron ayer ser los responsables de la subida del precio de la vivienda, que en los últimos doce meses ha alcanzado un nuevo récord histórico. Ambas administraciones públicas creen que la explicación a la situación actual de crecimiento desmesurado de los costes hay que buscarla en la buena marcha de la economía y en el propio encarecimiento del suelo, amén de apuntar a las autonomías.
El ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, sugirió que era algo esperado ante el bajo nivel de los tipos de interés y el atractivo que supone la inversión en «ladrillo» debido a los vaivenes de la Bolsa. El ministro repitió el mensaje lanzado desde el Ejecutivo y el Banco de España sobre la inexistencia de una «burbuja inmobiliaria» en el sector, al considerar que aún existe una demanda «muy importante», tanto de los jóvenes que buscan su primera vivienda como de los residentes extranjeros, grandes compradores en la costa y determinadas zonas residenciales.
Según la presidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Rita Barberá, es «gratuito» responsabilizar a las corporaciones locales cuando «la mayoría del suelo urbanizable vacante se lo reparten las entidades financieras, inmobiliarias y constructoras», mientras las políticas de vivienda las discuten el Ejecutivo central y las comunidades.
Peligro para el sistema financiero
Por otro lado, la consejera ejecutiva del Banco Central Europeo (BCE), Gertrude Temple-Gugerell, afirmó ayer en Madrid que la «sobrevaloración» de los precios de la vivienda en España podría llegar a arriesgar la estabilidad del sistema financiero, si bien matizó que espera un cambio de tendencia en los próximos meses.
Durante el «III Encuentro Financiero Internacional», organizado por Caja Madrid, la consejera evitó hablar de «burbuja inmobiliaria», aunque reconoció que el BCE está «vigilando» la evolución de los precios en el sector inmobiliario español.
Asimismo, explicó que también está atento al incremento del coste de la vivienda en Irlanda y Reino Unido, países en los que la tendencia es similar a la de España, donde el pasado año el precio de la vivienda nueva creció el 14,7%, en tanto que durante el primer trimestre de 2003 aumentó otro 8,1%. España es uno de los países desarrollados en los que más ha subido el precio de la vivienda en los últimos 5 años.