La Comisión Europea (CE) ha dado el primer paso para reforzar el control y la supervisión de las entidades financieras no bancarias que actúan como intermediarias de crédito con el lanzamiento de una consulta pública para recabar la opinión de las partes interesadas, de aquí al próximo 1 de junio, antes de presentar propuestas concretas en los próximos meses.
Los fondos del mercado monetario y otros tipos de fondos de inversión o de productos con características similares a los depósitos, los fondos de inversión que proporcionan créditos o están apalancados, incluidos los fondos negociados en bolsa y los fondos de alto riesgo o «hedge funds«, así como las sociedades financieras y de valores que ofrecen créditos, garantías o realizan operaciones de transformación de vencimientos y/o de liquidez sin estar reguladas como un banco son algunas de las actividades identificadas por la Junta de Estabilidad Financiera (FSB) que forman parte del sistema bancario paralelo. También identifica a aquellas compañías de seguros y reaseguros que emiten productos de crédito y las que realizan operaciones de titulización y de préstamos de valores y de compraventa con derecho de recompra.
Bruselas estudia «varias opciones» para mejorar la supervisión de las actividades del sistema bancario paralelo, incluido imponer los nuevos requisitos de capital más elevados ya aprobados para la banca a las entidades no financieras, según avanzaron fuentes del Ejecutivo comunitario. «Queremos mejorar la reglamentación de este sistema bancario paralelo», confirmó el comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier, durante la presentación del Libro Verde que lanza la consulta pública.
El comisario reclamó «una supervisión eficaz» de las actividades de banca paralela porque «no están reguladas» y entrañan a su juicio «riesgos de nuevas crisis» tras insistir en que su «prioridad muy clara» es lograr una «mejor» protección de los consumidores de servicios financieros que deben poder tener acceso a su juicio a «información clara y sencilla» de los productos de inversión que contratan. «Estoy preocupado. No hemos terminado de aprender las lecciones de la crisis de Lehman Brothers», reconoció el comisario, quien criticó «la asunción de riesgos insensatos» en el sector en los últimos años y la colocación de «productos tóxicos» en el mercado «sin ningún control» que al final pagarían los consumidores.
Barnier subrayó su «determinación» para garantizar que «ningún actor, producto o mercado financiero» escapa de «una regulación y supervisión» y confió en que el Libro Verde presentado este lunes contribuirá a «identificar» estas actividades bancarias «en la sombra» y diferenciará «los riesgos existentes», para determinar «la mejor respuesta posible» para minimizar su riesgo.