La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha abierto un expediente sancionador a cuatro de las 18 entidades emisoras de participaciones preferentes al detectar incumplimientos relacionados con normas de conducta en la comercialización, según informaron fuentes oficiales del organismo. La CNMV precisa que se trata de casos puntuales y que no se ha registrado un incumplimiento generalizado de la normativa. En el conjunto de 2011, la institución ha recibido un total de 249 reclamaciones por participaciones preferentes, lo que supone el 12,4% del total de reclamaciones recibidas en el ejercicio.
El supervisor de los mercados advierte de que si los expedientes derivan en sanciones, pueden alcanzar hasta el 5% de los recursos propios de la entidad financiera en función de la gravedad de los incumplimientos detectados y de la obtención de beneficios derivados de la infracción cometida. La CNMV no dispone de competencias para establecer un resarcimiento de daños o indemnización por parte de la entidad a los inversores afectados por una práctica sancionable, pero matiza que el emisor podría beneficiarse de una eventual rebaja de la sanción si acomete una reparación inmediata.
Las entidades españolas contaban con un saldo vivo emitido en participaciones preferentes de 22.374 millones de euros el pasado mes de mayo, de los que destacan los de La Caixa (4.898 millones), Bankia (3.888 millones), BBVA (3.475 millones), Santander (1.966 millones) y la CAM (1.310 millones). Entre las entidades nacionalizadas en la actualidad, emitieron participaciones preferentes CatalunyaCaixa (480 millones de euros) y Unnim (173 millones), según los datos ofrecidos por el organismo. No obstante, tras la aceptación de las operaciones de canje ofrecidas por los emisores (BBVA, Santander, Sabadell y Caixabank), el saldo vivo se ha reducido en la actualidad a 11.300 millones de euros, y si se añaden las operaciones anunciadas (Bankia y Popular), la cifra se establecerá en 8.500 millones.
La CNMV indica que las entidades no están obligadas a ofrecer un canje de las participaciones preferentes a los clientes, y que las que lo han hecho no han supuesto ningún quebranto para el inversor minorista y han derivado en un producto menos complejo, en la mayoría de los casos, y con más liquidez. En este sentido, el organismo estima que la situación actual «está lejos de ser alarmante, es mejor que la de junio de 2011, y tiende hacia la mejoría», no solo por las ofertas de canje de las preferentes, que alcanzan al 60% de los tenedores, sino porque la liquidez se gestiona de forma «más adecuada».
Las participaciones preferentes son valores perpetuos cuyas remuneraciones, normalmente más elevadas que las de otros productos como los depósitos, están condicionadas a la existencia de beneficios distribuibles, por lo que no tienen vencimiento. Su comercialización se ha intensificado entre la clientela minorista a partir de 2008, a raíz de la pérdida de interés de los inversores cualificados, lo que ha coincidido con la desviación entre el valor de mercado de estos valores y el nominal suscrito por el cliente, en detrimento de éste. El supervisor de los mercados estima que hay «un elevado porcentaje» de clientes minoristas a los que las entidades emisoras advirtieron de que las participaciones preferentes no eran un producto conveniente para ellos, pero que aún así las suscribieron.