El boletín económico del Banco de España correspondiente al mes de abril indica que el Producto Interior Bruto (PIB) del país se redujo un 2,9% en tasa interanual en el primer trimestre del año y un 1,8% en tasa intertrimestral, debido sobre todo a la «pronunciada reducción» de la demanda nacional. Si se confirma este dato, sería la mayor contracción de la economía española en un trimestre desde la década de los 70.
Así, la caída del PIB se intensificó durante los primeros meses del año en un entorno recesivo mundial caracterizado por el deterioro de la confianza de los agentes, el colapso del comercio internacional y la persistencia de las tensiones en los mercados financieros, apuntó el banco emisor. Esta evolución de los primeros meses sería reflejo, especialmente, de la «pronunciada reducción» de la demanda nacional, que habría caído un 4,9% respecto al trimestre anterior, mientras que la contribución del sector exterior al crecimiento habría disminuido «ligeramente», pero seguiría siendo positiva (2,2%), aunque, según el Banco de España, las «significativas caídas» del comercio mundial dificultan «enormemente» esta estimación.
En cuanto a la demanda, el gasto en consumo final de los hogares prolongó el perfil de «pronunciada desaceleración» que había mostrado a lo largo de 2008, ya que los principales indicadores registraron descensos, como el índice del comercio al por menor, las compras de bienes de consumo duraderos o las matriculaciones de automóviles. La debilidad del consumo de las familias en el primer trimestre refleja el entorno de «elevada incertidumbre» en el que se enmarcan las decisiones de gasto de los hogares, a pesar de los impulsos positivos asociados a los «pronunciados descensos» de la inflación y de los tipos de interés, señaló el Banco.
La destrucción de empleo contribuyó a reducir el crecimiento real de la renta de los hogares y el deterioro del mercado laboral erosionó a su vez su confianza, mientras que la «acusada caída» de las cotizaciones bursátiles en 2008 y el descenso del precio de la vivienda provocaron una disminución de la riqueza de las familias en términos reales, en un contexto de endurecimiento de las condiciones de financiación, explicó la entidad.
La inversión en bienes de equipo continuó retrocediendo en los primeros meses de 2009, ya que la caída de la demanda nacional y exterior y el endurecimiento de las condiciones de financiación bancaria, unidos a las mayores dificultades para captar recursos por otras vías, continuaron frenando la puesta en marcha de proyectos de inversión por parte de las sociedades no financieras, a pesar de la reducción de los tipos.
Por lo que se refiere a la inversión en construcción, el Banco de España dice que el ajuste de la inversión residencial se habría agudizado entre enero y marzo como consecuencia del «significativo descenso» del número de viviendas iniciadas a lo largo de 2008 y los primeros meses de 2009, así como de la terminación de obras de edificación residencial emprendidas con anterioridad. Además, la demanda de vivienda se está viendo desanimada por el endurecimiento de las condiciones de financiación, las expectativas de las caídas de precios y el empeoramiento de las perspectivas de crecimiento de la renta de las familias.
Destrucción de empleo
El Banco de España agregó, al referirse al mercado de trabajo, que los indicadores disponibles para los primeros meses de 2009 coinciden en apuntar a una «agudización» del proceso de destrucción de empleo, ya que la caída interanual de la afiliación en el promedio del primer trimestre se situó en el 5,9%, mientras que la Encuesta de Población Activa (EPA) arrojó un descenso del 6,4%, que afectó a todas las ramas de la economía de mercado.
Finalmente, los principales indicadores de los precios de consumo continuaron recortando su ritmo en el primer trimestre y los ajustes están siendo «mucho más intensos» que en la zona euro, lo que ha hecho que el diferencial de inflación sea favorable a España.