La economía española pisó el freno en los meses finales de 2007, hasta crecer en ese periodo a un ritmo del 3,5% interanual, según el informe trimestral del Banco de España. No se registraba una tasa interanual del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) similar desde el verano de 2005.
La trayectoria de la economía fue claramente descendente a lo largo del pasado año. Creció un 4,1% hasta marzo, un 4% desde ese mes hasta abril y un 3,8% durante el verano. La crisis financiera internacional agudizó el frenazo en la recta final del año, pero el instituto emisor minimiza, por ahora, su efecto negativo en la marcha de la actividad del sector privado.
El Banco no considera probable que el ritmo de ajuste económico se intensifique en los próximos meses -la economía española cuenta con «suficientes resortes» para hacer frente a las tensiones, afirma-, pero también se cura en salud en sus pronósticos. La duración e intensidad que está empezando a mostrar el episodio de turbulencias financieras -advierte- abre camino a mayores incertidumbres.
Freno al endeudamiento
El Banco de España considera que esa ralentización es, más o menos, la prevista en el arranque del año, y sugiere que aumentará el ahorro por la desaceleración del crédito. Por ello, dice, se frenará el avance del endeudamiento familiar.
La demanda nacional creció el 3,6% en el cuarto trimestre. Se moderó el gasto de los hogares, hasta aumentar a un ritmo similar al de la renta disponible. Las familias vieron aumentar sus rentas salariales, pero también sufrieron el alza de los precios, que redujo su capacidad adquisitiva.
En definitiva, la autoridad monetaria ratifica las estimaciones del Ministerio de Economía, lo que implica que la expansión del PIB habría sido durante el pasado año del 3,8%, apenas una décima menos que en 2006.
Detrás de la «suave desaceleración» de la actividad en el cuarto trimestre ?indica la autoridad monetaria- se encuentran un descenso en el ritmo de aumento de la demanda nacional, hasta una tasa interanual del 3,6%, y una mejora de la aportación de la demanda exterior neta.
Inversión residencial
El sector inmobiliario, por su parte, prosiguió el ajuste iniciado en anteriores trimestres. Los precios de la vivienda crecían a un ritmo anual del 4,8% a finales de año, lo que recondujo su aumento al 5,8% en el promedio del ejercicio, frente al 10,4% que se registró de media en 2006.
En concreto, el Banco de España afirma que todos los componentes de la demanda interna experimentaron en 2007 incrementos algo inferiores a los de 2006, con la excepción de la inversión residencial, que mostró una desaceleración «algo más acusada», y de la inversión en bienes de equipo que, en el conjunto del año, intensificó el «ya elevado ritmo de crecimiento» que había registrado el año previo.
El instituto emisor sugiere que aumentará el ahorro, por la desaceleración del crédito, y que esa misma causa frenará el avance del endeudamiento doméstico
Así, la «pérdida de dinamismo» en el sector de la construcción, sobre todo, en el componente de construcción residencial, habría empezado a responder a la pérdida de dinamismo de la demanda de vivienda. En el caso de la industria, apunta que la «pérdida gradual» de empuje que se observa podría deberse al propio proceso de desaceleración de la demanda final.
Por otro lado, el instituto emisor destaca que el empleo mantuvo «altas» tasas de crecimiento, en el entorno del 3% en el promedio del año, dos décimas menos que en 2006, si bien afirma que exhibió un «perfil de desaceleración» a lo largo del ejercicio, al hilo de la «pérdida de vigor» de la actividad en el sector de la construcción. La productividad, por su parte, habría repuntado a tasas del entorno del 1%.
En cuanto a la inflación, apunta que la tasa de crecimiento del IPC se situó, en el promedio del año, en el 2,8%, por debajo del valor medio del año anterior (3,5%), si bien a partir del verano mostró un «perfil de progresiva aceleración», hasta concluir registrando un crecimiento interanual del 4,2%, que situó el diferencial de inflación con la zona euro en 1,2 puntos.
Renta disponible
La renta disponible de las familias recortó «moderadamente» su ritmo de expansión, a pesar del «dinamismo» de los salarios, dado que el elevado crecimiento de la recaudación directa y el aumento de los pagos por intereses actuaron contractivamente, al tiempo que el repunte de la inflación redujo la capacidad adquisitiva de los hogares en los últimos meses del año, concluye la entidad que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez.