La huelga de gasolineras causa trastornos mínimos a los consumidores

Los consumidores no están acusando demasiado la convocatoria de huelga de los trabajadores de las gasolineras de ayer que se mantiene para hoy. Tras las largas colas que se sucedieron el fin de semana y el lunes para llenar los depósitos, la primera jornada de huelga de estaciones de servicio tuvo escasa repercusión para los conductores, que prácticamente no tuvieron problemas de abastecimiento.

El motivo es que los depósitos ya estaban llenos y, por otro lado, que ?pese al seguimiento del paro por parte de los empleados-, muchas gasolineras no cerraron al hacerse cargo del suministro los propios empresarios.

El paro fue secundado por un 70% de los empleados, según los sindicatos UGT y CC.OO., mientras las agrupaciones de empresarios señalaban que ni el 10% de los trabajadores había seguido la huelga.

Normalidad y servicios mínimos

Los piquetes se movilizaron con la visita a las estaciones de servicio con horario nocturno y multiplicaron su actividad con las aperturas de madrugada. No obstante el seguimiento es desigual, con más incidencia en las grandes capitales, y la huelga se desarrolla con absoluta normalidad; se cumplen los servicios mínimos y no se han detectado incidentes reseñables. Algunas gasolineras que cerraron por la mañana volvieron a abrir por la tarde.

El seguimiento es desigual, con más incidencia en las grandes capitales, se cumplen los servicios mínimos y no se han detectado incidentes reseñables

La huelga se desarrolla en todo el territorio nacional, excepto en las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa, cuyas estaciones de servicio se rigen por un convenio propio. Algunas gasolineras de la Comunidad Valenciana tampoco están siguiendo el paro porque no están adheridas al convenio nacional. En total, están llamados a movilizarse 40.000 trabajadores de 7.500 gasolineras.

Para cubrir la protesta, el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio fijó unos servicios mínimos. El departamento que dirige Joan Clos ha decido que permanezcan abiertas el 20% de las gasolineras afectadas para atender la demanda de los consumidores, que la víspera del inicio de la huelga colapsaron las estaciones de servicio para repostar.

Falta de acuerdo

La falta de acuerdo entre los trabajadores de las estaciones de servicio y los empresarios ha desembocado en esta huelga para los días 7 y 8 de noviembre, que tiene visos de prolongarse en los próximos meses. Y es que ambas partes están lejos de llegar a un acuerdo.

Los sindicatos FIA-UGT y FITEQA-CC.OO. piden una serie de mejoras laborales y salariales que las patronales del sector, la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicios (CEEES) y la Agrupación Española de Vendedores de Carburantes y Combustibles (Aevecar), dicen no poder asumir.

En concreto, los trabajadores reclaman un convenio con tres años de vigencia, subidas salariales del IPC real más 0,75 puntos, una reducción de ocho horas en la jornada anual, hasta 1.760 horas, y un plus de 60 euros por festivo trabajado y de nueve euros por cada hora extraordinaria. Asimismo, quieren que se refuercen las medidas de seguridad en las gasolineras.

Aevecar está dispuesta a subir el IPC más 0,3 puntos y no más porque dice que la entrada en vigor de la ley antitabaco y la prohibición de vender alcohol a partir de las 22:00 horas han reducido los ingresos de las tiendas de conveniencia de las estaciones de servicio en un 50%. Respecto a los festivos, ofrece pagar los mismos a 60 euros, pero sin día de descanso e incrementando la jornada anual.

Por su parte, la CEEES dice que no puede asumir las pretensiones de los sindicatos porque supondrían un incremento de sus costes de entre un 10% y un 15%. A su juicio, la solicitud de incremento salarial de los gasolineros no se corresponde con la realidad. En este sentido, apunta que el sector tiene cada vez más pérdidas de mercado, como consecuencia de la prohibición de la venta de tabaco y alcohol, y por los requisitos medioambientales requeridos por la Administración.

Respeto

Si los trabajadores ejercen su derecho a la huelga los empresarios reclaman su derecho al trabajo. Y el portavoz en Madrid de la Confederación Española de Consumidores y Usuarios (CECU), Antonio López, por su parte hace un llamamiento a la «tranquilidad» ante las posibles «situaciones de conflicto» que se pueden generar en la capital por la huelga de gasolineras en los momentos previos al «puente» de la Almudena.

López insistió en que los trabajadores de las estaciones de servicio deben tener cuidado «con el desabastecimiento», así como «respetar los servicios mínimos» para evitar problemas al consumidor. Sin embargo, también advirtió a los usuarios de que «tienen que respetar el derecho de los trabajadores a la huelga», a pesar de que puedan chocar con un «derecho fundamental reconocido» de los «ciudadanos y consumidores en general a transportarse libremente».

La Unión de Consumidores de Extremadura (UCE) lamentaba en un comunicado la tendencia «a solucionar conflictos laborales a costa de los consumidores». Desde esta organización se critica que diferentes sectores económicos conviertan con frecuencia en «rehenes de situaciones que les son ajenas» a los consumidores a la hora de dirimir sus diferencias y salvar sus intereses.

UCE indica en la nota que «comprende y comparte el legítimo derecho de los trabajadores a convocar una huelga y reivindicar así la mejora de sus condiciones laborales», pero no admite que se utilice sistemáticamente a los consumidores en paros como los de los sectores ferroviario, aéreo y, ahora, el del suministro de combustible.

Por ello, esta organización exige a los sindicatos «respeto» en sus actuaciones y que se cumplan los servicios mínimos fijados. UCE ha advertido de que va a realizar un seguimiento exhaustivo del desarrollo de la huelga «y en caso de que no se cumplan los servicios mínimos, no dudará a la hora de presentar la correspondiente denuncia ante los organismos competentes».