En el marco de una jornada de información en el Parlamento Europeo sobre las actividades de la Oficina Europea de Patentes (OEP), el presidente de la OEP, Alain Pompidou, ha pedido a la Unión Europea (UE) que solucione el problema de la propuesta de directiva sobre patentes de software.
Después de que el Consejo de ministros de Competitividad de la UE haya formalizado, con reservas de una decena de países, la polémica propuesta de directiva para armonizar la forma en que se patentan las invenciones por ordenador, ahora pasará en segunda lectura al Parlamento Europeo. Una vez allí, el texto se someterá a posibles cambios. El presidente de la OEP ha recordado que la nueva directiva cuenta con las reticencias del Parlamento Europeo y de las organizaciones defensoras del software libre. Estas últimas han señalado que Pompidou dijo que se trata de «una idea noble» pero quizás no «lo suficientemente pragmática», y han defendido que la UE necesita una «regulación coherente».
Asimismo el presidente de la oficina ha recordado que su organismo no concede patentes únicamente de software, ni de algoritmos, ni de métodos empresariales que no impliquen un carácter técnico, según sus normas actuales.
Por otro lado Pompidou ha hecho referencia al proyecto para crear una patente comunitaria, que ha sido bloqueada en la mesa de los ministros desde hace años. En este sentido, el presidente ha asegurado que las últimas propuestas hacen referencia a las traducciones de las llamadas reivindicaciones, un breve documento en el que se dice lo que la invención tiene de nuevo. Estas reivindicaciones serán la única parte de la patente que se traducirá a todos los idiomas, pero España y Alemania no llegan a un acuerdo sobre el tiempo de traducción y el valor jurídico de las mismas. Por un lado Alemania quiere que sean sólo informativas y, por otro, España no.
Posible solución
El presidente de la OEP propone como posible solución al conflicto que los países ratificasen el llamado Protocolo de Londres. De esta forma, los firmantes accederían a que el depósito de una patente sólo se haga en inglés, francés o alemán, aunque para su entrada en vigor hace falta la ratificación de ocho país, incluidos Reino Unido, Francia y Alemania -sólo este último lo ha hecho por el momento-. Fuentes europeas han señalado que hay 18 países que no han firmado ese protocolo, entre ellos España, Portugal, Grecia, Italia, Bélgica o Chipre.
El presidente ha explicado que la ratificación de este acuerdo supondría un ahorro de 500 millones de euros al año en costes de traducciones, que «se podrían invertir en investigación o en patentes», además de que podría ayudar a la patente comunitaria para lograr la certidumbre legal de las traducciones.