La Comisión Europea formuló ayer una amenaza explícita a Suiza, advirtiéndole que, de no colaborar con la UE en el establecimiento de un régimen armonizado de tributación sobre el ahorro de los no residentes, podría sufrir la imposición de una tasa que gravaría los movimientos de capitales con destino u origen en el país alpino.
La advertencia la formuló el comisario de Mercado Interior, Frits Bolkestein, en el transcurso de una conferencia de prensa celebrada al término de la primera de las sesiones del Ecofin informal que congrega en la capital danesa este fin de semana a los representantes de Finanzas de los Quince.
El portavoz del comisario, Jonathan Todd, matizó inmediatamente después el alcance de las palabras de Bolkestein, señalando que lo que el comisario se propone es presentar un abanico de opciones al Consejo en octubre, en el caso de que Suiza siga con su bloqueo.
La Unión Europea pretende adoptar un modelo de transmisión automática de información entre agencias tributarias sobre intereses de capital percibidos por no residentes.
Suiza no acepta el principio de intercambio automático de información y ofrece, en cambio, una retención en origen anónima, cuyo monto sería ulteriormente transferido al país de residencia del detentador de los activos.
La retención anónima en origen era una de las dos opciones inicialmente contempladas por el proyecto de la Comisión para la armonización de la fiscalidad sobre el ahorro de los no residentes.
Fue abandonada al exigir el Reino Unido que la UE sólo utilizara el modelo de intercambio de información entre agencias tributarias.