La falta de capacidad de generación eléctrica en España es «preocupante», sobre todo porque el margen para hacer frente al consumo no para de caer (un 4% en 2005), indica un estudio de la Comisión Europea. Las tarifas reguladas son las principales causantes de esta situación, ya que están por debajo de los costes reales de las empresas y son incapaces de dar unas «adecuadas» señales de inversión, añade el informe.
El crecimiento económico ha provocado que la demanda española de electricidad no deje de crecer desde hace unos años, pero la inversión en nuevas centrales no lo ha hecho de forma similar.
El Gobierno, a juicio de la Comisión, debería incrementar de forma considerable los precios regulados para incentivar la construcción de nuevas instalaciones que eviten futuros problemas de suministro. Bruselas recuerda además que España todavía no ha transpuesto a su normativa las directivas de apertura del mercado energético a la libre competencia y subraya que tiene un récord comunitario de cuatro procesos de infracción abiertos en su contra en el Tribunal de Luxemburgo.
Regulación inestable
El documento destaca que la regulación eléctrica española es «altamente inestable» lo que, sumado a las bajas tarifas y a la falta de competencia, ha ido en detrimento de las inversiones y de la entrada de empresas extranjeras. A esos precios, nadie entrará. Bruselas entiende que las tarifas reguladas contribuyen a perpetuar la situación de dominio de las principales compañías. El mercado, afirma, ha quedado sometido al duopolio de Endesa e Iberdrola, que controlan el 70% del suministro. Junto a Unión Fenosa e Hidrocantábrico alcanzan el 90%, mientras que el resto se lo reparten otras 321 compañías.
La Comisión mantiene que la excesiva concentración empresarial ha hecho posible «conductas abusivas». Apunta que la situación se podría agravar si Gas Natural consiguiese hacerse con el control de Endesa.
La capacidad de generación eléctrica del país no se amplía pese a que no alcanza para cubrir la demanda
Según los cálculos vertidos en este informe, elaborado por el departamento de Competencia que dirige Neelie Kroes, el recibo de la luz para los hogares españoles es un 13% inferior a la media comunitaria, mientras los usuarios industriales pagan un 4% menos.
La Comisión Europea ha sido muy dura respecto al papel que desempeña la Comisión Nacional de la Energía (CNE) dentro del entramado eléctrico español. Critica que las autoridades han tomado decisiones con una visión política «de corto alcance». El organismo regulador carece, a su entender, de «poderes e independencia» y debería reforzarse con urgencia su autonomía frente al Gobierno. Bruselas recuerda que su presidente y consejeros son nombrados por el Ejecutivo a propuesta del ministro de Industria. Y critica que su actual máxima responsable, Maite Costa, sea una antigua diputada del partido gobernante.
La Comisión Europa admite que todos los Estados miembros tienen derecho a fijar precios para los consumidores vulnerables. Pero desde Bruselas se subraya que las tarifas españolas no cumplen esta condición, pues «tienen carácter general, no son receptivas a los cambios en las condiciones del mercado y no son transparentes», insiste en su informe.