La Comisión Europea impuso ayer una multa de 15.000 millones de pesetas (91 millones de euros) a Danone y a la marca de cervezas Interbrew, así como a dos cerveceras belgas por participar desde 1993 a 1998 en acuerdos «ocultos» con el fin de repartirse el mercado y controlar los precios de la cerveza en Bélgica. Bruselas también infligió una multa de 74,3 millones de pesetas (448.000 euros) a tres empresas cerveceras luxemburguesas (Brasserie Nationale-Bofferding, Brasserie de Wiltz y Brasserie Battin) por la existencia también de un acuerdo secreto.
En Bélgica los principales protagonistas de esas prácticas contrarias a las normas comunitarias de la competencia son Interbrew, número uno de la cerveza en ese país y el segundo en el mundo y Alken-Maes, perteneciente a la sociedad francesa Danone.
El acuerdo entre Interbrew y Danone incluía un pacto de «no agresión» y la limitación de las inversiones y de la publicidad en el sector de «horeca» (hoteles, restaurantes y cafés). Comprendía la fijación de los precios al detalle y un sistema de intercambio de informaciones relativos a los volúmenes comercializados.