Las notificaciones de la Red de Alerta de productos no alimenticios que pueden suponer riesgos para los consumidores han aumentado este año un 48% en la Unión Europea (UE), según se puso de manifiesto ayer en el Seminario RAPEX (siglas en inglés de sistema rápido de alerta sobre productos de consumo peligrosos), que se celebró en Madrid.
En este encuentro, organizado por el Instituto Nacional del Consumo (INC), se debatieron varios asuntos relacionados con la seguridad general de los productos, según informa el Ministerio de Sanidad y Consumo.
Paloma Deleuze, responsable del punto de contacto RAPEX en nuestro país, planteó las dificultades para determinar la graduación del riesgo que presenta un artículo dados los diferentes criterios de los Estados a la hora de su valoración. En general, esta valoración se hace, según Sanidad, en función de parámetros como la importancia del riesgo para la seguridad de los consumidores, el sector poblacional al que podría afectar, número de individuos expuestos y las posibilidades de que el riesgo afecte realmente a un consumidor. El objetivo es desarrollar un método único de calificación.
SIRI
España, dice el Ministerio, dispone de procedimientos detallados para la notificación, control y seguimiento de productos de consumo no alimenticios que puedan suponer un riesgo para los consumidores desde 1995, aunque participa activamente en el RAPEX desde 1986.
El sistema de red de alerta en España se denomina SIRI (Sistema de Intercambio Rápido de Información). Utiliza para recibir y transmitir las notificaciones a los puntos de contacto de las comunidades autónomas una aplicación en Internet, similar a la empleada por el RAPEX para las alertas comunitarias.
El SIRI ha comenzado este año a trasladar las alertas de productos procedentes de terceros países a los servicios aduaneros para evitar que pasen a nuestras fronteras. A su vez, las autoridades aduaneras comunican los rechazos de mercancía por motivos de seguridad al INC, que a su vez remite la información a la Comunidad Europea.
El Ministerio afirma que dada la efectividad de este intercambio de información, España propuso en el seminario crear una red de puntos de contacto en las aduanas de la UE que comuniquen los productos rechazados para evitar su entrada por cualquier otro punto, similar a la que ya existe para los alimentos.