Las campañas publicitarias lanzadas por Iberdrola y Endesa sobre «energía verde» contienen elementos «engañosos» para los consumidores y fomentan conductas de competencia desleal, según un informe de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) dado a conocer ayer.
Por tanto, al entender que no es competente para analizar los aspectos relacionados con una posible falta de información o con el carácter engañoso de la publicidad, el órgano regulador ha remitido el informe tanto al Servicio de Defensa de la Competencia (SDC) como al Instituto Nacional del Consumo (INC) para que investiguen las campañas.
En cualquier caso, precisa que la publicidad no viola la legislación sectorial eléctrica. Asimismo, considera necesaria la transposición a la legislación nacional de la directiva comunitaria sobre la promoción de la electricidad generada a partir de fuentes de energía renovables y aboga por que se haga con la mayor brevedad posible.
En su opinión, mientras esta directiva no se transponga y, por tanto, no exista normativa específica sobre las garantías de origen de la «energía verde» en España, la validez o no de los negocios jurídicos relativos a los certificados que garantizan el origen «verde» (renovable) de la energía, deberá analizarse a la vista de lo dispuesto en el ordenamiento jurídico español y sobre el principio de libre autonomía de la voluntad de consumidores y empresas.
Engaño al consumidor
A partir de este criterio, la CNE detecta en la campaña de Iberdrola información que podría inducir al engaño al consumidor en cuanto al origen de la energía, las obligaciones asumidas por la compañía frente a los clientes y la propia energía que llega al punto de suministro.
A su juicio, Iberdrola debería informar «claramente» al consumidor de que la energía que compra no proviene necesariamente de fuentes renovables, sino que lo único que la empresa puede acreditar mediante el «certificado verde» es que, «en algún lugar», se ha generado una cantidad de «energía verde» equivalente a la que el cliente adquiere. Además, lamenta que Iberdrola no aporte información suficiente para que los clientes deduzcan cuál puede ser el posible efecto beneficioso para el medio ambiente que se deriva del hecho de comprar «energía verde»; y que la compañía difunda una idea engañosa sobre la energía limpia que recibe el cliente, «prevaliéndose del normal desconocimiento técnico generalizado que existe entre los consumidores sobre el funcionamiento del sistema eléctrico nacional».
En cuanto a la campaña de Endesa, dice que induce menos a error que la de Iberdrola pero insiste en que la información que se ofrece, aun siendo cierta, puede que no sea completa o suficiente para que los consumidores sepan cuál va a ser su contribución al medio ambiente comprando «energía verde».
Competencia desleal
Por otra parte, la CNE decide remitir el informe al SDC porque estima que la publicidad engañosa podría suponer un acto de competencia desleal al otorgar ciertas ventajas competitivas a las empresas que anuncian esta «energía verde».
Así, indica que las conductas que podrían considerarse desleales están siendo utilizadas como un mecanismo de captación de clientes, en perjuicio de otras empresas del sector eléctrico.
«Se trata de campañas publicitarias dirigidas no sólo a los consumidores especialmente concienciados con el medio ambiente que estarían dispuestos a pagar más, sino a todos los usuarios, con la única finalidad de ganar cuota de mercado frente a sus competidores», indica el informe.
Finalmente, la Comisión cuestiona la labor de Red Eléctrica de España (REE) al actuar como certificador de la garantía de origen de la «energía verde» comercializada al amparo del sistema RECS International, que usan tanto Iberdrola como Endesa. «Este sistema carece de apoyo legal en España», concluye.