En un futuro no muy lejano, los conductores que quieran entrar en Bilbao, Vitoria o San Sebastián podrían tener que pagar una tarifa. Esta medida figura en un paquete de 120 iniciativas que prevé desarrollar el Gobierno Vasco para reducir la contaminación y luchar contra el cambio climático.
Dentro de esta estrategia, el Ejecutivo autónomo considera clave cualquier esfuerzo por variar el actual sistema de movilidad, centrado en un uso masivo del coche privado, y sustituirlo por un mayor impulso de los medios de transporte públicos y menos contaminantes.
Según recientes estudios del propio Gobierno, casi medio millón de desplazamientos diarios -de los seis millones que se contabilizan en el País Vasco- tienen como destino las capitales vascas. De ellos, más de 320.000 se realizan en automóvil, un 60%.
Bilbao es la que recibe un mayor número de viajes, cerca de 300.000, pero su amplia oferta de transporte público hace que sea la capital con un menor porcentaje de acceso en coche privado, el 50,9%. Vitoria se sitúa a continuación con 82.767 desplazamientos, de los que más del 80% son en coche, mientras que en San Sebastián, de los 156.439 desplazamientos diarios contabilizados, el 65,5% son en vehículo privado.
Otras encuestas indican que alrededor de 150.000 conductores vascos se ven afectados cada día por atascos en las carreteras de la comunidad autónoma, retenciones que, de media, hacen perder 20 minutos a los automovilistas.
La controvertida medida deberá ser pactada con los ayuntamientos, a quienes corresponden las competencias de gestión del tráfico en las ciudades. El de Bilbao ya ha dicho que no se dan las condiciones para implantarla en la capital vizcaína, mientras que el consistorio vitoriano reclama cautela.
Rechazo de los conductores
Las asociaciones de conductores, como cabía esperar, no ven con buenos ojos pagar un canon por entrar en las ciudades, algo que ya se hace en Londres, Estocolmo, Roma o Milán. Los principales colectivos de automovilistas consideran que se trata de una medida «injusta» y de «muy difícil aplicación», dado que requiere un gran desembolso económico.
Para Automovilistas Europeos Asociados (AEA), el peaje urbano es una tasa «injusta» e «insolidaria». «Es así porque permite contaminar a quienes más dinero tienen y pueden pagar sin problemas el peaje que se establezca, lo que no es justo», afirma Mario Arnaldo, presidente de AEA, quien insiste en que así no se soluciona el problema de la contaminación en las ciudades.
A su juicio, sería más útil invertir el dinero público en «incentivar el rejuvenecimiento del parque móvil, porque es sabido que los coches más antiguos contaminan más. Y la mitad de los coches en España tienen más de diez años». Arnaldo reclama también mejorar el transporte público, dado que «un buen entramado de medios públicos es la mejor fórmula de disuadir del uso del coche».
El Real Automóvil Club Vasco Navarro coincide con Arnaldo en que una tarifa de acceso a las ciudades «permite contaminar» a quienes pueden pagarlo, «que habitualmente son aquellos que conducen coches más caros y contaminantes». Para esta entidad la medida es «inaplicable» por el gran esfuerzo económico que requiere «montar el sistema para controlar a las decenas de miles de vehículos que acceden a las capitales y multarles si no han pagado».
Por su parte, el director de Tráfico del Gobierno Vasco, Andoni Arriola, opina que se trata «de un sistema más» para reducir las emisiones de CO2 y que dependerá de los ayuntamientos implantarlo en las ciudades.