Hoy, como todos los 8 de marzo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, con datos que evidencian que todavía queda mucho por hacer para alcanzar la igualdad de sexos en este ámbito. Durante la segunda mitad del pasado año se tramitaron en España 467 inspecciones de trabajo por discriminación de la mujer en el ámbito laboral, según datos del Ministerio de Trabajo. Un promedio de 2,5 actuaciones cada día, porcentaje que se agudizó en diciembre hasta sumar 3,6 denuncias diarias. La realización de inspecciones de trabajo para detectar discriminaciones por razón de género es una herramienta que se puso en marcha el pasado julio por iniciativa de la Secretaría General de Asuntos Sociales.
Desde julio, y hasta diciembre, 115 mujeres se han atrevido a denunciar las irregularidades que padecieron en sus empleos en razón de su sexo, siendo Barcelona (con 19), Valencia (16) y Madrid (con 12) las provincias donde ellas acusaron en mayor grado la discriminación laboral. Otras 352 actuaciones complementarias fueron necesarias en el mismo periodo, si bien éstas surgieron a iniciativa de las propias inspecciones, al detectar anomalías severas en materia de trabajo femenino. Del cómputo total se abrieron 17 expedientes de infracción.
Entre los motivos de estas actas figuran la prevención de riesgos de embarazada (5 casos), la discriminación salarial (3), despido y maternidad (3), acoso sexual (3), «mobbing» con finalidad de despido debido a una excedencia previa por cuidado de hijos (2) y discriminación en el empleo (1). El importe total de las actas de infracción ascendió a 171.058 euros.
Muchos flecos sueltos
Con ocasión de este día, colectivos de amas de casa, de mujeres discapacitadas y de etnias minoritarias, entre otros, han preparado una serie de actos para reivindicar sus derechos. Al mismo tiempo, instituciones y asociaciones han desplegado todo tipo de informes y estadísticas para recordar que la mera existencia de esta fecha se debe a que aún quedan demasiados flecos sueltos.
Uno de ellos es el empleo. La Comisión Europea alertaba la pasada semana de que las mujeres cobran un 16% menos de sueldo por desempeñar idéntico trabajo. Y esto las que trabajan, ya que el paro de la mujer en Europa y, sobre todo, en España es muy elevado pese a las mejoras registradas con el paso de los años. En nuestro país, la tasa de ocupación femenina pasó de un 38,55% en 1996 a un 43,90% el pasado año, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Instituto de la Mujer. La tasa de paro se redujo un 13,62% en los últimos siete años.
La cuestión se agrava cuando se comparan estas cifras con el contexto de la Unión Europea (UE). En este sentido, España es el país con la mayor tasa de desempleo femenino y, como consecuencia, donde mayor brecha laboral se da entre hombre y mujer, un 8,6%. Mientras, en países como Reino Unido o Irlanda los más afectados son ellos.
Estudios
La condición determinante por la que se rige el empleo femenino es el nivel de estudios. La desocupación cae de forma abrumadora sobre las analfabetas (sólo el 3,87% de las mujeres en activo). Otro factor que incrementa la desigualdad de género es que determinadas parcelas parecen aún reservadas para uso exclusivo del hombre. La participación en la vida política o en el Ejército, por ejemplo, dista aún mucho de la paridad hombre-mujer. En esta legislatura, un 28,29% de los escaños del Congreso y un 24,32% de los del Senado han estado ocupados por mujeres (un 6% y un 10% más que en el anterior mandato, respectivamente).
La desigualdad laboral encuentra su más fiel reflejo entre los altos cargos de las empresas. En 2003, las mujeres representaban del 3% al 5% de las cúpulas directivas en el mundo. Esta situación contrasta con los resultados de una reciente investigación realizada por el instituto especializado Catalyst. El trabajo concluyó que las compañías que cuentan con más mujeres en las instancias dirigentes son un 35% más rentables que las lideradas por varones.
Discapacitadas y amas de casa
Además de la desigualdad laboral, son todavía muchos los colectivos de mujeres que sufren una discriminación de género diaria. Un caso es la mujer discapacitada que, según la Confederación Estatal de Minusválidos Físicos de España (Cocemfe), tiene una imagen social de mujer débil y dependiente.
Por su parte, la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU) critica que el 80% del trabajo no remunerado lo desempeña la mujer, y conmina al Gobierno a erradicar la desprotección que padecen las más de cinco millones de amas de casa. La solución, según esta organización, pasa por reconocer al ama de casa como trabajadora, darle el derecho a cobrar jubilación, así como extender la ayuda de 100 euros a las madres con hijos pequeños que sólo trabajan en el hogar.
